Un satélite militar ruso está ahora mismo fuera de control sobre nuestras cabezas
El Cosmos 2553 es un controvertido satélite ruso que los EEUU relaciona con su sistemas de armas nucleares espaciales. El satélite está girando sin control y en una órbita en la que no debería estar
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El satélite Cosmos 2553 puede haber dejado de funcionar y está ahora girando sin control en el espacio, según analistas estadounidenses. El Kremlin dice que se trata de un satélite que sirve como plataforma de estudios científicos sobre radiación. Para EEUU, sin embargo, es parte de su sistema de armas nucleares orbitales, una amenaza para la seguridad nacional que podría interrumpir todo, desde las comunicaciones militares hasta el transporte civil.
Según informa Reuters, la evidencia de mal funcionamiento del Cosmos 2553 la ha dado el radar Doppler de la firma de rastreo espacial LeoLabs y ha sido confirmado por las observaciones ópticas de Slingshot Aerospace.
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“Esta observación sugiere claramente que el satélite ya no está operativo”, afirma el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en su evaluación anual de la amenaza espacial, publicada el pasado viernes. La evaluación hace referencia al análisis de LeoLabs, que en diciembre elevó a alto su nivel de confianza sobre la caída del satélite basándose en datos de radar e imágenes.
EEUU no se cree a Rusia
Las autoridades estadounidenses están preocupadas por la capacidad del sistema de armamento nuclear espacial ruso para destruir redes de satélites enteras, como la constelación Starlink de SpaceX, que las fuerzas ucranianas han estado utilizando durante el conflicto en curso.
Rusia, que lanzó el Cosmos 2553 poco antes de lanzar la invasión de Ucrania, ha negado las acusaciones estadounidenses, alegando que el satélite está destinado a fines de investigación.
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El Cosmos 2553 se encuentra ahora mismo a unos 2.000 km sobre la Tierra. Los expertos consultados por Reuters aseguran que esta es una órbita poco habitual, con altos niveles de radiación cósmica que suelen evitar los satélites de comunicaciones y observación de la Tierra tradicionales.
Este cambio de órbita inusual ha contribuido a aumentar las sospechas estadounidenses sobre su verdadero propósito. El Mando Espacial estadounidense reconoce haber seguido los cambios en la altitud del Cosmos 2553, pero no ha querido dar más información. Uno de sus portavoces señaló que la supuesta misión científica de Rusia para el satélite “no se corresponde con sus características”, y añadió que esta incoherencia “aumenta el riesgo de percepción errónea y escalada”.
De cualquier manera, no todo el mundo parece tener claro cuál es el estado actual del satélite. Mientras que LeoLabs y CSIS sugieren que es probable que el satélite no esté operativo debido a su caída, la directora científica de Slingshot, Belinda Marchand, indicó que, según sus últimas observaciones, el Cosmos 2553 “parece haberse estabilizado”.
Un sistema de armas nucleares espacial
Tengan razón o no los estadounidenses en este caso, la perspectiva de que Rusia despliegue un sistema ofensivo nuclear en el espacio, sea cual sea su naturaleza, no solo reavivaría la Guerra Fría, sino que además abre la puerta a varios futuros distópicos.
Las consecuencias de una detonación nuclear en el espacio en la actualidad tendrían efectos inmediatos desastrosos. Como demostró la prueba Starfish Prime realizada por los Estados Unidos en 1962, una pequeña ojiva termonuclear de 1,4 megatones detonada sobre el océano Pacífico a más de 400 kilómetros de altura.
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Pero hay que tener en cuenta que esto sucedió cuando apenas había satélites en órbita. Hoy en día, dada la altísima densidad de estos objetos, el pulso electromagnético (EMP) generado por algo como Starfish destruiría y desactivaría miles de satélites de una tacada, iniciando una reacción en cadena que tendría efectos exponencialmente más devastadores para la sociedad moderna.
Además, el despliegue de armas nucleares tiene un gran riesgo de accidentes. Un mal funcionamiento durante el lanzamiento, una detonación inesperada en órbita o la reentrada involuntaria de materiales radiactivos en la atmósfera terrestre podría tener consecuencias catastróficas. Un incidente así tendría impactos ambientales y de salud que serían globales y duraderos
Contra los tratados internacionales
De confirmarse esta jugada de Vladímir Putin, se abriría un nuevo capítulo complejo y peligroso en el espacio y las relaciones internacionales. La perspectiva de un sistema con armas nucleares o con capacidad nuclear en órbita introduce un nuevo nivel de amenaza que recuerda a lo peor de las tensiones de la Guerra Fría y es capaz de provocar una crisis geopolítica mundial.
Sin embargo, ahora también hay que contar con China, la segunda potencia espacial y militar del planeta, que probablemente también vería este movimiento como un desafío estratégico directo, lo que podría conducir a una carrera armamentista desestabilizadora en el espacio.
Si se confirma el nuevo sistema ruso, la comunidad internacional debe poner en valor el Tratado del Espacio Exterior de 1967. Un tratado, refrendado por unanimidad, que afirma que el espacio es un entorno libre de armas de destrucción masiva.
El satélite Cosmos 2553 puede haber dejado de funcionar y está ahora girando sin control en el espacio, según analistas estadounidenses. El Kremlin dice que se trata de un satélite que sirve como plataforma de estudios científicos sobre radiación. Para EEUU, sin embargo, es parte de su sistema de armas nucleares orbitales, una amenaza para la seguridad nacional que podría interrumpir todo, desde las comunicaciones militares hasta el transporte civil.