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Emilio Gutiérrez-Caba: "Los políticos que niegan los productos culturales de un país son poco patriotas"
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Emilio Gutiérrez-Caba: "Los políticos que niegan los productos culturales de un país son poco patriotas"

Los papeles de malo se le dan bien. De hecho su segudo Goya le llegó tras la excelente interpretación del cínico presidente de La Comunidad de

Los papeles de malo se le dan bien. De hecho su segudo Goya le llegó tras la excelente interpretación del cínico presidente de La Comunidad de Álex de la Iglesia. Quizá por ello, cuando Ramón Campos y Teresa Fernández-Valdéz, productores de Bambú, tuvieron que pensar en un nombre para encarnar a uno de los mayores hijos de puta que ha dado nuestra televisión, don Vicente Cortázar, el primero de la lista fue Emilio Gutiérrez-Caba.

No fallaron. Y es que el actor vallisoletano, perteneciente a una de las sagas familiares más importantes de nuestro cine, ha sabido convertirse perfectamente en el patriarca de una de las familias más perversas de la pequeña pantalla, los Cortázar. Una familia que demostrará hasta qué grado llega su vileza en la tercera temporada de Gran Reserva.

-Por fin podemos ver las andazas de don Vicente Cortázar. ¿Cómo ha llevado este año?

He estado haciendo cosas en televisión y teatro. Yo personalmente lo he llevado bien, pero que no emitieran la serie ha sido motivo de inquietud porque retrasaba la posibilidad de retomar el proyecto otra vez. 

-Este año el hijoputismo de los Cortázar va a ser mayor...

Sí, se están agudizando las posturas. Don Vicente es un hombre muy tradicionalista que impone su teoría de que la familia está por encima de todo, que siempre debe ser una piña y por eso el fin justifica los medios.

-¿Le paran por la calle al nombre de Vicente?

Algunas personas, pero en general no. Eso sí, me dicen que soy malísimo. 

-¿Quiénes han sido sus referencias para abordar este papel?

Fundamentalmente una serie de personajes que a lo largo de vida he visto tanto en televisión y en cine y forman parte de mi imaginación: RIchard Wirman, Burl Ives, Larry Hangman, Jane Wyman. Gente que ha dejado modelos a tener como referencia.

-¿Es agradecido hacer de malo?

Creo que sí porque en algunos momentos tienes que fingir bondad, en otros cinismo y en otros sacar toda la mala uva que tiene. Eso es muy enriquecedor y te hace mover muy bien las neuronas.

¿Comedia o drama?

Me gustan ambas facetas. La comedia es más agradecida, más relajada, y en los tiempos que corre es más refrescante. En el caso de Gran Reserva también trabajamos en una especie de guiñol de maldad infinita que también nos divierte.

Actualmente también participa en la obra de teatro Poder absoluto...

Sí, interpreto al presidente del Partido Popular austriaco. Es un personaje muy bien dibujado con un componente de cinismo y pasado oscuro tremendo. 

En estos momentos que vivimos en los que la población no confía en los políticos, ¿son necesarias obras como la que usted interpreta?

Sí. En el teatro, que es un lugar donde el público elige lo que quiere ver, es necesario ya que es un thriller con una teoría poítica muy interesante con tramas de corrupción que incluso a veces provocan la risa.

¿Cómo ve la política actual?

La veo como todo, en crisis. Con muchos altibajos y con una pérdida de perspectiva. La izquierda y la derecha están desaforadas y tienen que buscar su sitio y consolidarse como opciones serenas para el ciudadano y no crispadas.

Muchos se empeñan en criticar a aquellos actores que opinan sobre políica...

Es una crítica antidemocrática. Antes que nada, somos ciudadanos y podemos pronunciarnos. No veo porque nos niegan ese derecho. Es como si un fontanero no pudiera opinar sobre el agua. Formamos parte de la sociedad española y pagamos nuestros impuestos.

Ha dicho recientemente que a los políticos no les importa el teatro. ¿Y el cine y la televisión?

Tampoco. Les importa poco las áreas draamáticas y cómicas. Tienen el concepto de que son meramente productos de consumo y eso es un gran error. La cultura de un país se refleja en su cine, en su teatro, su pintura, su television, su literatura. Hay países muy orgullosos de sus productos audiovisuales y tendríamos que ser así. En cuanto los políticos niegan los productos culturales de un país, están negando la existencia de un país, a sí mismo y son poco patriotas.

¿Le llegan ofertas de cine? 

No. Me llegan de teatro y televisión. De cine estamos todos trabajando bajo mínimo y hace dos años que no hago cine. Son ciclos. Actualmente el cine no se ocupa de mí, ni yo de él.

Pues tiene dos Goya...

Eso no es orientativo. Hoy en día hay muchos jóvenes directores que tienen argumentos en los que nosotros o nuestros personajes no estamos contemplados.

Los papeles de malo se le dan bien. De hecho su segudo Goya le llegó tras la excelente interpretación del cínico presidente de La Comunidad de Álex de la Iglesia. Quizá por ello, cuando Ramón Campos y Teresa Fernández-Valdéz, productores de Bambú, tuvieron que pensar en un nombre para encarnar a uno de los mayores hijos de puta que ha dado nuestra televisión, don Vicente Cortázar, el primero de la lista fue Emilio Gutiérrez-Caba.