China tiene un nuevo motor espacial que multiplica la potencia de los actuales por 3
Las lecciones aprendidas del desastre de la NASA con el Starliner de Boeing, que ha dejado a dos astronautas atrapados en la ISS durante meses, puede revolucionar los viajes espaciales y la ‘invisibilidad’ de los misiles
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Científicos chinos aseguran haber encontrado un método capaz de mejorar radicalmente la eficiencia de los motores espaciales actuales. La idea de este sistema surge curiosamente de uno de los episodios más embarazosos a los que se ha enfrentado la NASA en las últimas décadas, una fuga de gas en la nave Starliner (de la compañía aeroespacial Boeing) que mantiene a dos astronautas atrapados en la Estación Espacial Internacional desde el pasado junio.
Barry Butch Wilmore y Sunita Williams, son dos experimentados astronautas que llegaron a la Estación Espacial Internacional (ISS) el seis de junio de 2024 para pasar ocho días allí y llevan ya más de nueve meses atrapados en el espacio. El problema fue una fuga de helio que afectaba a los propulsores del Starliner y que ponía en riesgo la vuelta de los astronautas a la Tierra. La nave desarrollada por Boeing, una compañía que lleva tiempo sumida en un continuo escándalo, ya mostró fugas en las pruebas preliminares. Luego, en una misión anterior no tripulada, no pudo acoplarse a la ISS por problemas de software.
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Aunque a la NASA no le gusta decir que están atrapados, la realidad es que los astronautas no podrán volver a la Tierra hasta finales del próximo marzo, principios de abril. Aunque, siempre pueden surgir nuevos retrasos.
El helio se emplea habitualmente para ayudar con la presurización de los sistemas de combustible, pero, desde el desastre del Starliner, su uso también se ha convertido en un problema a solucionar por los ingenieros aeroespaciales. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Ingeniería de Harbin, en China, le ha dado una vuelta a este fallo y ha encontrado una forma de inyectarlo en los motores de combustible sólido que multiplica por tres el empuje del sistema.
Cómo funciona
Los investigadores han publicado su descubrimiento en la revista china revisada por pares Acta Aeronautica et Astronautica Sinica, del que se ha hecho eco el medio hongkonés South China Morning Post.
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El equipo dirigido por el investigador aeroespacial Yang Zenan, asegura haber demostrado que la inyección de helio en motores de cohetes sólidos tradicionales a través de poros a escala micrométrica desencadena un aumento del empuje.
“El helio no arde, pero las proporciones óptimas de helio y gas de combustión (1:4) aumentaron el impulso específico en un 5,77%, lo que permitió que los niveles de empuje se dispararan un 300% mediante una inyección ajustable”, aseguran los investigadores.
Esta tecnología puede aplicarse a las naves de combustible sólido, lo que permitiría un despliegue mucho más rápido y rentable de satélites que con los motores actuales.
Potencial militar
Sí los resultados del equipo son correctos, el descubrimiento también tiene implicaciones militares. La capacidad de ajustar el empuje en tiempo real del 100% al 300% podría permitir a los misiles cambiar de velocidad de forma impredecible, lo que los haría más difíciles de interceptar.
Además, mejora la invisibilidad. El equipo observó mediante simulaciones por ordenador que el helio también ayuda a ocultar la huella térmica de la nave.
Según explican los investigadores, los penachos de escape —las columnas de gases y partículas expulsadas por el motor del cohete durante su funcionamiento— se pueden enfriar a 1.327 grados Celsius, lo que les haría evitar la detección de casi todos los satélites de alerta de misiles por infrarrojos.
Científicos chinos aseguran haber encontrado un método capaz de mejorar radicalmente la eficiencia de los motores espaciales actuales. La idea de este sistema surge curiosamente de uno de los episodios más embarazosos a los que se ha enfrentado la NASA en las últimas décadas, una fuga de gas en la nave Starliner (de la compañía aeroespacial Boeing) que mantiene a dos astronautas atrapados en la Estación Espacial Internacional desde el pasado junio.