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'Cuties': Netflix incendia las redes con una película que para nada es lo que venden
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LA OPINIÓN DE 'LA TELETIPA'

'Cuties': Netflix incendia las redes con una película que para nada es lo que venden

La película de Maïmouna Doucuré, premio del Jurado en Sundance, es una crítica tanto a la hipersexualización de la niñez como a la ideología fundamentalista

Foto: Polémico cartel de 'Cuties'. (Netflix)
Polémico cartel de 'Cuties'. (Netflix)

Netflix lleva la sublevación en el ADN. De eso no hay duda. Desde que se instaló en España, cada gran estreno del canal aterriza precedido por una agresiva campaña de publicidad que jamás pasa desapercibida. Siempre en el momento oportuno, eslogan tras eslogan, los publicistas dejan perpleja a la audiencia.

Sin rebuscar mucho, me viene a la memoria la "blanca Navidad" de 'Narcos' en la Puerta del Sol, la inmensa lona que envolvió el Círculo de Bellas Artes en la que se anunciaba la segunda temporada de 'Sex Education' con el lema "querrás tragártela enterita" o las marquesinas en las que se leía "Cuenca, te vamos a poner mirando a Netflix", el canibalismo de 'Santa Clarita Diet' en el metro de Madrid y, por supuesto, la última, la que este pasado jueves revolucionó las redes, la publicación del cartel de 'Cuties' (en España 'Guapis'), película que se estrenará el próximo 9 de septiembre, cuya imagen y primera sinopsis provocó tal incendio en Twitter que en unas pocas horas hizo que Netflix cambiara la imagen del cartel por otra menos provocativa y un resumen de la historia tan fallido como el anterior. La etiqueta #netflixpedofilia fue 'Trending Topic' toda la tarde del jueves.

"Cuties' no deja de ser un grito, una denuncia, un relato intransigente de una niña que vive estrangulada a caballo entre dos mundos antagonistas

Las redes crepitaron, los redentores de las causas justas bramaron en el ágora cibernética sin darse cuenta, y esta es mi humilde opinión tras ver la película, que le estaban haciendo el juego al gigante creado por el visionario Reed Hasting, coloso que solo necesitó algo menos de una década para fulminar a los 'blockbuster'. La mayor empresa de videoclubs del mundo no supo ver la ruina que se le avecinaba cuando a Reed Hastings se le ocurrió crear un servicio de alquiler personalizado, o cuando años después lanzó su primer servicio de 'streaming' con el que acabó con el alquiler de vídeo como lo conocíamos entonces.

placeholder Amy, la preadolescente de 11 años protagonista de 'Guapis'. (Netflix)
Amy, la preadolescente de 11 años protagonista de 'Guapis'. (Netflix)

Deberíamos pensar antes de tuitear. Estoy convencida de que el otro cartel ya estaba preparado, que todo es parte de una campaña orquestada por los publicistas de Netflix puesto que no tardaron en recular y cambiarlo todo. Netflix no da puntada sin hilo. Ahora bien, esta vez la osadía le puede costar cara a sus ideólogos. La película para nada es lo que cuentan, sino todo lo contrario. No me entra en la cabeza los dos desafortunados resúmenes de 'Cuties', película que obtuvo el premio del Jurado en el pasado Festival de Sundance y que sedujo a la crítica en la Berlinale 2020. Cuando la vida era otra, antes del covid-19. Ninguno le hace justicia.

Dirigida por Maïmouna Doucuré el filme narra la historia de Amy, una preadolescente de 11 años de origen senegalés que reside con su madre y sus hermanos en los suburbios de una ciudad francesa. La joven, en plena revolución hormonal, vive a caballo entre dos culturas. En tierra de nadie. Por un lado, su madre, musulmana profundamente creyente y respetuosa con las costumbres de su país; por otro, esa ciudad sin ley en la que se convierten los patios de los institutos, sobre todo, en la adolescencia.

placeholder Imagen de las protagonistas de 'Cuties'. (Netflix)
Imagen de las protagonistas de 'Cuties'. (Netflix)

Amy, que le aterra la idea de repetir el rol materno, se une a un grupo de chicas de su edad que se preparan para participar en un concurso de baile. Es aquí donde brota la llaga. No voy a desvelar más, el que quiera que la vea, porque la cinta de Doucuré es una crítica tanto a la hipersexualización de la niñez como a la ideología fundamentalista. Su directora lo dejó claro en una entrevista en la revista Paris Macht. "Se me ocurrió la idea después de ver a niñas de 11 años bailando lascivamente en una fiesta de barrio. Me quedé sorprendida y me pregunté si eran conscientes de la imagen de disponibilidad sexual que proyectaban. Entre el público había madres más tradicionales, algunas de ellas con velo. Para mí fue un verdadero choque cultural. Me quedé atónita y pensé en mi propia infancia".

"Paradójicamente Amy no pierde de vista la infancia en 'Cuties'. Su imaginario y su inocencia están presentes siempre"

"A menudo me he hecho preguntas sobre mi propia feminidad, sobre la evolución entre dos culturas, sobre mi cultura senegalesa que proviene de mis padres y mi cultura occidental. Necesitaba la versión 2020 de esa joven, así que durante año y medio detuve a grupos de chicas jóvenes en la calle, a veces en las escuelas o cuando las organizaciones me abrían las puertas. Las grabé y recopilé sus historias para saber dónde se ubicaron de niñas, cómo se ubicaron en la sociedad con sus familias, en la escuela, con las redes sociales. Todas estas historias alimentaron la escritura de 'Cuties", explica.

placeholder Imagen de 'Cuties'. (Netflix)
Imagen de 'Cuties'. (Netflix)

Algo estamos haciendo mal como sociedad cuando la infancia cada vez dura menos, cuando lo admitimos y, a veces, hasta lo fomentamos poniendo 'smartphones' y 'tablets' en las manos de niños y niñas de ocho años sin control parental, con todo lo bueno y lo malo del universo cibernético abierto a sus cerebros ávidos de curiosidad, incapaces de discernir entre lo bueno y lo malo, entre la verdad y la mentira.

placeholder Imagen del cartel original de la película. (Netflix)
Imagen del cartel original de la película. (Netflix)

Vivimos de la inmediatez, lo quiero ahora y lo tengo, no tenemos paciencia y no enseñamos a tenerla. Esta es la revolución de las redes. El problema es que todo nos parece normal y solo cuando nos ponen la foto delante nos llevamos las manos a la cabeza. Y si no, pensemos en la música que escuchan los preadolescentes y los adolescentes. La música es un reflejo de la sociedad y, como tal, también influye en ella. El reguetón ha desplazado al pop y eso conlleva la sexualización de la mujer. Las canciones y el baile en sí mismo llevan implícito un modelo de mujer codificada que imitan las niñas. Perreo, 'twerking', letras de canciones cada vez más machistas… Todo está tan normalizado que los niños y niñas crecen con ello.

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Nueva imagen de 'Guapis/Cuties' en la web de la plataforma. (Netflix)

'Cuties' no deja de ser un grito, una denuncia, un relato intransigente de una niña de 11 años que vive estrangulada a caballo entre dos mundos antagonistas, entre dos orillas. Ninguna ofrece un desenlace adecuado. Doucuré mueve la cámara sin juzgar. El espectador camina de la mano de la Amy, crece a través de su mirada, sin prejuicios, con empatía. A medida que trascurre la historia se da cuenta de complejidad de lo que está viviendo, paradójicamente Amy no pierde de vista la infancia. Su imaginario y su inocencia están presentes siempre.

"Durante mi investigación, vi que todas estas chicas que había conocido estaban muy expuestas en las redes sociales. Muchas de ellas tenían 400.000 seguidores en redes solo por el hecho de haber publicado fotos sexis. Hoy en día, cuanto más sexi y objetivada es una mujer, más valor tiene a los ojos de las redes sociales. Cuando tienes 11 años, no comprendes realmente todos estos mecanismos, pero tiendes a imitar, a hacer lo mismo que los demás para obtener un resultado similar. Creo que es urgente que hablemos de ello, que se debata el tema", explica la directora en otra entrevista.

'Cuties' mete el dedo en la llaga tanto como el discurso feminista de su directora al recoger el premio de Sundance. "Hay que hablar de eso. Sabemos que hay un problema y ocultándolo no desaparecerá. Necesitamos más modelos en posiciones más altas, presidentas, astronautas, ingenieras… Son indispensables para la construcción de niñas, imprescindibles para abrir la imaginación".

Lo dicho, hay que pensar antes de tuitear. Rezuma mucho hiperactivo, mucho impulsivo y mucho odio gratuito de las redes. Un tuit es como un león: si lo guardas contigo, te defenderá, pero si lo dejas escapar terminará por devorarte. Llegados a este punto, si quieren me apedrean digitalmente, pero yo sí he visto 'Cuties'. Es una historia brutal.

placeholder Milagros
Milagros

Netflix lleva la sublevación en el ADN. De eso no hay duda. Desde que se instaló en España, cada gran estreno del canal aterriza precedido por una agresiva campaña de publicidad que jamás pasa desapercibida. Siempre en el momento oportuno, eslogan tras eslogan, los publicistas dejan perpleja a la audiencia.

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