Lucía Etxebarría: "He sido puta durante ocho días, señor Vasile. No más"

Lucía Etxebarría vuelve a la carga. Esta vez ha decidido atacar directamente al puesto más alto de Mediaset España, a Paolo Vasile, consejero delegado del grupo. La escritora sigue culpando a la cadena del ataque constante que está sufriendo en las redes sociales por parte de los espectadores de Telecinco. Y así ha querido contarlo en una particular carta dirigida directamente al consejero delegado: “He sido puta durante ocho días, señor Vasile. No más”.

Pero esta es sólo una de las perlas que la escritora ha publicado en las redes sociales. Etxebarría estaba invitada este sábado al programa Abre los ojos…y mira, presentado por Emma García para la noche de los sábados en Telecinco. El espacio está producido por La fábrica de la tele, la encargada de crear Campamento de verano y contra la que la escritora ha mantenido una guerra desde verano. En el último momento decidió no acudir al programa, escudándose en la forma en la que hablaron de ella el jueves pasado en la gala final del reality.

“Usted cree que no voy a denunciar porque los pleitos pueden durar tres años y porque no tengo dinero para pagar las tasas. Pero recuerde que usted me hizo firmar un contrato abusivo en el que se incluía una cláusula de confidencialidad. So me la salto, será usted quien quiera denunciarme. Y estoy a punto de saltármela”, declara la escritora refiriéndose directamente a Paolo Vasile.

“Sí, usted me pagó, al principio. Yo a usted nunca llegué a verle. Pero es usted el que paga, mueve y decide. Y cuando me intenté ir, no me dejó marchar. Usted y otros muchos me decían que si había entrado no podía salir. Entré en ello por dinero, como una puta. Pero una puta debe decidir que quiere dejar de practicar la prostitución, que quiere vivir una vida nueva. Y en este caso su chulo no tiene derecho a decir que como fue puta una vez, por desesperación, tiene que serlo el resto de su existencia”.

Lucía Etxebarría no tiene ningún miedo al enfrentarse al mandamás de Telecinco. “Puede que yo me arruine, que jamás vuelva a trabajar, que me deje usted sin reputación. Puede que me tenga que ir a un pueblo perdido de Cuenca. No tengo miedo. Ya no tiene usted poder sobre mí. Me ofrezca lo que me ofrezca por volver, me amenace con lo que me amenace, ya no tiene usted poder sobre mí”.