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Se me abren las carnes de pensar en tres debates electorales... Ya estoy eligiendo serie
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OPINIÓN DE 'LA TELETIPA'

Se me abren las carnes de pensar en tres debates electorales... Ya estoy eligiendo serie

Los grandes grupos audiovisuales han invitado a los principales líderes políticos a un debate electoral. La pregunta es si finalmente habrá uno solo con señal compartida, como en 2016

Foto: Plató del debate electoral celebrado en La 1 en las pasadas elecciones. (TVE)
Plató del debate electoral celebrado en La 1 en las pasadas elecciones. (TVE)

Tras 126 días de legislatura, el pasado 24 de septiembre el Congreso bajó el telón y mandó al recreo a los líderes políticos más infantiles de la historia de la democracia; unos dirigentes que han demostrado su incapacidad y su ineptitud a la hora de llegar a un acuerdo de Gobierno. Entre las luchas de egos, las exigencias de ministerios y el tú no me caes bien y contigo no me ajunto, los españoles vamos a ejercer nuestro derecho al voto por cuarta vez en cuatro años y, según las encuestas, no parece que el reparto de escaños vaya a variar la situación. No quieren verlo, pero estos seudoadolescentes políticos están condenados a entenderse.

Así las cosas, a mí lo que verdaderamente me quita el sueño es el asunto de los debates televisivos. No me alcanza la imaginación y se me abren las carnes al pensar que en una semana de campaña tengamos que soportar tres debates, en tres cadenas diferentes. Entiendo que al final triunfará la sensatez y del empacho pasaremos a la mesura, es decir, un solo debate, en un lugar neutral (supongo que en la sede de la Academia de la Televisión) y moderado por tres periodistas, uno de cada grupo. O dos. La última vez que se produjo esta alianza, el 13 de junio de 2016, los responsables fueron Ana Blanco y Vicente Vallés. Si hoy pienso en tres, es porque en esta ocasión Mediaset también se ha ofrecido a emitir un debate.

No quieren verlo, pero estos seudoadolescentes políticos están condenados a entenderse

Las cadenas no han perdido el tiempo. Desde que el fantasma de las elecciones pulula sobre nuestras cabezas, como en una partida de ajedrez, cada grupo ha movido la pieza necesaria para acoger entre sus paredes el debate decisivo, el debate (esta vez) a cinco, el debate del siglo o como quieran bautizarlo. Todo por la audiencia. No se engañen, no dudo que las cadenas ofrezcan a los candidatos la posibilidad de participar en un debate por el interés político, pero lo que tengo claro, bueno, claro no, clarísimo, es que la batalla es por la audiencia.

placeholder Pablo Casado, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias. (TVE)
Pablo Casado, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias. (TVE)

Si alguien lo duda, allá van los últimos datos. En la pasada campaña electoral, el debate a cuatro emitido por RTVE y moderado por Xabier Fortes sedujo a 8,88 millones de espectadores y alcanzó una cuota de pantalla del 43,8%. Por su parte, el debate emitido por Atresmedia, moderado por Ana Pastor y Vicente Vallés, arrasó con su emisión 'simulcast'. Sentó frente al televisor a 9,5 millones de españoles y obtuvo un 48,8% de cuota de pantalla. Si la ineptitud de los políticos ofrece a los directivos de las cadenas de televisión la oportunidad de repetir estas cifras de audiencia dignas de los grandes encuentros deportivos, a ver quién es el guapo que lo rechaza. De hecho, Telecinco, que no se caracteriza por la flexibilidad en la parrilla, también ha entrado en el juego.

Entiendo que, al final, triunfará la sensatez y del empacho pasaremos a la mesura, es decir, un solo debate, en un lugar neutral

RTVE sacó el peón antes de tiempo. Movió ficha cuando ni siquiera se habían disuelto las Cortes generales. Lo siento, pero esto debería estar penalizado. ¿En qué bola de cristal se basaron para dar por hecho que no habría investidura? Ya lo sé, la cosa pintaba mal, pero, como dicen los taurinos, hasta el rabo todo es toro. El 18 de septiembre, nuestros pueriles políticos todavía andaban buscando o haciendo que buscaban soluciones. Ese mismo día, la corporación que dirige Rosa María Mateo dio un paso antes de tiempo y propuso un debate con los candidatos a la presidencia del Gobierno de los cinco partidos con mayor representación parlamentaria que se celebraría el lunes 4 de noviembre y sería emitido por La 1, el Canal 24 Horas, TVE Internacional, RNE y la web de RTVE. Por si esto fuera poco, ofrecieron un debate entre los portavoces de los siete partidos con grupo propio y tres debates cara a cara. ¡Ahí es nada!

placeholder Debate de Atresmedia. (EFE)
Debate de Atresmedia. (EFE)

Los directivos de Atresmedia fueron mucho más pacientes y sibilinos. Tenían las cartas preparadas "pero por respeto a los plazos democráticos" no las enviaron hasta que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó la disolución de las Cortes generales y convocó nuevas elecciones generales para el 10 de noviembre. El 24 de noviembre, los candidatos de los cinco partidos mayoritarios recibieron una carta firmada por Silvio González en la que se les invitaba a participar en un debate a cinco moderado de nuevo por Ana Pastor y Vicente Vallés y que se celebraría el 3 de noviembre.

Mediaset, que en los últimos comicios se mantuvo ajena a este tipo de coberturas, también se aventuró a enviar su oferta a los líderes de las cinco principales formaciones políticas y apostaba por un debate el 5 de noviembre.

El día de la marmota, si nadie lo remedia, esto se convertirá en el día de la marmota. Domingo 3, lunes 4 y martes 5 de noviembre. Por si acaso, yo ya estoy buscando una serie para darme el atracón.

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Tras 126 días de legislatura, el pasado 24 de septiembre el Congreso bajó el telón y mandó al recreo a los líderes políticos más infantiles de la historia de la democracia; unos dirigentes que han demostrado su incapacidad y su ineptitud a la hora de llegar a un acuerdo de Gobierno. Entre las luchas de egos, las exigencias de ministerios y el tú no me caes bien y contigo no me ajunto, los españoles vamos a ejercer nuestro derecho al voto por cuarta vez en cuatro años y, según las encuestas, no parece que el reparto de escaños vaya a variar la situación. No quieren verlo, pero estos seudoadolescentes políticos están condenados a entenderse.

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