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Científicos chinos encuentran evidencias que contradicen la teoría de la evolución de Darwin
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Según un estudio publicado en Cell

Científicos chinos encuentran evidencias que contradicen la teoría de la evolución de Darwin

Un nuevo estudio publicado por científicos chinos asegura haber demostrado que la evolución se puede dar también por una adaptación hereditaria al medio y no solo como consecuencia de la arbitrariedad genética

Foto: Jirafas en el zoo de Johannesburgo (Sudáfrica). (EFE)
Jirafas en el zoo de Johannesburgo (Sudáfrica). (EFE)

Un nuevo estudio ha reavivado una antigua polémica sobre la evolución de los seres vivos entre el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck y Charles Darwin. El equipo ha experimentado con las plantas del arroz y ha demostrado que pueden transmitir rasgos de supervivencia aprendidos a sus descendientes. Este hallazgo confirma la hipótesis de Lamarck y desafía la idea de que la evolución se produce solo por la variación genética aleatoria, como sostenía Darwin.

Lamarck y Darwin plantearon teorías sobre la evolución en el siglo XIX que han influido decisivamente en nuestra comprensión de la evolución hasta ahora. Ambos se opusieron a la creencia predominante en aquel momento que daba por sentada la inmutabilidad de las especies y sostuvieron que las formas de vida cambian irremediablemente con el tiempo.

Foto: Esta broca es capaz de taladrar a profundidades jamás alcanzadas por el hombre. (Quasie))

Sin embargo, sus explicaciones sobre cómo se produce la evolución eran fundamentalmente diferentes y a menudo se consideran irreconciliables.

Una rivalidad que dura siglos

Lamarck, con su famosa teoría de las jirafas, aseguraba que los cuellos de estos animales crecieron tanto porque se tenían que estirar para alcanzar las hojas más altas de los árboles. Este rasgo genético adquirido (epigenético) se traspasaba a las siguientes generaciones que también tenían un cuello largo como sus progenitores.

La teoría evolutiva de Darwin, por su parte, se basa en la selección natural. El naturalista sostenía que los individuos de una población varían de forma natural y aleatoria, y aquellos especímenes con rasgos mejor adaptados a su entorno tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse. Esta teoría se ha convertido en la explicación científica dominante para entender la evolución.

placeholder Jean-Baptiste Lamarck (i) y Charles Darwin. (Wikipedia - Alejandro Porto)
Jean-Baptiste Lamarck (i) y Charles Darwin. (Wikipedia - Alejandro Porto)

Para Darwin, las jirafas con cuellos naturalmente más largos podían alcanzar más alimento y tenían más probabilidades de sobrevivir y reproducirse, transmitiendo este rasgo genético a su descendencia.

La reciente investigación del equipo de la Academia China de Ciencias, publicada en la prestigiosa revista Cell, no es la primera que refuerza la idea lamarckiana de la herencia epigenética (la transmisión de rasgos a través de mecanismos distintos a los cambios en la secuencia del ADN). Pero sí es una de las demostraciones científicas más directas y sólidas hasta la fecha de esta teoría en un sistema natural.

Arroz resistente a las heladas

El equipo ha logrado demostrar que las variedades de arroz que crecen en el gélido noreste de China son capaces de adaptarse a estas condiciones extremas de una manera estable y no genética. Por lo general, las plantas de arroz son muy sensibles a las bajas temperaturas y estas condiciones afectan negativamente a su crecimiento y rendimiento.

Los investigadores examinaron diversas variedades de arroz asiático, y seleccionaron una que era más sensible al frío y producía menos semillas en estos ambientes. El equipo sometió a las plantas todavía en crecimiento a estrés por frío durante una semana y luego las dejaron crecer a temperatura normal.

placeholder Cultivo de arroz en Laos. Foto: Unsplash/@the_annalens
Cultivo de arroz en Laos. Foto: Unsplash/@the_annalens

Después recolectaron las semillas de la planta que más producía y volvieron a germinar las semillas, sometiéndolas de nuevo a un tratamiento de baja temperatura. La tercera generación de estas plantas, aseguran, seguían mostrando tolerancia al frío, aunque estas características se pueden mantener durante al menos cinco generaciones, indican en el estudio.

Una prueba irrefutable

Estos hallazgos hicieron que los investigadores estudiaran las diferencias epigenéticas entre las distintas variedades para descubrir la causa de su adaptación al frío. El equipo descubrió que la variedad tolerante a las bajas temperaturas tenía menos metilación del ADN, una modificación química que regula la actividad de sus genes.

En concreto, observaron que el estrés por frío redujo la metilación cerca del gen ACT1 (Acquired Cold Tolerance 1), que desempeña un papel crucial en la resistencia a las altas temperaturas.

Luego usaron herramientas de edición del epigenoma para modificar el arroz cultivado a temperaturas normales. Los resultados confirmaron que este cambio mejora directamente la tolerancia al frío al aumentar la expresión de ACT1.

Más tarde, restablecieron la metilación original del ADN y las plantas de arroz perdieron su capacidad de resistencia al frío. Esto, dice el equipo de investigación, demuestra una relación directa entre el cambio epigenético y la tolerancia al frío.

“Las alteraciones inducidas por el frío en la metilación del ADN y la expresión de ACT1 en respuesta al frío se heredan de forma estable y se asocian con la tolerancia al frío adquirida”, asegura el equipo en el estudio. Aunque admiten que aún es necesario seguir investigando en profundidad estos mecanismos genéticos para entender completamente su funcionamiento.

Un nuevo estudio ha reavivado una antigua polémica sobre la evolución de los seres vivos entre el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck y Charles Darwin. El equipo ha experimentado con las plantas del arroz y ha demostrado que pueden transmitir rasgos de supervivencia aprendidos a sus descendientes. Este hallazgo confirma la hipótesis de Lamarck y desafía la idea de que la evolución se produce solo por la variación genética aleatoria, como sostenía Darwin.

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