Una nueva foto muestra la cabina del caza del futuro chino J-36: "Impresionante"
Una nueva foto del J-36 revela un perfil que ha impresionado a los expertos occidentales por su aspecto y la configuración de su cabina
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Nuevas fotografías de alta resolución del J-36 —el caza de combate de sexta generación chino— revelan su diseño con claridad. Difundida el pasado sábado en redes sociales, una fotografía muestra al J-36 en tierra, estacionado sobre el asfalto de la planta principal de la corporación Chengdu Aircraft en Sichuan, el mismo sitio donde ha habido múltiples avistamientos del avión despegando y aterrizando durante los últimos seis meses.
Según el veterano analista aeroespacial y exejecutivo de la compañía norteamericana de defensa Northrop Grumman Bill Sweetman, este ala delta con tres motores y sin timón de cola es uno de los diseños de aeronaves de combate más interesantes que han surgido en décadas: "Es bastante impresionante, más impresionante que la mayoría de los aviones avanzados [pensados por] Hollywood".
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'Mejor que Hollywood'
Las imágenes confirman la presencia de tres bahías internas de armamento: una grande central y dos más pequeñas laterales, como recoge el diario hongkonés South China Morning Post. Peter Layton, exoficial de la fuerza aérea australiana y miembro del Griffith Asia Institute, apunta a la toma de aire dorsal que alimenta un tercer motor: este tercer propulsor es "probablemente igual a los otros dos, no un motor exótico como un estatorreactor". Su función principal sería proporcionar el empuje adicional necesario para mantener velocidades supersónicas de crucero, algo que dos motores convencionales no lograrían fácilmente.
Pero la característica más llamativa visible a través de la cabina es la disposición de dos asientos, uno al lado del otro. Sweetman recuerda que “ningún avión concebido para combate aéreo puro se ha producido con asientos lado a lado desde los años cincuenta. Esta configuración solo se ha utilizado en aeronaves con misión principal de ataque a superficie". Malcolm Davis, analista senior del Australian Strategic Policy Institute, comparó la cabina con los históricos F-111 estadounidenses y Su-34 rusos, sugiriendo que este diseño mejora la gestión de la tripulación en misiones de ataque de largo alcance.
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Las imágenes muestran de nuevo la ausencia total de timones de cola verticales y horizontales para reducir su perfil de radar. Para compensar esta falta de superficies de control tradicionales, el J-36 utiliza cinco superficies móviles en el borde de salida de cada ala, llamadas ‘elevons’ en inglés. Estas superficies combinadas permiten al piloto controlar la aeronave a altas velocidades y altitudes manteniendo la estabilidad.
Sweetman también llama la atención a los dos HUD —los sistemas que ofrecen información de aviónica y combate en la carlinga— y un freno aéreo detrás de la entrada de aire del motor central. Una característica similar al del F-15 norteamericano.
Capacidades y rol estratégico
Las estimaciones apuntan a que el J-36 posee un radio de combate excepcionalmente largo, de hasta 3.000 kilómetros. Esto duplica o triplica el alcance operativo de los actuales cazas de quinta generación, como el F-35 estadounidense. Davis afirma que el J-36 "estaría optimizado para misiones de dominio aéreo con capacidades de misiles de muy largo alcance". Sus amplias bahías internas podrían albergar hasta doce misiles avanzados de combate aéreo de más allá del alcance visual (BVR), el doble de lo que pueden transportar internamente los cazas estadounidenses actuales. Según Davis, el avión estaría equipado con sensores capaces de detectar aviones furtivos. El J-36 podría estar específicamente diseñado para contrarrestar la amenaza de los bombarderos estratégicos B-21 Raider de Estados Unidos.
Layton avisa sobre sus implicaciones estratégicas: con su alcance, velocidad supersónica de crucero y furtividad, el J-36 "sería difícil de derribar antes de liberar sus armas", otorgando a China "una ventaja estratégica cualitativa en el aire, no solo cuantitativa".
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El énfasis en la furtividad implica que estos aviones probablemente no participarán en combates cerrados. En su lugar, atacarían desde grandes distancias y se centrarían en el mando y control, permitiendo que aviones no tripulados realicen los trabajos más peligrosos de combate aire-aire y ataques contra objetivos terrestres y marítimos.
Occidente se retrasa
El rápido progreso visible de los prototipos chinos contrasta marcadamente con el desarrollo de los programas occidentales de sexta generación. “El hecho de que China vuele ahora dos aviones de combate de sexta generación significa que podrían entrar en servicio antes de finales de esta década en pequeñas cantidades”, afirma Davis. En comparación, el programa NGAD (Next Generation Air Dominance) de la Fuerza Aérea estadounidense, cuyo caza se conoce como F-47, el programa FCAS de España, Alemania y Francia, el caza de sexta generación sueco y el programa Tempest de Reino Unido, Japón e Italia pueden no llegar a alcanzar su fase operativa hacia mediados de la década de 2030. La misma incertidumbre que rodea al programa F/A-XX de la Marina estadounidense.
Analistas como Brendan Mulvaney, director del China Aerospace Studies Institute de la Fuerza Aérea estadounidense, advierten que las imágenes externas, aunque reveladoras, no permiten evaluar los sistemas internos de estas aeronaves: "No hay forma de saber a partir de las fotografías o de la información públicamente disponible cómo de bien esta aeronave podría, o no, utilizar tecnología punta y futura", como el procesamiento cuántico, las comunicaciones cuánticas e inteligencia artificial. Layton planteó la posibilidad de que estos aviones sean de "generación 5.5", ya que podrían carecer de las significativas capacidades de IA o de la opción de vuelo no tripulado esperadas en verdaderos diseños de sexta generación, en parte debido a las restricciones a la exportación de chips avanzados a China, algo que podría acabar esta misma semana tras la negociación entre EEUU y China para cambiar chips por imanes.
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Un juicio cuanto menos inocente y quizás intencionadamente sesgado. China está ahora mismo a la cabeza en la comunicación cuántica y sus sistemas de inteligencia artificial podrían estar más avanzados que los norteamericanos, con exponentes como DeepSeek o la IA de Alibaba, que permiten las mismas capacidades que los modelos de IA occidentales más avanzados por una fracción del coste computacional. También parece poco precavido menospreciar el poder tecnológico de la aviación militar china después del resultado de los combates de aviones chinos de la fuerza aérea de Pakistán contra aviones occidentales avanzados como el Dassault Rafale del Ejército del aire indio sobre los cielos de Cachemira.
Sea como sea, y aunque las capacidades completas y la escala de producción del J-36 y el J-50 permanecen bajo secreto, lo cierto es que hoy van por delante en el desarrollo con varios años de ventaja. Habrá que esperar más para ver qué cocina occidente y si realmente los chinos están por detrás o por delante en su electrónica en sus sistemas de batalla.
Nuevas fotografías de alta resolución del J-36 —el caza de combate de sexta generación chino— revelan su diseño con claridad. Difundida el pasado sábado en redes sociales, una fotografía muestra al J-36 en tierra, estacionado sobre el asfalto de la planta principal de la corporación Chengdu Aircraft en Sichuan, el mismo sitio donde ha habido múltiples avistamientos del avión despegando y aterrizando durante los últimos seis meses.