Los Pirineos pueden esconder uno de los mayores tesoros energéticos del mundo
Científicos aseguran que montañas como los Pirineos, los Alpes y partes del Himalaya podrían ser una reserva de hidrógeno capaz de darnos un suministro energético inagotable
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Un equipo de investigadores dice haber encontrado enormes reservas de hidrógeno escondidas en montañas como los Alpes o nuestros Pirineos. La clave está en el movimiento de las placas tectónicas, que provoca la aparición de estos sistemas montañosos y genera una reacción química que produce de manera natural este preciado gas.
El hidrógeno es una de las grandes promesas para paliar la crisis energética y ayudarnos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero producirlo de manera artificial, irónicamente, genera emisiones nocivas para nuestro planeta. En los últimos años, los geólogos están encontrando reservas naturales de hidrógeno por todo el mundo en depósitos subterráneos que según sus cálculos pueden alcanzar los 5,5 billones de toneladas.
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Ahora, el estudio de los investigadores del Centro de Geociencias GFZ Helmholtz en Alemania sugiere que también habría enormes reservas en las montañas. “En general, es posible que estemos en un punto de inflexión para la exploración del hidrógeno natural”, afirma el Dr. Frank Zwaan, autor principal del nuevo estudio, publicado en la revista Science Advances. “Por tanto, podríamos estar presenciando el nacimiento de una nueva industria del hidrógeno natural”.
Hidrógeno debajo de las rocas
La Tierra es capaz de crear hidrógeno de manera natural de diferentes maneras. Las bacterias que transforman los materiales orgánicos o el impacto de la radiactividad en la corteza terrestre son capaces de producirlo. Pero el movimiento de las placas tectónicas, dentro de unas condiciones muy particulares, también lo consigue.
Los investigadores han estudiado esas condiciones en los orógenos de inversión de rift, unas regiones donde el movimiento de antiguas fracturas en la corteza terrestre ofrecen condiciones ideales para un proceso llamado serpentinización, que es el que genera hidrógeno de forma natural.
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Los minerales de estas rocas experimentan reacciones químicas al contacto con el agua, formando nuevos minerales que liberan hidrógeno en el proceso. Lo que hace especiales a los orógenos de inversión de rift es que tienen temperaturas muy bajas que, junto con una mayor circulación del agua, favorecen una mayor producción y acumulación de hidrógeno.
Los investigadores creen que cuando estas rocas se encuentren cerca de la superficie de la Tierra, podrían crear importantes reservas de hidrógeno que pueden producir este gas a gran escala. Según los investigadores, la producción de hidrógeno en estos sistemas montañosos puede ser hasta 20 veces mayor que en otras áreas geológicas
Hidrógeno en los Pirineos
Estas rocas llegan a la superficie por dos mecanismos principales: la ruptura de los continentes, que permite que el manto se eleve, y la formación de montañas, que empuja las rocas del manto hacia la superficie.
Los investigadores creen que hay varias zonas del mundo que concuerdan con estas características, como el cinturón Alpino-Himalayo occidental y la Cuenca de Mauléon, en los Pirineos.
“Dadas las oportunidades económicas que se asocian con el hidrógeno natural, ahora es el momento de ir más allá e investigar también las vías de migración del hidrógeno y los ecosistemas microbianos profundos que consumen hidrógeno para comprender mejor dónde pueden formarse realmente los posibles reservorios de H2”, asegura el profesor Sascha Brune, jefe de la Sección de Modelado Geodinámico del GFZ y otro de los autores del estudio.
Los colores del hidrógeno
El hidrógeno es uno de los combustibles más ilusionantes de los que disponemos para luchar contra las emisiones de CO₂. Con él se podrán propulsar los aviones, los trenes o los coches del futuro, pero no todas las maneras de extraer hidrógeno son igual de limpias y económicas, por eso hay que fijarse bien en el apellido que llevan.
Entre los tipos de hidrógenos que se producen, el más común es el gris, que se extrae con gas natural y que, según los investigadores, es el que más CO₂ emite. El hidrógeno marrón se extrae mediante el lignito, un carbón de color marrón, mientras que para el hidrógeno negro se usa hulla, un carbón de color más oscuro.
Tanto el hidrógeno marrón como el negro emiten cantidades importantes CO₂ en su proceso de producción. También está el famoso hidrógeno azul, uno de los más nombrados como solución en esta lucha por encontrar combustibles sostenibles. Este tipo de hidrógeno se extrae con los mismos métodos que los anteriores, pero en este caso el CO₂ se captura y se almacena bajo tierra. A pesar de que almacenar el CO₂ tiene un coste, el precio final es relativamente barato.
Además del hidrógeno geológico, el otro hidrógeno que no genera emisiones en su obtención es el verde. Para producir hidrógeno verde se utiliza energía renovable que no genera ningún tipo de emisiones perjudiciales para el medioambiente. Ahora mismo hay muchos métodos para obtenerlo que usan electrolizadores de nueva generación que son más baratos y eficientes.
Explotar el hidrógeno que se encuentra de manera natural en nuestro planeta, el conocido como hidrógeno geológico o hidrógeno dorado, puede ser la forma más limpia y barata de conseguirlo. Las empresas llevan poco tiempo buscando hidrógeno dorado, pero el Financial Times asegura que las oportunidades son inmensas y ya están atrayendo importantes inversiones.
Un equipo de investigadores dice haber encontrado enormes reservas de hidrógeno escondidas en montañas como los Alpes o nuestros Pirineos. La clave está en el movimiento de las placas tectónicas, que provoca la aparición de estos sistemas montañosos y genera una reacción química que produce de manera natural este preciado gas.