Una nueva tecnología ucraniana para atacar a los rusos desde un lugar inesperado
Ucrania da una nueva vuelta de tuerca a la guerra del futuro, creando globos a gran altitud para tener la ventaja sobre las aeronaves rusas de ataque, ya sean tripuladas o autónomas
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Ucrania ha desarrollado una nueva plataforma aérea para golpear a los rusos desde donde menos se lo esperan: ‘portaviones’ para drones de ataque en primera persona (FPV) fabricados usando globos aerostáticos cautivos, anclados al suelo mediante cables. Estas estaciones flotantes aprovechan su gran altitud para detectar enemigos por encima del horizonte y lanzar sus ‘kamikazes’, que atacan desde una posición ventajosa para derribarlos sin remedio.
Los vídeos e imágenes difundidos por la ‘startup’ Aero Bavovna muestran un aerostato con un lanzador de drones de ala fija y un conjunto de sensores en su parte inferior, incluyendo una cámara infrarroja capaz de detectar amenazas a larga distancia. Una vez localizado un dron enemigo o un helicóptero, el sistema lanza un dron interceptor, programado para impactar contra el objetivo antes de que este alcance su destino.
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La ventaja de la altitud
El empleo de globos aerostáticos aporta ventajas tácticas clave. Al operar desde gran altitud, estos dispositivos ofrecen una visión ampliada del horizonte, lo que multiplica radicalmente la capacidad de detección de las unidades de tierra. La ausencia de interferencias visuales y electromagnéticas incrementa la precisión del seguimiento. El sistema también puede actuar como un repetidor de señal, facilitando la coordinación con otras defensas antiaéreas ucranianas.
El desarrollo de esta tecnología responde a la creciente amenaza de los drones kamikaze rusos. Desde que Trump legitimizó con su discurso las acciones del dictador Vladimir Putin, las fuerzas rusas han aumentado la frecuencia de ataques masivos e indiscriminados contra infraestructuras y la población civil del país. El sistema de Aero Bavovna se suma a otras iniciativas ucranianas destinadas a mejorar la vigilancia y detección de amenazas que usan una idea similar, como apunta el blog militar The War Zone. La empresa Kvertus, por ejemplo, ha desarrollado otro aeróstato equipado con sensores especializados en la localización de operadores de drones enemigos en tierra. Estos drones envían información a las unidades terrestres, que usan diferentes medios para eliminarlos.
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Evolución
El uso de globos aerostáticos con fines militares no es nuevo. Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, los americanos, ingleses y alemanes usaban globos para dificultar la operación de aeronaves enemigas.
Más recientemente, a finales de los 90, Estados Unidos desarrolló el sistema JLENS para detectar misiles de crucero y amenazas aéreas de bajo vuelo, aunque el programa fue cancelado. Polonia también ha apostado por esta tecnología con su sistema de reconocimiento aéreo ARSS. Tanto China como Estados Unidos también han probado globos como plataformas de lanzamiento de drones con diferentes usos.
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China experimentó con estos sistemas en 2017, cuando lanzó drones planeadores desde globos situados a alturas de entre 9 y 25 kilómetros. Los drones estaban diseñados para recopilar información sobre infraestructuras y movimientos del enemigo o realizar ataques directos con explosivos de pequeña carga. En paralelo, el programa CICADA de la Marina estadounidense probó en 2020 el lanzamiento masivo de hasta 1.000 drones pequeños desde aeronaves y globos, con el objetivo de sembrar el campo de batalla con dispositivos de reconocimiento y guerra electrónica.
Rusia ha empleado aerostatos equipados con reflectores de radar para engañar a los sistemas de defensa ucranianos, desviando misiles y haciendo que las fuerzas enemigas malgasten recursos.
Ucrania, sin embargo, es el primer país que ha desarrollado una plataforma de ataque para usarla en combate real. Si el sistema ucraniano demuestra su eficacia, como al parecer lo está haciendo, podría integrarse con la red de defensa del país. Un movimiento que aliviaría la presión sobre los sistemas de defensa antiaérea occidentales, sobre todo tras el abandono de los EEUU.
Ucrania ha desarrollado una nueva plataforma aérea para golpear a los rusos desde donde menos se lo esperan: ‘portaviones’ para drones de ataque en primera persona (FPV) fabricados usando globos aerostáticos cautivos, anclados al suelo mediante cables. Estas estaciones flotantes aprovechan su gran altitud para detectar enemigos por encima del horizonte y lanzar sus ‘kamikazes’, que atacan desde una posición ventajosa para derribarlos sin remedio.