Es noticia
Cuando miles de horas de estudio no valen para ganar 'Pasapalabra': "Me preparé 10 años para un minuto y medio en TV"
  1. Televisión
DE PROFESIÓN, CONCURSANTE

Cuando miles de horas de estudio no valen para ganar 'Pasapalabra': "Me preparé 10 años para un minuto y medio en TV"

Cuando alguien gana el bote, las noticias hablan de la recompensa a años de estudio. Pero los ganadores son la punta de un iceberg en el que los concursos se toman muy en serio

Foto: Rafa Castaño gana el superbote de 'Pasapalabra'. (Atresmedia)
Rafa Castaño gana el superbote de 'Pasapalabra'. (Atresmedia)

El pasado jueves, el sevillano Rafa Castaño ganó el bote de Pasapalabra. Se hizo con un premio de 2,2 millones de euros, el tercero mayor de la historia de la televisión española. Sucedió en prime time, contra su archirrival Orestes, y ante casi cinco millones de espectadores, una audiencia a la que ya solo aspiran los partidos del Mundial.

Castaño tuvo que hacer 196 roscos antes de saltar la banca. Para la última pregunta, cuando ya casi tenía el dinero en la mano, Pasapalabra le guardaba una bomba:

— Con la Z, escarabajo de la familia que ataca los trigales, especialmente cuando los granos son tiernos.
Zabro.

A usted esta respuesta puede parecerle fruto de una erudición notable, pero en algunos foros ejerce el efecto de aplicar una lupa en un hormiguero. Lo que perciben es que Castaño se ha estudiado el diccionario hasta la última página y que, gracias a ese trabajo, ha conseguido abrir un cerrojo.

Foto: Rafa Castaño, ganador de 'Pasapalabra'. (Atresmedia)

En los foros de concursantes, un cerrojo es una pregunta concebida para que pierdas. La medalla de plata de halterofilia en los JJOO de 1972 o un subafluente del Mekong: conocimientos que exceden cualquier estándar de cultura general y tampoco suelen estudiarse. Para los concursantes profesionales, un cerrojo significa el fracaso de una inversión de años.

"No somos muchos, en torno a 40 ó 50", dice Juanlu Roca, un farmacéutico de Huesca que hace unos años decidió dedicarse a los concursos. Ha pasado por El cazador, Pasapalabra, Password, Money,Money, y El rival más débil. Además, fue uno de los Magníficos de Saber y ganar el año pasado. "¿Que si me considero un concursante profesional? Bueno, los concursos me han servido para viajar por todo el mundo, pero he tenido que tener trabajos para mantenerme", dice a este periódico.

El concursante profesional es un hombre de entre 30 y 40 años, con estudios superiores y gran interés por los formatos. La figura surge en torno a Saber y ganar, uno de los primeros espacios en mantener a los concursantes varios días en pantalla. Los programadores observaron que la continuidad generaba empatía entre los espectadores, que ya no solo acudían a la cita como pasatiempo, sino para saber qué tal le iba a su concursante favorito.

Los concursos manejan una bolsa de profesionales del quiz para mantener la audiencia

Desde entonces, los concursos manejan una bolsa de profesionales del quiz que mantienen las audiencias cuando se enfrentan contra novatos y las disparan cuando pugnan entre ellos, como sucedió el jueves.

Roca pertenece a esa elite que salta de un programa a otro. Conoce las reglas de todos los concursos, pero también cómo son los castings y cuántos programas se graban por jornada. Es información que circula por el foro de concursantes, cuyo nombre prefieren mantener en el anonimato. "Allí somos una banda de locos a los que picó el gusanillo de los concursos", dice Roca. "Eso, y que algunos han descubierto que se puede hacer mucho dinero estudiando. No solo está el bote: en Pasapalabra, te pagan el hotel y 1.200 euros por cada día que ganas. Si estás un mes, echa cuentas: eso no lo ganas en otro trabajo".

Ser un concursante profesional no es tan sencillo. Entre programas, los concursantes se someten a largas jornadas de estudio alienante, como puede ser memorizar el Diccionario de la Real Academia Española por orden alfabético. "Sin duda, Pasapalabra es el que precisa de una preparación más específica. Yo tengo una base de datos organizada por temas además de la documentación en papel. Tienes que ver todos los programas y anotar todas las respuestas de los roscos, porque se repiten cada cierto tiempo", dice Roca. "Y luego, claro, añadir datos a la BBDD casi a diario, como los ganadores de los Goya, de los Oscar...".

La silla de la discordia

Juanlu participó en el décimo aniversario de Pasapalabra como representante de La Rioja. Fue semifinalista, entre otros tres concursantes muy conocidos: Lilit, David Leo y Jero, tres históricos de Pasapalabra, pero también de Saber y ganar, El cazador... "El director me comentó que volverían a llamarme, porque lo hice bastante bien, así que estuve estudiando dos años, pero nunca sonó el teléfono", lamenta.

El concursante está convencido de que su perfil ha dejado de interesar a Pasapalabra. "Es obvio lo que están haciendo: quieren tener siempre a un crack y a alguien que no pueda competir con él, para después desembocar en una lucha de cracks que dispare las audiencias", dice Juanlu Roca. He aquí otra técnica heredada del wrestling: el camino más rápido para un combate entre campeones pasa por ponerlos a apalizar mindundis. Cuando el público los considere imbatibles, enfréntelos y ponga el cazo.

placeholder Juanlu Roca, con camisa azul, durante su participación en Pasapalabra. (Atresmedia)
Juanlu Roca, con camisa azul, durante su participación en Pasapalabra. (Atresmedia)

"Si eres seguidor de Pasapalabra, has tenido que notar que el nivel de los nuevos concursantes es más bajo. Se busca que no incordien mucho, para eso se creó la silla azul", explica el oscense.

La silla azul se introdujo en el verano de 2015 y mencionarla sigue suscitando polémica. Es un sistema de repesca que beneficia a los grandes concursantes, que disponen de otra oportunidad en caso de salir derrotado. La silla ha hecho que la racha de victorias más larga pase de los 89 programas de Paz Herrera en 2014 a las más de 200 que acumulan Orestes, Rafa o Pablo Díaz.

Diez años de estudio por un minuto

Los nuevos, al tener que enfrentarse a muerte súbita contra un contricante superior, han perdido gran parte de su acceso al programa. "Hay 240 ediciones al año de Pasapalabra, porque no para ni en agosto. Bien, pues no creo que más de diez concursantes que hayan accedido mediante la silla azul", dice Gabriel García Pedrals, exconcursante de Pasapalabra.

Pasapalabra es el programa más visto de la televisión española desde hace años. Es tan rentable que puede permitirse costear el viaje y el hotel de cientos de concursantes que solo rellenan un par de minutos de pantalla, lo justo para ser apeados de la silla azul. Sin embargo, el coste emocional para un concursante que ha invertido miles de horas de estudio puede ser devastador.

El caso de Gabriel Pedrals fue visto y no visto: participó el 30 de noviembre de 2016 en la silla azul, contra Amalia. En una de las respuestas, Amalia dijo Gandolf cuando debió responder Gandalf. En la grabación no se aprecia, pero Gabriel denuncia que en ese momento se pausó la grabación para dirimir si la respuesta era correcta. "Se la dieron por buena, aludiendo a que había entrado dentro de tiempo. Pero ese no era el debate, es que es una respuesta errónea. Así que, perplejo por lo que acababa de ver, fallé las dos siguientes y fui eliminado".

"Fueron diez años de estudio para un minuto y medio en Pasalabra, no podía dejarlo así".

Foto: Rafa y Orestes, en su último duelo en 'Pasapalabra'. (Atresmedia)

García Pedrals elevó un escrito de queja que incluía extractos de La enciclopedia de El Señor de los Anillos que avalaban su versión. "Me reconocieron el error y me prometieron entrar de nuevo en el concurso, sin tener que pasar por la silla azul, a comienzos de 2017", explica a este periódico.

Gabriel esperó durante todo el año, llegando a rechazar ofertas laborales para estar preparado cuando sonase el teléfono. "Entonces llamaba yo y me decían que tranquilo, que yo era el siguiente, que me habían dado su palabra... hasta hoy". Seis años y medio lleva este periodista palentino esperando su desquite, informándose de todo cuanto puede en los foros.

Pese a todo, Gabriel no renuncia a volver al programa. Mientras, se quita el gusanillo presentando versiones caseras de Pasapalabra con compañeros del otro lado del charco. "Aquí sigo, esperando a que cumplan la promesa que me hicieron hace casi siete años. Cuando la cumplan, volveré", dice.

El pasado jueves, el sevillano Rafa Castaño ganó el bote de Pasapalabra. Se hizo con un premio de 2,2 millones de euros, el tercero mayor de la historia de la televisión española. Sucedió en prime time, contra su archirrival Orestes, y ante casi cinco millones de espectadores, una audiencia a la que ya solo aspiran los partidos del Mundial.

Pasapalabra