El bombero Adán elige a la curvilínea Eva
Al verse no se han atraído nada. Sin embargo, el paso de las horas y el hecho de no llevar ropa hizo que sus personalidades brillaran más que nunca y congeniasen
Al verse no se han atraído nada. A Montse no le gustan nada los chicos de gimnasio y a Alejandro solo le van las chicas espectaculares. Sin embargo, el paso de las horas y el hecho de no llevar ninguna prenda de ropa, hizo que sus personalidades brillaran más que nunca y comenzaran a congeniar.
Alejandro es un valenciano que trabaja como bombero y que se tiene en muy buena consideración: “Sinceramente, yo pienso de mí que soy como un regalito. Tengo un trabajo fijo, una casa, soy una buena persona, un chico divertido y espontáneo. Tengo buen físico, dinero, una familia estructurada… La verdad es que no sé por qué no tengo pareja”, dijo el nuevo Adán sobre sí mismo.
Montse, por su parte, es una mujer muy segura de sí misma. “Me dicen que soy muy morbosa y muy sexy. No tengo ningún complejo. A veces me gustaría ser más alta o pesar seis kilos menos, pero estoy muy orgullosa de mi cuerpo”, dijo antes de desnudarse.
Y cuando el amor comenzaba a florecer, entró en escena Sonia. Ambos han sentido una atracción sexual mutua e inmediata. Los dos tienen dos cuerpos trabajados, tatuados y morenos. Ella se ha mostrado muy interesada en él: “A mí los bomberos me encantan. Yo a Alejandro le haría un favor;bueno, le haría uno detrás de otro”.
Pero aun teniendo una atractiva rival dentro de la isla, Montse es una mujer con un gran poder de seducción. Adán y Eva tuvieron un erótico encuentro en el que el musculoso Alejandro vendó los ojos a Montse para darle un masaje y un beso en el cuello.
Finalmente, Alejandro dejó de lado todos los prejuicios con los que llegó a la isla y, en vez de quedarse con su prototipo físico de mujer, optó por la personalidad y la inteligencia de Montse.
Al verse no se han atraído nada. A Montse no le gustan nada los chicos de gimnasio y a Alejandro solo le van las chicas espectaculares. Sin embargo, el paso de las horas y el hecho de no llevar ninguna prenda de ropa, hizo que sus personalidades brillaran más que nunca y comenzaran a congeniar.