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La campaña de desinformación del Pentágono que alimentó la fiebre por los ovnis
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Según una nueva investigación

La campaña de desinformación del Pentágono que alimentó la fiebre por los ovnis

EEUU lleva creando y propagando información falsa sobre la presencia de tecnología extraterrestre en nuestro planeta desde los años 50 para tapar sus avances militares y sus vulnerabilidades

Foto: Un bjeto volador no identificado en el cielo sobre Bulawayo, Rodesia del Sur, en 1953. (Barney Wayne/Keystone/Getty Images)
Un bjeto volador no identificado en el cielo sobre Bulawayo, Rodesia del Sur, en 1953. (Barney Wayne/Keystone/Getty Images)

En 2024, el Pentágono sacó a la luz un informe que pretendía aclarar de una vez por todas las acusaciones que apuntaban a que Washington estaba ocultando información sobre la presencia de tecnologías extraterrestres en nuestro planeta. Ese informe no encontró evidencias de alienígenas ni de un plan del gobierno estadounidense para ocultar su presencia a los ciudadanos. Sin embargo, sí escondía otro tipo de manipulación a la opinión pública: el Pentágono ha llevado a cabo campañas de desinformación para alimentar las teorías conspirativas sobre los ovnis y ocultar sus actividades militares reales.

La noticia la ha revelado el Wall Street Journal, que en un reciente artículo de investigación explica cómo el Departamento de Defensa estadounidense dejó fuera datos clave en la versión pública del informe de 2024. Entre ellos, sus estrategias para crear y hacer que se extendieran los bulos, incluso engañando a sus propios empleados.

Foto: Lanzamiento de un misil ATACMS. (US Army)

Las nuevas pruebas reveladas por el diario neoyorquino demuestran que estos esfuerzos del gobierno de EEUU por propagar información falsa sobre los ovnis se remontan a la década de 1950.

Una máquina de desinformación

Una de las historias reveladas por el WSJ alude a un coronel de la Fuerza Aérea que visitó un bar cerca del Área 51, la famosa instalación militar ultrasecreta estadounidense en el desierto de Nevada. El coronel le dio al dueño del bar fotos de lo que parecían ser platillos voladores en poder de los militares.

Esas fotos acabaron colgadas en las paredes del bar y sirvieron para propagar la idea de que el Ejército estadounidense estaba haciendo pruebas en secreto con tecnología alienígena encontrada en nuestro planeta.

placeholder El caza furtivo F-117 podría haber venido de otro mundo, pero se fabricó aquí mismo, en la Tierra. (USAF)
El caza furtivo F-117 podría haber venido de otro mundo, pero se fabricó aquí mismo, en la Tierra. (USAF)

Sin embargo, todo resultó ser una farsa. El coronel, ahora retirado, confesó a los investigadores del Pentágono en 2023 que las fotos fueron manipuladas. “Todo el ejercicio fue una artimaña para proteger lo que realmente estaba sucediendo en el Área 51: la Fuerza Aérea estaba utilizando el lugar para desarrollar cazas furtivos de alto secreto, considerados una ventaja crítica frente a la Unión Soviética”, escribe el diario el WSJ.

La cúpula del Pentágono no quería que sus programas militares más avanzados pudieran quedar al descubierto si los vecinos de la zona lograban ver los vuelos de prueba del caza furtivo F-117 Nighthawk, un avión que incluso hoy en día parece creado por los alienígenas. Para los militares, era mejor que los lugareños, y sus enemigos soviétcos, pensaran que no era una tecnología de este planeta.

No solo es el Área 51

La campaña de desinformación del Pentágono en los alrededores del Área 51 no es la única. Según el WSJ, los oficiales militares han creado y difundido documentos falsos en otras ocasiones para levantar cortinas de humo que ocultaran otros programas de armas secretas.

Los militares también aprovecharon los rumores que ya estaban circulando sobre la presencia de tecnología extraterrestre para esquivar la atención rusa sobre los puntos débiles de su propia seguridad.

placeholder Durante décadas, lo que había al final de este camino fue un secreto misterioso. (David James Henry/Wikimedia, CC BY-SA)
Durante décadas, lo que había al final de este camino fue un secreto misterioso. (David James Henry/Wikimedia, CC BY-SA)

El diario neoyorquino cuenta cómo engañaron a los trabajadores de uno de los silos nucleares estadounidenses. Los empleados vieron un óvalo brillante de color rojo anaranjado que flotaba unos 20 metros sobre la puerta principal del recinto. Según llegó el óvalo, todos los misiles quedaron desactivados.

Sin embargo, el supuesto fenómeno aéreo no identificado, el término que se le da ahora a los ovnis, era en realidad un generador electromagnético que simulaba un pulso de energía similar al de una explosión nuclear. Según el sistema iba acumulando energía, brillaba con una luz naranja caza vez más intensa. Una vez cargado, liberaba la energía disparando un rayo. Los científicos del Pentágono querían comprobar si una detonación así podría traspasar los espesos muros de la instalación e inutilizar el hardware necesario para lanzar un contraataque.

Ni los oficiales sabían de los engaños

No queda claro si las campañas de desinformación fueron obra de comandantes y oficiales o de un programa institucional más centralizado. Pero el último servicio de Dr. Sean Kirkpatrick, el científico que fundó y dirigió la oficina de investigación de anomalías en múltiples dominios [AARO en sus siglas en inglés], dejó claro que muchos de sus participantes pensaban que era todo real.

Kirkpatrick descubrió que algunos militares que habían sido informados de proyectos secretos sobre extraterrestres fueron amenazados de ser encarcelados o ejecutados si revelaban la información a cualquier persona, incluidos sus cónyuges. AARO no ha podido determinar si este engaño de los jefes a sus subordinados era una novatada, una, una prueba de lealtad, un intento más deliberado de engañar o algo más.

Según el WSJ, AARO informó de estas prácticas a la directora de inteligencia nacional del presidente Joe Biden, Avril Haines. “Sabemos que se prolongó durante décadas. Estamos hablando de cientos y cientos de personas. Estos hombres firmaron acuerdos de confidencialidad. Creían que era real”, aseguraba entonces a Haines un oficial de AARO.

Como respuesta ante estas informaciones, la portavoz del Departamento de Defensa, Sue Gough, ha asegurado que no se incluyeron esos hechos en su informe del año pasado porque la investigación no ha concluido. “El departamento se compromete a publicar un segundo volumen de su Informe de Registros Históricos, que incluirá las conclusiones de la AARO sobre los informes de posibles novatadas y materiales no auténticos”, afirmó Gough.

En 2024, el Pentágono sacó a la luz un informe que pretendía aclarar de una vez por todas las acusaciones que apuntaban a que Washington estaba ocultando información sobre la presencia de tecnologías extraterrestres en nuestro planeta. Ese informe no encontró evidencias de alienígenas ni de un plan del gobierno estadounidense para ocultar su presencia a los ciudadanos. Sin embargo, sí escondía otro tipo de manipulación a la opinión pública: el Pentágono ha llevado a cabo campañas de desinformación para alimentar las teorías conspirativas sobre los ovnis y ocultar sus actividades militares reales.

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