Trump y Musk hunden la NASA mientras China se mueve para liderar la exploración espacial
Prohibir la entrada de China en la alianza de la ISS y otros programas es uno de los grandes errores en la historia de EEUU y Europa. Ahora podemos remediarlo y abrir una nueva era de la exploración espacial
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China está abiertamente desafiando el liderazgo de EEUU y su agencia espacial, que está ya bajo el asedio de Donald Trump y Elon Musk, este último en un claro conflicto de interés por su posición en SpaceX. La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) acaba de lanzar una invitación abierta a la comunidad científica internacional para una misión de importancia capital para la historia de la humanidad. Y, claramente, Europa es su destinatario principal.
La misión es la Tianwen-3, una nave diseñada principalmente para traer muestras de Marte a la Tierra en 2030. Será la primera vez que podremos dar una respuesta definitiva a la pregunta que redefinirá nuestro lugar en el universo: ¿hay o hubo vida en Marte en algún momento? La Tianwen-3 también será extremadamente importante para preparar el futuro desembarco de nuestra civilización en el planeta rojo.
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Un invitación estratégica
La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) anunció que los proyectos seleccionados podrán enviar hasta 20 kg de instrumentos en la nave de forma totalmente gratuita, siempre que estén listos para 2027. La selección final se anunciará en octubre. Los proyectos elegibles deben alinearse con los objetivos científicos de Tianwen-3 o aportar un valor complementario a la misión con innovaciones en ciencia e ingeniería. Tianwen-3 incluirá un módulo de aterrizaje, un ascendedor, un orbitador marciano y otro orbitador para el retorno a la Tierra, todos lanzados en dos cohetes Larga Marcha 5 desde el centro de Wenchang.
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“Esta oportunidad está abierta a la comunidad global”, declaró la agencia en su página web, pero claramente tiene un subtexto geopolítico. No hay que leer los posos de las hojas de té: China no oculta sus ambiciones. Como señala el diario hongkonés South China Morning Post, el objetivo es posicionarse como líderes en tiempos en el que un Presidente desnortado y dando bandazos está renunciando tanto al liderazgo político global como al científico, aplicando recortes radicales en todos los ámbitos de la investigación norteamericanos.
Según el científico planetario Qian Yuqi, de la Universidad de Hong Kong, “esto podría ser un punto de inflexión donde China desafíe el liderazgo de EE.UU. en la exploración del espacio profundo”. El país ya ha demostrado su capacidad con la primera misión de la historia que trajo muestras de la cara oculta de la Luna. También ha aterrizado en Marte a la primera y ha montado una estación espacial en solitario que es tecnológicamente mucho más avanzada que la Estación Espacial Internacional (con, por ejemplo, un sistema de mantenimiento orbital con motores de iones en vez de motores de combustible tradicionales de la ISS).
La ambición científica de EEUU se hunde
Es obvio que la oferta china no es un brindis al sol. Llega en un momento clave que puede colocar a Pekín al frente de una nueva era de la exploración espacial. Mientras China expande sus horizontes científicos en el sistema solar y nos manda un mensaje para que nos unamos a un futuro internacional, Estados Unidos corta lazos con su tradicional aliado y, en respuesta, Europa evalúa su relación con el país de las barras y estrellas a nivel comercial, militar y político.
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Mientras pasa todo esto, la NASA se enfrentará a recortes drásticos que afectarán a todos sus programas científicos, incluyendo su propio plan de retorno de muestras marcianas que está casi muerto y ya ha sido retrasado hasta 2039. La misión, basada en recolectar los tubos de muestras que ha recogido el rover Perseverance, se encuentra en serio peligro por la reducción presupuestaria y la salida de su jefe científico. La agencia ha explorado la posibilidad de colaborar con empresas privadas como SpaceX o Blue Origin, pero la decisión final queda en manos de la futura dirección de la NASA que es claramente pro-Trump y pro-Musk.
Los analistas temen que Musk mate la mayoría de programas científicos y de ingeniería avanzada de la NASA para dedicar el dinero a su cortijo de SpaceX y la explotación comercial del espacio con él como líder absoluto. Se espera que Trump imponga un recorte presupuestarios de hasta el 50% en los programas científicos de la NASA. De hecho, los hachazos ya han comenzado. La agencia alertó que el cierre de su Oficina de Ciencia y Tecnología y de su rama de Diversidad e Inclusión, afecta sus capacidades de investigación y cooperación internacional. La administradora interina de la NASA, Janet Petro, ha dicho que la organización está en proceso de "optimizar su fuerza laboral" para cumplir con las nuevas directrices del gobierno. Un eufemismo que anticipa una hecatombe en la legendaria agencia espacial que voló más rápido y más alto que cualquier otra y llegó a donde nadie ha llegado jamás. De confirmarse, será una desgracia para toda la humanidad.
¿Adiós EEUU, hola China?
En paralelo, la relación de Europa con Estados Unidos también está cambiando a pasos agigantados. La Comisión Europea ha propuesto adquisiciones y desarrollo conjunto de armamento para reducir la dependencia de EEUU, una respuesta a las amenazas de Trump de retirar su apoyo militar a la OTAN y la situación de indefensión de Ucrania. El descontento con EEUU también se refleja en sectores tecnológicos y comerciales, con un creciente debate sobre la necesidad de una autonomía estratégica europea y boicots de los consumidores a productos y empresas. El sentimiento anti-estadounidense parece estar desbocado también en Canadá. Es lógico pensar que esto se puede extender al ámbito espacial, sobre todo cuando el desarrollo armamentístico impulsará al sector aeroespacial en general, incluyendo nuevas constelaciones de satélites que podrían estar lideradas por Eutelsat, Airbus y Thales, entre otras.
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Está claro que China huele una oportunidad. La Agencia Espacial Europea ya colabora con la CNSA en la misión SMILE, programada para 2025. Es razonable pensar que la ESA —o sus equipos de investigación en instituciones europeas— recogerán la invitación para sumarse a la Tianwen-3 como ‘artista invitado’. De ahí a una colaboración en una extensión de la estación espacial China —ahora que EEUU parece que quiere derribar la ISS antes de tiempo— o la colaboración de las agencias en futuras misiones conjuntas a Marte —especialmente si Musk mete las manos en el programa marciano de la NASA— va un pequeño paso, para parafrasear a Neil Armstrong, pero un gran paso que podría cambiar el equilibrio de poder en el espacio para siempre.
China está abiertamente desafiando el liderazgo de EEUU y su agencia espacial, que está ya bajo el asedio de Donald Trump y Elon Musk, este último en un claro conflicto de interés por su posición en SpaceX. La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) acaba de lanzar una invitación abierta a la comunidad científica internacional para una misión de importancia capital para la historia de la humanidad. Y, claramente, Europa es su destinatario principal.