Una nueva era: la primera planta de fusión nuclear de la historia arrancará en China en 2030
Pekín está convencido de que tendrá su primera planta de fusión nuclear productora de energía para la red eléctrica comercial en sólo cinco años, décadas antes que el resto del mundo. Habrá que verlo
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China quiere arrancar la primera central de fusión nuclear de la historia en 2030, una fecha sorprendente que, de ser cierta, pondría a Pekín décadas por delante de cualquier otro país. Y no será experimental, aseguran, sino una central comercial que estará conectada a la red eléctrica.
El proyecto se llama Xinghuo y, según el gobierno chino, culminaría décadas de investigación en las que China ha conseguido varios récords mundiales. El último fue del "sol artificial" de China, que mantuvo una operación de plasma de alto confinamiento en estado estacionario durante 1.066 segundos. El récord mundial anterior de 403 segundos fue establecido por el mismo reactor en 2023, el Tokamak Superconductor Avanzado Experimental (EAST). Entonces, China afirmó que querían tener conectada su primera central de fusión a la red eléctrica china en 2035. Ahora afirman que adelantan la fecha cinco años, un anuncio que hay que recibir con una dosis de escepticismo considerable.
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Qué es Xinghou
Xinghuo será también el primer reactor nuclear híbrido de fusión-fisión, un detalle que, según los científicos, es necesario para asegurar el flujo continúo de electricidad que se requiere para conectar el reactor de fusión a la red comercial con una potencia sostenida, sin exponerla a subidas y bajadas de tensión.
Con un coste estimado de 2.760 millones de dólares, la central está diseñada para generar 100 megavatios de electricidad continua. Se ubicará en Yaohu Science Island, una zona estratégica por sus recursos de cobre, esencial para los superconductores del reactor. El consorcio que construirá esta planta está liderado por China Nuclear Industry Construction Corporation y Lianovation Superconductor.
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A diferencia de los reactores de fusión pura, como el EAST, el Xinghuo combinará neutrones de alta energía procedentes de la fusión para activar reacciones de fisión en materiales circundantes. Este enfoque híbrido busca multiplicar la producción energética y reducir los residuos radiactivos de larga duración. El proyecto apunta a un factor de ganancia energética (Q) de 30, superando ampliamente el Q=10 del ITER y el Q=1,5 logrado en 2022 por el National Ignition Facility de los Estados Unidos. “Un Q de 30 no solo demostraría la viabilidad comercial, sino que redefinirá los estándares de la industria”, explica un informe técnico vinculado al proyecto.
El diseño del Xinghuo se beneficia de los logros del EAST. Pero hay retos considerables para su desarrollo, como la creación de materiales capaces de resistir neutrones de alta energía y la producción eficiente de tritio, un isótopo escaso clave para la fusión.
Made in China 2025
El Xinghuo se enmarca en Made in China 2025, una iniciativa pública que fue lanzada en 2015 para convertir al país en líder tecnológico global en todos los sectores combinando empresas privadas, investigación en universidades y la participación del gobierno chino, especialmente desde el sector de defensa. Una tríada similar a la que EEUU desplegó en los años 50 para el programa Apollo.
El gobierno chino no sólo está impulsando la fusión y la energía nuclear, sino también las renovables. China ya produce más del 80% de los paneles solares mundiales y alberga la mayor planta fotovoltaica del planeta en Urumqi. Jiangxi, la provincia donde estará el reactor de fisión-fusión, duplicó su producción industrial en la última década gracias a inversiones en alta tecnología, y el gobierno local ha priorizado la colaboración entre universidades y empresas para acelerar estas innovaciones.
Si el Xinghuo cumple con su calendario, China se situaría décadas por delante de proyectos similares, como el STEP británico (previsto para 2040) o el CFETR de fusión pura, planeado en Hefei para 2035. Este avance coincidiría con un contexto económico complejo: el país intenta mantener un crecimiento del PIB del 5% en 2025 frente a tensiones comerciales —como los aranceles del 100% de EEUU a vehículos eléctricos chinos— y una desaceleración en sectores tradicionales.
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Mientras la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma acelera los trámites para arrancar la construcción de Xinghuo, otros países redoblan también esfuerzos conscientes de que es una batalla que definirá el futuro del planeta y la hegemonía geopolítica durante siglos. En Estados Unidos, que logró la primera producción neta en fusión nuclear, Helion Energy planea suministrar electricidad mediante otra tecnología de fusión en 2028. En Reino Unido también aceleran. Existen otras compañías privadas que quieren conseguirlo, pero China tiene una potencia de fuego a nivel de inversión y capital humano que parece imposible de alcanzar. El país concentra ya el 40% de las patentes mundiales en fusión y ha cuadruplicado a EEUU en registros de inteligencia artificial desde 2022, algo que consideran será vital para conseguir esta energía.
Según Zhang Jie, asesor científico del gobierno chino. “el Xinghuo no es sólo un reactor: es una declaración de soberanía tecnológica”. Con él, Pekín aspira a controlar la que podría ser la mayor revolución energética del siglo XXI.
China quiere arrancar la primera central de fusión nuclear de la historia en 2030, una fecha sorprendente que, de ser cierta, pondría a Pekín décadas por delante de cualquier otro país. Y no será experimental, aseguran, sino una central comercial que estará conectada a la red eléctrica.