Uno de los herederos del imperio VIP's se pasa al cine

Probó suerte en el mundo de la música, su mayor vocación desde pequeño, aunque el dolor de una ruptura amorosa y la clasificación inevitable por parte de la prensa del corazón como personaje famoso le hicieron replantearse el cauce de su vida. Lo dejó todo. No quería seguir por ese camino.

Su condición de hijo de Plácido Arango, fundador del imperio Vip’s, tampoco le ayudó mucho a convertir su sueño en realidad. Por ello, Paco Arango abandonó la faceta de cantante desaliñado para entregarse a la producción televisiva, aunque ahora su carrera va por otros derroteros. “Quiero hacer cine. Tengo muchos proyectos en el séptimo arte. La tele ya forma parte del pasado”, dice Arango en conversación con Vanitatis.

Al productor ya no le interesa enfocar su trayectoria profesional en la pequeña pantalla, un medio que también le ha reportado muchas alegrías gracias a series como Aladina, con Paz Padilla o Miriam Díaz Aroca, y del que desapareció súbitamente, sin hacer demasiado ruido.

De la pequeña a la gran pantalla

En la actualidad, Arango se encuentra en fase de edición de su primera película como director, Maktub, que en árabe significa "está escrito", y que viene a reivindicar el peso del destino, como en El Alquimista de Paulo Coelho. “Saldrá por Navidades y es toda una lección de vida. Está inspirada en algunas historias de la Fundación. Estoy encantado con el resultado”, afirma.

Para dar forma a esta nueva aventura, el hermano del actual presidente de la compañía familiar ha contado con un reparto de excepción, “que ha hecho, si cabe, las cosas mucho más fáciles”. Aitana Sánchez Gijón, Goya Toledo, Rosa María Sardá, Amparo Baró y Diego Peretti son nombres de altura para alguien sin experiencia previa. Además, uno de los herederos del gran imperio económico también cuenta con el cameo de Jorge García de Perdidos o Laura Esquivel, conocida por interpretar a Patito Feo en la conocida serie infantil. “Han accedido todos sin cortapisas a colaborar conmigo y el rodaje no podría haber ido mejor. Las dos partes estamos encantados”, dice.

Ya retirado del mundo del corazón, aunque de vez en cuando colabora con sus amigos más conocidos por una buena causa, Paco Arango ha encontrado su nueva ilusión en el cine, con nuevos proyectos que se materializaran poco a poco. Ahora, ya en la madurez, no tiene miedo a los que en su día atribuían sus triunfos al apellido familiar. “A veces ser Arango me ha ayudado, pero en mi familia cada uno lucha por lo suyo. Somos así, siempre unidos como una piña”, concluye. Su trabajo al frente de la Fundación Aladina, que lucha por los niños enfermos de cáncer y sus familias, es el mayor motor de su vida. Y que sigue rugiendo por siempre.

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