'Ninja Warrior', un formato ambicioso en el fondo y arriesgado en la forma

'Ninja Warrior' toma el relevo de 'Tu cara no me suena todavía' en la noche de los viernes de Antena 3. Arturo Valls conducirá este gran formato para toda la familia acompañado del periodista deportivo Manolo Lama, que realizará los comentarios técnicos del espectáculo. Por su lado, Pilar Rubio recogerá las impresiones de los participantes y sus acompañantes a pie de pista. 'Ninja Warrior' se estrena en España tras triunfar en Europa.

Un plató de enormes dimensiones, nada habitual hoy día en la televisión en España, se convierte en el centro del programa. La espectacularidad queda reflejada en el circuito de obstáculos montado en el recinto Madrid Arena, en el fondo físico de los concursantes, en algunas de las historias y, por supuesto, en los presentadores, uno de los grandes aciertos de esta adaptación.

'Ninja Warrior' es un programa diferente a todo lo que hemos visto hasta el momento. Nos pueden venir a la mente el mítico 'Humor amarillo' o el 'Guaypaut' de Telecinco, sin embargo, la nueva apuesta de Antena 3 no es un formato de humor. Prima el esfuerzo, la competitividad, la superación... En cada programa, 'Ninja Warrior' nos presenta un circuito formado por cinco obstáculos. Para superarlo con éxito los participantes deberán darlo todo. El desgaste físico es enorme y las cámaras del programa se encargarán de reflejarlo a la perfección.

Prevalece ante todo el sentimiento de superación del participante. La tensión crece con cada prueba, con cada ejercicio. Resulta imposible reírse cuando alguien no supera alguna prueba, al contrario, uno siente ese 'fracaso'. El espectador se pone en todo momento al lado del deportista, con el que empatiza desde el principio, cuando empieza a conocer su historia. La adaptación española nos presentará a cada participante, algo exclusivo de este 'Ninja Warrior'. El objetivo no es otro que buscar una mayor complicidad con cada participante. Algunos de los concursantes son auténticos personajes con lo que refleja un gran casting.

[LEER AQUÍ | Pilar Rubio: "Cuando me ofrecieron 'Ninja Warrior' pensé que me habían leído el cerebro]

Los presentadores, un gran acierto

El equipo formado por Manolo Lama y Arturo Valls es impecable. Se complementan y ayudan en las narraciones: uno ofrece la parte más seria; y el otro la versión cómica de la misma historia. Cuentan como nadie todo lo que va sucediendo y harán que nos metamos totalmente en el juego, como si de la narración de un partido se tratara.

Pilar Rubio ofrece otra faceta totalmente diferente a la que hasta ahora nos tiene acostumbrada. Da paso a los concursantes al plató y sobre todo a sus historias, algunas de ellas verdaderamente emotivas. Rubio, que ha lidiado con casi todo en el terreno laboral, muestra ahora una imagen más empática y emotiva. Su belleza y simpatía pretenden quedar aquí en un segundo plano, bajo la historia personal de los que acuden al programa para superarse.

No siempre las vidas de los concursantes y sus motivaciones logran llamar la atención más que la guapa presentadora, pero el programa busca ese perfil bajo de la modelo que no aparece demasiado. En ocasiones, se la echa en falta porque sus apariciones son contadas y están distanciadas.

Llama sobremanera la atención que Rubio no se ponga unas mallas y se lance 'al terreno de juego'. De nada sirve tener a la presentadora más sexy y deportiva de la televisión actual, si no puedes lucirla en un programa que se presta a ello. Pilar Rubio tiene con este formato una gran oportunidad como presentadora. Está bien guionizada y es un programa editado, con lo que tampoco se la juega a poder tener un gran error.

Las miradas perdidas

Las miradas perdidas es uno de los puntos negativos de la realización. La mirada perdida de los dos comentaristas llama la atención cuando uno sigue el programa. No tienen una imagen fija y no miran a cámara. Sus ojos miran hacia algún lado indeterminado y cada uno fija su mirada en un punto distinto. Despistan al espectador, aunque tampoco es un error que empañe el show. El programa no justifica en ningún momento qué buscan o dónde miran, porque la pista con los concursantes, en teoría, estaría bajo su set.