Rusia lanza sus bombarderos nucleares soviéticos más poderosos contra Ucrania una vez más
Rusia movió los pocos bombarderos estratégicos supersónicos que le quedan después del devastador ataque ucraniano a una base cerca de Alaska. Ahora han vuelto para un ataque
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Rusia ha lanzado nuevamente sus bombarderos estratégicos Tu-160 para atacar objetivos en Ucrania, una decisión que llega apenas días después de la devastadora Operación Spiderweb, en la que las fuerzas ucranianas destruyeron decenas de aeronaves rusas, incluyendo varios de estos valiosos bombarderos. Es un movimiento que representa un intento desesperado del Kremlin por demostrar que su capacidad ofensiva sigue intacta, a pesar de haber perdido aproximadamente un tercio de su flota de bombarderos estratégicos en el ataque ucraniano del 1 de junio.
La utilización de los Tu-160, sobre todo después de mover el resto de su flota a una base en oriente ruso tras el éxito de Spiderweb, resulta particularmente sorprendente considerando que Rusia solo dispone de unas 15 unidades operativas, muchos de los cuales están en proceso de modernización a la versión Tu-160M.
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Según la publicación Military Watch Magazine, el despliegue de estos bombarderos supersónicos contradice la realidad técnica y logística a la que se enfrenta Moscú. Según documentos internos filtrados, la reparación de un solo Tu-160 requiere al menos 18 meses de trabajo coordinado entre diez empresas diferentes del complejo militar-industrial ruso, que no se distingue ni por su efectividad ni rapidez.
Esta complejidad hace que cada aeronave sea prácticamente irremplazable a corto o medio plazo, especialmente tras los daños sufridos durante la Operación Spiderweb, que afectó gravemente a las bases aéreas donde se alojaban estos bombarderos.
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El ataque y sus implicaciones estratégicas
En este nuevo ataque, los Tu-160 participaron en un ataque coordinado junto a bombarderos Tu-95MS, lanzando un total de 36 misiles de crucero Kh-101 contra objetivos en toda Ucrania. Según la Fuerza Aérea de Ucrania, dos ‘Cisnes Blancos’ —como se le conoce en clave— formaron parte de una formación de siete bombarderos estratégicos rusos en esta operación. Este cambio táctico representa una desviación significativa respecto a la estrategia habitual rusa, que tradicionalmente empleaba los Tu-95MS para este tipo de misiones (quizás porque Spiderweb ha destruido un gran número de estos bombarderos estratégicos).
El Tu-160 es el bombardero estratégico más grande y poderoso del arsenal ruso, capaz de alcanzar velocidades de Mach 2,05 —aproximadamente 2.220 km/h— y transportar hasta 40.000 kilogramos de armamento en sus dos bodegas internas.
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Su diseño incluye alas de geometría variable que pueden modificarse durante el vuelo para optimizar su rendimiento tanto a velocidades bajas como supersónicas. Está propulsado por cuatro motores turbofán Kuznetsov NK-32, considerados los más potentes jamás instalados en un bombardero.
El último ataque con Tu-160 contra Ucrania se produjo en noviembre de 2024, cuando Rusia utilizó estos bombarderos por primera vez en 555 días. En aquella ocasión, los rusos lanzaron más de 80 misiles crucero Kh-555 y Kh-101, coincidiendo con la autorización de Estados Unidos, Reino Unido y Francia para que Ucrania utilizara misiles de largo alcance dentro de territorio ruso. El director del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), Vasyl Maliuk, advirtió recientemente que están "trabajando en nuevas sorpresas, no menos dolorosas que la Operación Spiderweb", lo que sugiere que podrían producirse nuevos ataques contra la aviación estratégica rusa.
La compleja reparación de los Tu-160
La reparación de un solo Tu-160 representa un desafío logístico y técnico monumental para Rusia. Según la investigación de la agencia de espionaje privada Dallas, la restauración del bombardero con número de cola 801 —el mismo que Vladimir Putin utilizó para un vuelo propagandístico en febrero de 2024— requiere la participación coordinada de diez empresas diferentes del complejo militar-industrial ruso y un plazo mínimo de 18 meses.
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Entre los componentes que necesitan reparación se encuentran los cuatro motores NK-32 Serie 02, el sistema de control digital ÈSUD-32M1, los generadores, el tren de aterrizaje, los sistemas de refrigeración y numerosos sensores especializados. Cada una de estas piezas debe ser fabricada o reparada por empresas específicas, como PJSC ODK-Kuznetsov para los motores o JSC Temp para los sistemas de control. La complejidad de este proceso se ve agravada por la escasez de componentes y la necesidad de coordinar múltiples cadenas de suministro en un contexto de sanciones internacionales.
Los problemas técnicos del Tu-160 no son nuevos. Desde su desarrollo inicial, la aeronave ha sufrido numerosas dificultades, especialmente con sus complejos sistemas electrónicos. Los motores NK-32 han presentado problemas de arranque y fallos durante el vuelo, mientras que las tomas de aire han demostrado ser puntos débiles en el fuselaje, causando vibraciones y grietas estructurales. Aunque el recurso de los motores se ha triplicado gradualmente hasta alcanzar las 750 horas de vuelo, siguen siendo componentes críticos cuya fabricación y mantenimiento resultan extremadamente complejos.
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La producción de nuevos Tu-160 es muy difícil. El primer Tu-160 construido en la Rusia post-soviética realizó su primer vuelo en enero de 2022, y aunque se anunció una expansión significativa de la producción en enero de 2023, el ritmo sigue siendo muy lento. Se espera que las pruebas gubernamentales del Tu-160M modernizado duren hasta tres años, según Vladimir Rigmant, antiguo ayudante del director general de Tupolev. Incluso en el mejor de los casos, Rusia no podrá reemplazar las aeronaves perdidas durante la Operación Spiderweb hasta completar ese proceso. Su flota de bombarderos nucleares supersónicos se enfrenta a varios años de estar prácticamente inutilizada.
Esto pone el acento en la decisión de Rusia de utilizar sus escasos Tu-160 en ataques contra Ucrania, a pesar de las dificultades para repararlos y reemplazarlos, y desde distancias tan grandes como su base más oriental. El movimiento refleja tanto una necesidad operativa como un intento de proyectar fuerza tras el devastador ataque ucraniano.
Rusia ha lanzado nuevamente sus bombarderos estratégicos Tu-160 para atacar objetivos en Ucrania, una decisión que llega apenas días después de la devastadora Operación Spiderweb, en la que las fuerzas ucranianas destruyeron decenas de aeronaves rusas, incluyendo varios de estos valiosos bombarderos. Es un movimiento que representa un intento desesperado del Kremlin por demostrar que su capacidad ofensiva sigue intacta, a pesar de haber perdido aproximadamente un tercio de su flota de bombarderos estratégicos en el ataque ucraniano del 1 de junio.