El caza del futuro de China es una clara advertencia a EEUU
Nuevas imágenes muestran claramente al cazabombardero de sexta generación chino J-36 durante su aproximación final al aeródromo de su fábrica en Sichuan
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F2db%2F5c4%2F8ea%2F2db5c48eaa9f3eb936a4207a65d817c0.jpg)
Un nuevo vídeo, captado desde un coche en una autovía cercana al aeródromo de la Chengdu Aircraft Corporation (CAC) en Sichuan, revela nuevos detalles del J-36, el prototipo de cazabombardero furtivo sin cola que Pekín desarrolla como parte de su programa de aviones militares de sexta generación. Las imágenes, difundidas en redes sociales y geolocalizadas en la instalación donde se probó el J-20 —el rival del F-35 y el F-22 estadounidenses— muestran al avión en fase de aterrizaje, con su tren de aterrizaje reforzado —con ruedas dobles— y sus superficies de control divididas actuando como aerofrenos.
El J-36, una denominación aún no confirmada oficialmente, presenta una configuración sin cola con ala delta modificada y líneas de quilla extendidas hasta el morro. Como señala la publicación militar The War Zone, la estructura de su fuselaje apunta a que el J-36 es un cazabombardero pesado táctico de largo alcance, listo para enfrentarse a los grupos navales y bases norteamericanas en el Pacífico.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff1d%2F006%2F22e%2Ff1d00622ef72412d544f383166491e68.jpg)
Sin tapujos
Es posible que la cabina cuente con asientos en tándem o en paralelo para dos tripulantes, aunque solo se distingue un reposacabezas en las imágenes. Es probable que la amplia nariz del J-36 alberga dos grandes aperturas a cada lado: una probable ventana electroóptica y un sistema de radar de apertura lateral (SLAR), similar al que estaba previsto para el F-22 estadounidense antes de su cancelación por costes.
El avión incorpora tres motores WS-10C —los mismos que propulsan al J-20— dispuestos en una inusual configuración que incluye una toma de aire dorsal con diseño DSI (‘diverterless supersonic inlet’ o toma de aire supersónica sin desvío) para reducir su firma radar. Los escapes, situados en la parte superior del fuselaje trasero, están diseñados para minimizar la señal infrarroja, emulando al prototipo Northrop YF-23 que perdió la competición del caza de quinta generación estadounidense frente al F-22 de Lockheed Martin.
El esquema de camuflaje fragmentado y los paneles claros en los bordes de ataque de las alas apuntan a la integración de sensores electroópticos e infrarrojos. Además, el uso de recubrimientos reflectantes, habituales en pruebas de aviones furtivos, sugiere mejoras radicales en baja observabilidad respecto al J-20.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F123%2Fd72%2Fa83%2F123d72a835ddd470cfc12c26f928f77b.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F123%2Fd72%2Fa83%2F123d72a835ddd470cfc12c26f928f77b.jpg)
Un mensaje estratégico
La aparición pública del J-36 no es casual. Sabemos que la compañía ha construido hangares ampliados para ocultar el J-36 durante preparativos previos al vuelo, pero la realidad es que a China no le importa mostrar su nuevo avión para que EEUU tome buena nota de cómo Pekín está ahora por delante de los esfuerzos norteamericanos. Las pruebas se realizan a plena luz del día, en rutinas similares a las del J-20.
Como advirtió el general retirado de la USAF Mark D. Kelly en 2022, China persigue un “sistema de sistemas” de dominio aéreo equivalente al programa NGAD de EEUU, con énfasis en reducción exponencial de la firma de radar, el procesamiento de datos y la autonomía. El tamaño del avión —comparable al J-20, de 21 metros de longitud— y su capacidad para operar a gran altitud y distancia sin apoyo de reabastecimiento reflejan su papel como plataforma de ataque regional y nodo de mando para enjambres de drones.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe0e%2F2fa%2Fc43%2Fe0e2fac43f4d2d55a37a68f036e9d75b.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe0e%2F2fa%2Fc43%2Fe0e2fac43f4d2d55a37a68f036e9d75b.jpg)
El J-36 tiene también una bahía de armas ampliada, preparada para llevar munición hipersónica. Será una amenaza directa para blancos aéreos, terrestres y navales en el Indo-Pacífico, donde podrá llevar el misil asesino de portaviones chino a cualquier parte. Su alcance y sigilo ponen en riesgo a portaviones de la clase Nimitz y Ford, aviones cisterna, aviones de alerta temprana y control AWACS y buques en zonas consideradas seguras hasta ahora por la US Navy. Como señaló el general Kelly cuando estaba al mando de todos los Ejércitos de los EEUU: “No son tontos. Saben lo que hacen”.
Un nuevo vídeo, captado desde un coche en una autovía cercana al aeródromo de la Chengdu Aircraft Corporation (CAC) en Sichuan, revela nuevos detalles del J-36, el prototipo de cazabombardero furtivo sin cola que Pekín desarrolla como parte de su programa de aviones militares de sexta generación. Las imágenes, difundidas en redes sociales y geolocalizadas en la instalación donde se probó el J-20 —el rival del F-35 y el F-22 estadounidenses— muestran al avión en fase de aterrizaje, con su tren de aterrizaje reforzado —con ruedas dobles— y sus superficies de control divididas actuando como aerofrenos.