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La salvamización política le sale bien a TVE (y Ferreras es su víctima inesperada)
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Duelo de titanes

La salvamización política le sale bien a TVE (y Ferreras es su víctima inesperada)

La audiencia responde al experimento de TVE de llenar la parrilla de magazines políticos oficialistas: mejor arranque de curso en 14 años. 'Al Rojo Vivo', entre dos aguas, cae por la polarización entre teles sanchistas y teles antisanchistas

Foto: Ilustración: E.E.
Ilustración: E.E.
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Mejor arranque de curso en 14 años. La controvertida estrategia de TVE de llenar la parrilla de La 1 de magazines informativos progubernamentales, criticada duramente por la oposición, ha recibido un respaldo que en el mundo televisivo suele ser definitivo: el de la audiencia. La 1 ha tenido su mejor mes de septiembre (11,6% de share) desde 2011, una subida de casi dos puntos en el interanual, situándose a 1,4 puntos del liderazgo de Antena 3 (13%), que ya no tiene que preocuparse de Telecinco (hundida en el 9,2%, el peor arranque de curso de su historia), y sí de la tele pública, que en un año le ha comido la mitad de su ventaja, tras cuatro años liderando sin grandes sobresaltos. El número 1 de Antena 3 no peligra a corto plazo, pues su programación es sólida, pero algo pasa en TVE.

El tirón de sus magazines políticos ha sorprendido a propios y a extraños. La hora de La 1, de Silvia Intxaurrondo, y Mañaneros 360, de Javier Ruiz y Adela González, han llevado a la pública a liderar las mañanas televisivas —15,4% de share entre semana— por primera vez en dos décadas. La 1 lideró todos los tramos horarios de 08:00 de la mañana a 13:00, según los datos de la agencia de audiencias dos30’, que también indican que el mayor pico de TVE es de 9 a 10 de la mañana, durante el programa de Intxaurrondo, que saca alrededor 5 puntos a sus rivales.

Igualmente, La 1 consigue sus mejores tardes de septiembre desde hace 14 años, en parte por sus seriales (La promesa, Valle salvaje), pero también por la subida de sus programas más políticos, de Malas lenguas, de Jesús Cintora, a sobre todo el estreno de Directo al grano (10,6% de media en septiembre, 1,9 puntos más que lo anterior en esa franja). El programa de Marta Flich y Gonzalo Miró, por tanto, consigue cicatrizar el desaguisado del nuevo Sálvame, gran fiasco de la presidencia de José Pablo López Sánchez, que llegó al cargo con la misión de empoderar a RTVE a todos los niveles (audiencia e influencia); y a grandes rasgos, lo está consiguiendo (según la oposición, a costa de convertir el ente público en la rama de agitación y propaganda del sanchismo).

Habla un analista de la industria: "Es irónico que el Sálvame II no le funcionara a TVE, porque lo que ha hecho a cambio es salvamizar políticamente su parrilla. Que se me entienda bien: no digo que sus magazines políticos sean frívolos; por salvamizar la programación me refiero a replicar la estrategia que tantos años triunfo en Telecinco, de saturar la parrilla de programas del mismo corte -tertulia cuore picante- que se retroalimentaban los unos a los otros. Algo parecido ha hecho ahora TVE. Por la mañana tienen más de 7 horas de magazines informativos (eso sin contar los telediarios de antes y después). Y por la tarde otras (casi) tres horas. De lunes a viernes, entre las 7:50 de la mañana y las 20:30 de la tarde, TVE emite casi diez horas de magazines informativos. No se me ocurren muchos precedentes de esto. Es un experimento, y les está funcionando".

Al margen de lograr que Antena 3 empiece a mirar por el retrovisor a TVE, otro de los efectos inesperados del crecimiento de la TVE más politizada es que los damnificados no serían sus antagonistas políticos más directos (Antena 3 y Telecinco, cuyos magazines son abiertamente antisanchistas) sino La Sexta. Tomemos los datos de septiembre. AR y Espejo Público resisten como pueden el empuje de La hora de La 1, en máximos históricos del 17,3%, tres puntos más que hace un año. Esta comparación entre los tres programas requiere matizaciones. 1) Solo coinciden los tres durante los primeros 90 minutos de los magazines de Antena 3 y Telecinco (el de La 1 empieza una hora antes y los otros dos duran más). 2) Ana Rosa va al alza -12,7%- y está muy por encima de la media de su cadena, mientras Griso -11,7%- desciende por debajo de la media de Antena 3.

Pero es en la siguiente franja donde Al rojo vivo (La Sexta), pionero del tertulianismo televisivo en la era digital, traga más agua contra Mañaneros: 14,1% (5,4 puntos más que hace un año) contra 8,4% (el curso anterior, Ferreras hacía una media del 11,1%).

El pasado septiembre, Ferreras tuvo 290.000 espectadores diarios, dos tercios menos de los que tenía en su mejor momento (temporada 2019/2020: 984.000 espectadores). No obstante, como la tele generalista pierde todos los años espectadores por el streaming, es más preciso medir la caída de Ferreras con el share: de su tope del 15,5% en 2019, al 8,4 % actual. Con todo y con eso, Al rojo vivo sigue siendo uno de los pocos programas de La Sexta con mucha más audiencia que la media de la cadena, que en septiembre fue del 5,9%. Ferreras no está en la UVI, pero su influencia está en el aire.

El caso Ferreras

El programa de Ferreras llegó a doblar y triplicar la media de su cadena. Pero estas grandes cifras ni siquiera reflejaban la influencia política del ferrerismo, líder habitual en las noches electorales (últimamente ya no), y cuyos especiales informativos en directo pasaban por encima de una competencia más interesada en el entretenimiento que en la política. Pero el resto de cadenas acabó poniéndose las pilas, proliferaron las tertulias, a Ferreras le salió competencia copiota. Además, en un punto de inflexión, la imagen de Ferreras entre la opinión pública de izquierdas gripó cuando Pablo Iglesias empezó a atacarle por tierra, mar y aire (sobre los motivos de esta pelea, que Iglesias justificó acusando a Ferreras de formar parte del lawfare/deep state, se podría escribir una tesis, pero resumiendo mucho: luchas de poder entre los campos mediáticos de las izquierdas españolas).

Al calor de esta refriega, y con el Podemos de Iglesias aún en el Gobierno, se produjo un primer intento de romper la audiencia de Ferreras desde TVE, con una tertulia clónica de Jesús Cintora que rascó algo de audiencia a Al Rojo Vivo, pero acabó purgada por las batallas internas entre TVE, el Gobierno y la oposición.

Lo que ha pasado ahora es lo siguiente: cuando Sánchez volvió de su desconcertante retiro de varios días por el begoñagate, apostó fuerte por dar la batalla mediática. ¿Qué la mayoría de los medios privados le atacaban sin tregua? La mejor defensa era un buen ataque, con la tele pública lideraría la contraofensiva. Con el antisanchismo copando muchas cadenas, la audiencia más sanchista ha saltado en bloque al refugio donde sin duda encuentran otra cosa: TVE.

En este ambiente de máxima polarización entre medios sanchistas y medios antisanchistas, Ferreras se ha quedado en tierra de nadie, con audiencia menguante y palos desde todos los lados, demasiado tirante con Sánchez para subirse al barco gubernamental, pero también demasiado progre para los otros. No era tiempo para matices.

"La gente no quiere periodismo, la gente quiere doctrina, escuchar lo mismo que ya piensa"

En efecto, el meme derechista de La Sexta como cadena progresista obvia detalles relevantes, como las históricas tiranteces entre Ferreras y Sánchez, cuyo momento estelar fue el sangriento comité Federal del PSOE en el que Sánchez fue defenestrado… seguido en directo por un épico especial de Ferreras que, según varios observadores del evento, jugó un papel decisivo en el descarrilamiento de Sánchez esa tarde. Llevándolo al día de hoy, las diferencias en la cobertura del sanchismo entre Al Rojo vivo y su competencia en TVE (Mañaneros 360) son reseñables.

Ejemplo: en el último comité federal dramático, el de la imputación de Santos Cerdán, mientras Ferreras ponía el foco en las acusaciones de acoso sexual contra un miembro del aparato de Ferraz, Javier Ruiz hacía contorsiones: primero, ignoró el asunto; luego, acusó a la competencia de hablar de lo que no tocaba; por último, tras defenestrar finalmente el PSOE al señalado por el Me Too, el presentador de TVE procedió a felicitar al Gobierno por la rápida resolución de un caso… que él había tapado hasta entonces a sus espectadores. Cuando arrancó Al Rojo Vivo, en 2011, chirriaba mucho ver al presentador (Ferreras) como un tertuliano más, pero el modelo triunfó, se copió… y ahora se ha sofisticado.

"Silvia Intxaurrondo y Javier Ruiz opinan igual que Ferreras, lo que pasa es que lo suyo es más fino, opinan bajo la fachada de dar un dato o explicar algo con pizarra. Han mejorado el modelo", cuenta una periodista atenta a los vaivenes ideológicos de las tertulias. Sigue: "Cuando digo que lo hacen bien, me refiero también es que en las tertulias de TVE están bien repartidas entre tertulianos progresistas y tertulianos conservadores. El truco es que los programas pasan de puntillas por los problemas que afectan al Gobierno y magnifican los de la oposición. También te digo que comparado con algunas tertulias conservadoras de las autonómicas, la TVE sanchista parece la BBC. La gente no quiere periodismo, la gente quiere doctrina, escuchar lo mismo que ya piensa", zanja.

Todos echados al monte… y Ferreras devorado por sus hijos.

Mejor arranque de curso en 14 años. La controvertida estrategia de TVE de llenar la parrilla de La 1 de magazines informativos progubernamentales, criticada duramente por la oposición, ha recibido un respaldo que en el mundo televisivo suele ser definitivo: el de la audiencia. La 1 ha tenido su mejor mes de septiembre (11,6% de share) desde 2011, una subida de casi dos puntos en el interanual, situándose a 1,4 puntos del liderazgo de Antena 3 (13%), que ya no tiene que preocuparse de Telecinco (hundida en el 9,2%, el peor arranque de curso de su historia), y sí de la tele pública, que en un año le ha comido la mitad de su ventaja, tras cuatro años liderando sin grandes sobresaltos. El número 1 de Antena 3 no peligra a corto plazo, pues su programación es sólida, pero algo pasa en TVE.

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