Eurovisión 2026 en el aire: la UER decidirá en noviembre si Israel actuará o no en Viena

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La Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha tomado una decisión clave sobre el futuro de Eurovisión 2026. La organización ha adelantado un mes la votación que decidirá si Israel puede estar presente en el certamen, que está previsto que se celebre en Viena el 16 de mayo. La consulta, que inicialmente estaba fijada para el 4 de diciembre, se trasladará a principios de noviembre en una reunión extraordinaria que busca dar respuesta a la creciente polémica.

El movimiento se produce tras las presiones internacionales y el anuncio de países como España, que han dejado claro que no participarán en el festival si Israel pisa el escenario. Estas televisiones consideran que la situación en Gaza, con decenas de miles de víctimas, hace incompatible su permanencia en una cita que presume de valores culturales y de convivencia.

La decisión de la UER llega después de semanas de intensos debates internos y de divisiones nunca vistas entre sus miembros. Con esta votación extraordinaria, el organismo pretende dar voz a todas las cadenas públicas que lo integran, en un intento de encontrar una salida común a un conflicto que amenaza con poner en riesgo la imagen del propio festival.

La carta de Delphine Ernotte-Cunco

La convocatoria de esta votación quedó reflejada en la carta firmada por la presidenta de la UER, Delphine Ernotte-Cunco, en la que reconoce la magnitud del problema: “La Junta ha decidido organizar una sesión extraordinaria de la Asamblea General que se celebrará a principios de noviembre para que los miembros voten sobre su participación en el Festival de Eurovisión”.

En la misiva, Ernotte-Cunco admitía la dificultad de gestionar un escenario tan polarizado: “Dado que la Unión nunca se ha enfrentado a una situación tan divisiva como esta, la presidencia ha acordado que esta cuestión merecía una base más democrática donde todos los miembros puedan tener voz para llegar a una decisión”.

La postura de los países no es uniforme. Mientras algunos estados, como Alemania, Francia o Italia, insisten en que Eurovisión es un evento “apolítico” y que Israel cumple con las normas para participar, otros gobiernos exigen que se aplique el mismo criterio que con Rusia, expulsada tras la invasión de Ucrania. La diferencia de posiciones refleja la fractura interna en la UER.

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El debate también ha llegado a la esfera política europea. Más de 50 eurodiputados han reclamado que Israel sea excluido de la competición, advirtiendo de que permitir su presencia mientras se investigan presuntos crímenes de guerra supone un “blanqueamiento” contrario a los principios del festival. Una presión añadida que complica aún más el camino hacia un acuerdo.

La posición de RTVE y José Pablo López

En España, la postura ha sido firme desde el principio. El presidente de RTVE, José Pablo López, ya había avisado en el Congreso de los Diputados de la postura de la cadena pública: “Ya era hora de romper el silencio existente dentro de la Unión Europea de Radiodifusión en relación con el genocidio de Gaza”.

López insistió en que la decisión de la UER llega tarde y que el daño al festival es evidente: “Sinceramente, creo que el daño que la actual dirección de la UER está provocando al festival es inmenso y que solamente lo podremos valorar una vez que haya terminado el conflicto y el genocidio en Gaza”.

El máximo responsable de RTVE también subrayó que Eurovisión trasciende la música: “Todos somos conscientes de que Eurovisión no es un mero festival de canciones. Es algo más. La carga política que tiene es enorme. Lo sabemos todos, lo sabe la UER e Israel también lo sabe, y por eso lo utiliza para proyectar sus mensajes”.

Finalmente, López fue contundente en su advertencia hacia la organización: “Espero que, por el bien de la UER, no tengamos que llegar a este punto de someter a toda la estructura de la UER a la tensión de una votación final por la decisión de unos directivos que no han asumido sus responsabilidades y no han dado un paso al frente al genocidio”.