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'Mad in Spain': cuando lo low cost y redundante no es sinónimo de innecesario
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CRÍTICA

'Mad in Spain': cuando lo low cost y redundante no es sinónimo de innecesario

Un género manido no ha evitado que el nuevo formato de La Fábrica otorgue un soplo de aire fresco a la enlatada programación veraniega de la mano de Marín y González

Foto: Jordi González y Núria Marín, presentadores de 'Mad in Spain'. (Mediaset España)
Jordi González y Núria Marín, presentadores de 'Mad in Spain'. (Mediaset España)

No solo de cine o ficción vive el telespectador en época estival y no solo del reality show vive Telecinco. Y más cuando llega el calor. Durante el verano, la pequeña pantalla se colma de contenido digno de segundas rebajas, vacuo, barato y fácil de consumir, en una temporada en la que el consumo televisivo se encuentra bajo mínimos.

Durante julio y agosto, la cadena principal de Mediaset España, en detraimiento de lo acaecido por su competencia más directa, sigue apostando por su mayor filón: la programación en directo, que ha servido a esta para liderar la mayor parte del verano sin ver demasiado alterados sus datos respecto a meses anteriores.

placeholder El plató de 'Mad in Spain', lo nuevo de Telecinco. (Mediaset España)
El plató de 'Mad in Spain', lo nuevo de Telecinco. (Mediaset España)

Este es el contexto en el que es engendrado el nuevo espacio de Telecinco, 'Mad in Spain', la enésima intentona de la televisión de recuperar la fórmula que mantuvo durante 3 temporadas en antena al mítico 'Moros y cristianos'; un debate que enfrenta a diversos rostros de la farándula con una opinión cerrada, cercada y controvertida sobre temas de 'actualidad'. El programa, como no podía ser de otro modo, abrió con el tema de la semana, el cumpleaños de Andrea Janeiro, y a partir de ahí el debate giró en torno a si ser hijo de un famoso es una suerte o una maldición.

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En 'Mad(e) in Spain', jugando con el título del espacio, queda reflejada la personalidad de la televisión española. Esta es capaz de llenar con solvencia demostrada 4 horas de televisión de máxima audiencia con un debate televisivo low cost e improvisado con tan solo 3 temas a tratar, bastante alejados de la tónica general de la cadena, gracias al carácter polémico y pasional de sus tertulianos.

placeholder Nuria Marín y Jordi González presentan 'Mad in Spain'. (Mediaset España)
Nuria Marín y Jordi González presentan 'Mad in Spain'. (Mediaset España)

Una chispeante Nuria Marín

Jordi González se sube a su particular 'noria' para ponerse a cargo de este 'gran debate', volviendo a actuar de moderador mordaz e implacable y permitiendo, de vez en cuando, que la chispeante Nuria Marín, su compañera en pantalla, brille con luz propia. Pese a su escasa participación, al ser relegada a un papel secundario y casi anecdótico en este nuevo programa, la directora y presentadora de 'Cazamariposas' irradia carisma en su primera toma de contacto con el prime time de Telecinco.

Derrochando buen hacer y acercando esta variedad televisiva a la audiencia más juvenil, la catalana logra zafarse del encorsetado papel asignado en el que actúa como 'chica de redes', remando a favor de obra para poner en jaque a los colaboradores más adormilados de la tertulia, al evidenciar su falta de participación.

La carismática presentadora rema a favor de obra, zafándose de un encorsetado papel en el que es duro brillar

A pesar de lo económico del nuevo formato de La Fábrica de la Tele, Telecinco ha vuelto a demostrar que lo low cost y lo redundante en cuanto al género no es sinónimo de innecesario. Con su nuevo programa, la cadena de Mediaset España ha resucitado una manida fórmula que, aunque pudiera no tener cabida en el circuito televisivo que reina en temporada alta, cumple su papel y aporta un agradable soplo de aire fresco a una parrilla televisiva precocinada, enlatada y lista para servir a los pocos que se atreven a encender la televisión en verano. Y es que en la época estival en la caja tonta, al contrario de lo que sucede en el amor y en la guerra, no todo vale.

No solo de cine o ficción vive el telespectador en época estival y no solo del reality show vive Telecinco. Y más cuando llega el calor. Durante el verano, la pequeña pantalla se colma de contenido digno de segundas rebajas, vacuo, barato y fácil de consumir, en una temporada en la que el consumo televisivo se encuentra bajo mínimos.

Jordi González Telecinco Programas TV
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