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La segunda semifinal de Eurovisión vaticina una final eurovisiva muy reñida
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Suecia cumple su papel de favorita

La segunda semifinal de Eurovisión vaticina una final eurovisiva muy reñida

Los dúos de Noruega y Lituania se convirtieron en las joyas del Festival que pasan a la siguiente fase. Por su parte, Polonia supera la eliminatoria desafiando las malas expectativas

En la segunda semifinal de Eurovisión celebrada anoche, siete de los diecisiete países que se presentaban se quedaron fuera, quedando diez que pasarán directamente a la final a disputarse el primer puesto cara a cara con Edurne: Lituania, Polonia, Eslovenia, Suecia, Noruega, Montenegro, Chipre, Azerbaiyán, Letonia e Israel. En la gala de este jueves triunfaron los ritmos dinámicos y la puesta en escena, en la que los dúos tendrán mucho que decir en la final del 23 de mayo.

Como el martes pasado, la gala fue conducida por el trío de presentadoras Mirjam Weichselbraun, Arabella Kiesbauer y Alice Tumler, con Conchita Wurst en la "green room" midiendo el pulso de los participantes. En España, se pudo seguir la retransmisión con Jose María Iñigo y con Julia Varela a través de La 2, quienes fueron el perfecto complemento a una noche televisiva de primer orden.

Los grandes damnificados de la noche fueron San Marino, Malta, Portugal, Suiza, Islandia, Irlanda y República Checa. Tienen en común las apuestas poco arriesgadas para una edición  en la que abundan las grandes voces y las escenografías que no dejan indiferente a nadie.

Irlanda, a pesar de ser el país más premiado, (hasta 7 veces se ha alzado con el primer premio) no logra por segundo año consecutivo meterse en la final, y es que su Playing with numbers con Molly Sterling con una voz que recordaba a Shakira, no logró convencer con una balada que sí hubiera triunfado hace 15 años.

Los cantantes de San Marino, quienes han sido la apuesta más joven del festival -entre los dos suman 32 años- no se hicieron tampoco con ese pase deseado no por falta de aptitudes, sino porque realmente no tenían nada que sobresaliera entre sus rivales. Anita Simoncini y Michele Perniola llevaron la canción Chain of light al Stadthalle sin más aval que sus propias voces, que ya les hicieron ganadores en categorías inferiores del propio festival, pero cuya madurez quizá le falte todavía  para presentar una propuesta más potente y acorde con el nivel demostrado por el resto de países.

Las solistas de Malta, Portugal, Islandia nos dejaron algo fríos al no presentar nada que se saliera de lo común. La gran sacrificada fue Suiza, quien teniendo buena voz, igual que el resto de países mencionados, se molestó en demostrar una fuerza sobre el escenario descubriendo por sorpresa un vestido interior debajo de una capa negra con la que jugaba durante toda la actuación, dependiendo del contexto.

La semifinal de este jueves ha demostrado lo que algunos de los países eliminados no acaban de ver. En Eurovisión no solo es necesario una gran voz, sino una canción que esté a la altura del festival y con la que el cantante se identifique. Y es más, tan importante es cantarla bien como saberla interpretar en un concurso que ven, al menos, 41 países diferentes (los adscritos al Festival) y otros tantos alrededor del mundo. Una mezcolanza cultural que hace más necesario, si cabe, que la puesta en escena cuente lo que el artista quiere que sepa el espectador sobre la historia que cuenta su canción.

Los dúos: las joyas de Eurovisión 2015

No podían fallar y no lo han hecho. El ‘televoto’ y la puntuación de los países participantes en la semifinal de hoy han valorado en su justa medida a Lituania y Noruega, quienes han presentado baladas -de distinto corte cada una- demostrando que Eurovisión es fiel a uno de los géneros más presentados pero que también se adapta a los nuevos tiempos en interpretación, sonido, y puesta en escena. Lituania triunfó gracias al coqueteo entre Monika Linkité y Vaidas Baumila, quienes regalaron, en medio de su This Time, un beso sentido entre ambos que desató el estallido del público en la primera actuación de la noche en la que quizá fue una de las canciones más positivas de la noche en cuanto a ritmos.

Por su parte Noruega presentó A monster like me, una balada sencilla pero que en las voces de Morland y Debrah Scarlett ha sonado apasionadamente elegante y cautivadora. Morland se descubrió primero en una actuación cuya iluminación se muestra a media luz y cuya voz quizá sea de las mejores masculinas de esta edición, tan aterciopelada como la de George Michael. Debrah salió minutos después al stage y a partir de ahí, iniciaron un encuentro y desencuentro donde el espectador fue testigo cómplice en todo momento de la historia que estaban contando. La realización para esta actuación fue sencilla y soberbia a la vez.

Israel: los más deseados

El aplauso del Stadthalle de Viena de anoche fue sonoro cuando las presentadoras revelaron su nombre para el pase final. Había cierto escepticismo por que ocurriera lo del pasado año, que aun siendo los favoritos, no pasaran a la siguiente fase por factores que escapan a la lógica del concurso. Pero parece ser que este año se han dejado de lado y los países que votaron ayer valoraron a Nadav Gudj por su Golden Boy,  uno de los temas fusión folklóricos más pegadizos de los presentados este año. A nivel coreográfico es de los más vistosos con los bailarines que acompañan al cantante, que están cogiendo cierto protagonismo entre los eurofans de Viena. Israel quería entrar en la final de este año y apostó fuerte con esta canción llevando a escena fuegos artificiales, un juego de luces impactante y una simulación de un selfie cenital que supuso uno de los toques actuales de la noche.

El pase a la final de Suecia le sitúa dentro de los Top Ten

Lo llevan diciendo las apuestas toda la semana y en esta ocasión no mienten, como fue hace dos días con el caso de Dinamarca. Mans Zelmerlöw ha logrado pasar a la final con su Heroes, que tan polémico ha sido desde que lo presentó al festival por su supuesto plagio con un tema de David Guetta, Lovers in the sun. Aun así, sigue despertando adeptos allá donde va, y ha sabido llenar el escenario con el ritmo pegadizo de una canción que suena a hit de verano en las discotecas más cool y con una animación de muñecos que le acompañaban en movimiento durante toda la actuación. Efectos visuales que no han dejado corta la actuación dando todo lo que exige el espectáculo eurovisivo, a pesar también de estar rodeado de polémica porque fue denunciado por una animación similar que aparecen en The Alchemy of light de la banda Dandypunk. Ante tal acusación, el representante sueco reconoció que se inspiró en aquellos dibujos animados para crear los suyos propios. Finalmente, cambió algunos de los caracteres para alejarse de esa similitud, pero no ha dejado de utilizar este recurso en su actuación.

Terminada la fase eliminatoria, ya solo queda disfrutar de la final este sábado: 26 países darán lo mejor de sí mismos en el festival de música más importante del mundo en tan solo 3 minutos de actuación. Fuegos, luces, performances eclécticas, duetos maravillosos y voces que deberían guardarse en un museo. No falta ningún ingrediente para que Eurovisión 2015 sea recordada como una de las de mejor calidad en toda su historia. Ahora solo nos falta que ese recuerdo se redondee con uno de los más deseados, que la representante española llegue al podio y devuelva a España una victoria que tarda en llegar desde los lejanos años 60.

En la segunda semifinal de Eurovisión celebrada anoche, siete de los diecisiete países que se presentaban se quedaron fuera, quedando diez que pasarán directamente a la final a disputarse el primer puesto cara a cara con Edurne: Lituania, Polonia, Eslovenia, Suecia, Noruega, Montenegro, Chipre, Azerbaiyán, Letonia e Israel. En la gala de este jueves triunfaron los ritmos dinámicos y la puesta en escena, en la que los dúos tendrán mucho que decir en la final del 23 de mayo.

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