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El más que rentable negocio de Eurovisión
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El más que rentable negocio de Eurovisión

"¿Cuánto cuesta Eurovisión?", se preguntan los cientos y cientos de espectadores que siguen cada año el certamen al ver el increíble despliegue técnico y humano que

"¿Cuánto cuesta Eurovisión?", se preguntan los cientos y cientos de espectadores que siguen cada año el certamen al ver el increíble despliegue técnico y humano que se lleva a cabo.

Sólo hay dos posible respuestas. Mucho, si el país en cuestión quiere aprovechar tamaño evento para promocionarse turísticamente y, en algunos casos, conseguir un lavado de imagen. O poco, si lo que realmente prima es la música y la supervivencia del propio festival.

El año pasado Azerbaiyán, un país duramente criticado por su constante violación de los derechos humanos, quiso aprovechar Eurovisión para decirle a Europa que no existe esa falta de democracia de la que se habla. El coste para tal objetivo rompió todos los récords: 100 millones de euros. Una cifra desorbitada que hizo pensarse a más de un país si realmente merecía la pena ganar el certamen.

Sin embargo, Suecia ha demostrado que no son necesarios grandes presupuestos para llevar a cabo un gran festival. La SVT, consciente de que no corren buenos tiempos y de que sería negativo lanzar un mensaje de ostentosidad, ha adelgazado el presupuesto hasta 15 millones de euros.

Este presupuesto se desglosa entre la aportación que hace la SVT para realizar la producción (12 millones), la de la ciudad de Malmö (2,5) y las de la Unión Europea de Radiodifusión y las cuotas de participación de los países.  

Unas cantidades fácilmente rentabilizables gracias a los ingresos que se generarán durante las dos semanas que dura el concurso. Según informa el portal Eurovision-Spain, los beneficios que generarán las delegaciones, turistas -la dirección de turismo de la ciudad calcula una llegada de cerca de 100.000 visitantes- y prensa estarán entre 18 y 24 millones de euros. Un negocio incluso mejor que una Exposición Universal, un Mundial de Fútbol, o incluso los tan ansiados por Madrid Juegos Olímpicos.

Pero, es más, según  el director de turismo de la ciudad de Malmó, Johan Hermansson, añade que el mayor valor para el municipio es el generado psicológica y publicitariamente. "El valor de llegar a los cientos de millones de espectadores en Europa es muchas veces mayor que estos datos de ingresos. Se calcula que el valor medio de este tipo de beneficio puede estar entre 60 y 80 millones de euros".

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¿Cuánto le cuesta a España? 

Los gastos que el Festival de Eurovisión suponen para TVE se mueven en torno a los 300.000 euros. El año pasado, el macroconcierto consiguió 6.542.000 espectadores y un 43,5% de cuota de pantalla, convirtiéndose en el evento no deportivo más visto del año ysólo superado por las Campanadas.

En comparación con otros programas de la cadena, Eurovisión cuesta la mitad que un capítulo de Cuéntame o Águila roja (entre 600.000 y 700.000 euros) y muchísimo menos que un evento deportivo. Sólo un partido de la Selección Española o de Champions League le estaba costaba a la televisión pública entre 1 y 2 millones de euros.

Asimismo, el canon que se paga a la UER no es exclusivamente para garantizar la participación de España en el festival. También permite la posibilidad a TVE de acceder a programas educativos, documentales y coproducción de series de animación, además de imágenes para informativos y negociación de algunos derechos de difusión de retransmisiones deportivas.

Además, desde que la pública tomase la decisión de llevar a un cantante reconocido, con una carrera a sus espaldas, el presupuesto de gastos se ha visto reducido. A partir del momento que el cantante pisa suelo extranjero, es su discográfica la que se gasta casi todo el dinero en promocionar a su artista. Algo de lo que TVE se aprovecha para dar bombo a su representante sin números negativos en su cuenta de gastos.

 

"¿Cuánto cuesta Eurovisión?", se preguntan los cientos y cientos de espectadores que siguen cada año el certamen al ver el increíble despliegue técnico y humano que se lleva a cabo.

Sólo hay dos posible respuestas. Mucho, si el país en cuestión quiere aprovechar tamaño evento para promocionarse turísticamente y, en algunos casos, conseguir un lavado de imagen. O poco, si lo que realmente prima es la música y la supervivencia del propio festival.

El año pasado Azerbaiyán, un país duramente criticado por su constante violación de los derechos humanos, quiso aprovechar Eurovisión para decirle a Europa que no existe esa falta de democracia de la que se habla. El coste para tal objetivo rompió todos los récords: 100 millones de euros. Una cifra desorbitada que hizo pensarse a más de un país si realmente merecía la pena ganar el certamen.

Sin embargo, Suecia ha demostrado que no son necesarios grandes presupuestos para llevar a cabo un gran festival. La SVT, consciente de que no corren buenos tiempos y de que sería negativo lanzar un mensaje de ostentosidad, ha adelgazado el presupuesto hasta 15 millones de euros.