La prueba más clara jamás encontrada que indica que la vida es común en el cosmos
El astrofísico Avi Loeb reflexiona sobre los últimos hallazgos en el asteroide Bennu: contiene las 5 nucleobases que forman ADN y ARN en la Tierra y 14 de los 20 aminoácidos de todas las proteínas conocidas
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F403%2Fd39%2F82b%2F403d3982b53c7245ce43e855eb14dc40.jpg)
Al igual que con los Grandes Modelos de Lenguaje [LLM, de la intelgenica artificial — N. del T.], la calidad de nuestros pensamientos está determinada por nuestro conjunto de datos de entrenamiento. Los bebés reciben la mayor parte de su conjunto de datos de entrenamiento del entorno que rodea su cuna. Una vez que aprenden a gatear y luego a caminar, el conjunto de datos de entrenamiento se expande a un espacio mayor dentro de su hogar. A menudo, la atención constante que reciben de sus padres les lleva a creer que están situados en el centro del Universo. Su entrenamiento temprano sugiere inequívocamente que son únicos y especiales.
Entonces llega su primer día en el jardín de infancia. Los mismos niños se dan cuenta por primera vez de que hay muchas más entidades como ellos. Esta impactante constatación se complementa con el descubrimiento de que algunos de estos desconocidos son incluso más inteligentes. Esto asesta un golpe directo al ego. ¡Bienvenidos a la edad adulta!
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F1f9%2F8c7%2Fa65%2F1f98c7a65504bcf22f022347952aa9c3.jpg)
Permítanme ser claro: nuestros mejores astrobiólogos aún no han madurado hasta la edad adulta cósmica. Se acostumbraron al conjunto de datos de entrenamiento de su hogar en la Tierra, donde los humanos se tratan entre sí como la cúspide de la creación desde el Big Bang, hace 13.800 millones de años. Figuras públicas como Carl Sagan y Elon Musk argumentan persistentemente que la existencia de vida extraterrestre, por no hablar de seres más inteligentes que nosotros, es una "afirmación extraordinaria que requiere pruebas extraordinarias".
Pero la cruda realidad es que nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, contiene del orden de cien mil millones de sistemas Tierra-Sol que podrían albergar la química de la vida tal como la conocemos. El sentido común diría que nuestro jardín de infancia contenía muchos niños más inteligentes que nosotros en los últimos 13.800 millones de años. Esta es una afirmación ordinaria que requiere pruebas ordinarias. Desafortunadamente, el sentido común no es común en la academia, como tampoco lo es entre los bebés de preescolar. Incluso después de observar muchos hogares como el suyo desde las ventanas de su casa, podrían insistir en que el concepto de que estos hogares contienen bebés similares a ellos que merecen atención, es una afirmación extraordinaria que requiere pruebas extraordinarias. Sorprendentemente, bebés desconocidos podrían ser traídos por visitantes a su hogar, en cuyo caso su existencia sería innegable.
Avi Loeb es jefe del proyecto Galileo, director fundador de la Iniciativa Black Hole de la Universidad de Harvard, director del Instituto para la Teoría y la Computación del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y autor del bestseller Extraterrestrial: The first sign of intelligent life beyond earth. También puedes comprar aquí el nuevo libro del profesor Loeb, Interstellar.
La prueba inequívoca de Bennu
Esta semana, un nuevo artículo científico informó de los resultados del análisis de fragmentos recuperados del asteroide Bennu en octubre de 2020 por la misión OSIRIS-REx de la NASA, cuyo coste fue de 1.200 millones de dólares. La muestra recuperada de 122 gramos es excepcionalmente prístina, libre de cualquier contaminación terrestre que caracteriza a los meteoritos que interactúan con la atmósfera y la corteza de la Tierra. El nuevo análisis descubrió que Bennu contiene las 5 nucleobases que forman el ADN y el ARN en la Tierra y 14 de los 20 aminoácidos de las proteínas conocidas. Mientras que los aminoácidos terrestres que forman todos los organismos vivos tienen una estructura molecular levógira, los que se encuentran en Bennu contienen cantidades casi iguales de estructuras levógiras y dextrógiras. Esta simetría especular debe haberse roto una vez que la vida terrestre surgió de un reservorio simétrico de aminoácidos entregados a la Tierra por asteroides similares a Bennu.
El material carbonáceo que compone Bennu probablemente se originó a partir de la ruptura colisional de un cuerpo progenitor mucho mayor en el cinturón de asteroides interior, que contenía canales de agua caliente. En un artículo complementario, otros científicos informaron que Bennu también es rico en sales creadas hace miles de millones de años, cuando los estanques de agua en el asteroide progenitor de Bennu se evaporaron. Estos estanques podrían haber dado lugar a la química de la vida tal como la conocemos, pero no se encontraron signos de tales formas de vida en Bennu.
Estos descubrimientos implican que los protoplanetas en el sistema solar primitivo desarrollaron los componentes básicos de la vida. Si lo hicieron, entonces el océano de larga duración bajo la superficie helada de la luna Encélado de Saturno o la luna Europa de Júpiter, que serán estudiados por la recientemente lanzada Europa-Clipper, puede contener vida microbiana en este momento, esperando a ser descubierta.
El aleccionador mensaje de Bennu es que la vida extraterrestre debe considerarse una afirmación ordinaria. Nuestro jardín de infancia galáctico podría haber incluido muchos niños como nosotros en los últimos 13.800 millones de años.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F47c%2F2fb%2F568%2F47c2fb568ae7f14c305e4cc90166fd4f.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F47c%2F2fb%2F568%2F47c2fb568ae7f14c305e4cc90166fd4f.jpg)
Podemos aprender sobre civilizaciones extraterrestres muertas buscando los artefactos que produjeron en el espacio interestelar durante los últimos miles de millones de años. Las reliquias interestelares más abundantes podrían estar en forma de basura espacial arrastrada por los vientos estelares cuando sus estrellas anfitrionas se convirtieron en gigantes rojas. La basura espacial de los satélites rotos hechos por el hombre se etiquetan comúnmente como "objetos de bolsas de basura vacías" por los observadores del cielo. Estos objetos poseen una gran superficie por unidad de masa y exhiben una aceleración no gravitacional por la presión de la radiación solar, similar a la que exhibió el primer objeto interestelar reconocido por nosotros, `Oumuamua.
Bajo mi liderazgo, el Proyecto Galileo está construyendo actualmente cuatro observatorios que monitorearán el cielo en busca de objetos interestelares anómalos. También estamos planeando una nueva expedición para recuperar grandes fragmentos del lugar del impacto del meteoro interestelar IM1, cuya bola de fuego fue avistada sobre el Océano Pacífico por satélites del gobierno de EEUU en enero de 2014. Gracias a la generosidad de los visionarios Dr. Frank Laukien y Eugene Jhong, estamos a punto de recibir este mes los fondos necesarios para completar el análisis completo de los fragmentos de tamaño milimétrico recuperados en nuestra expedición de 2023 al sitio de IM1. Nuestro último análisis científico de los fragmentos recuperados, a un costo de apenas el 0,1% de la misión OSIRIS-REx, resultó en dos artículos revisados por pares publicados recientemente aquí y aquí.
La humanidad madurará sólo si los astrobiólogos abren su mente al estudio de objetos anómalos en el espacio. Esta lección fue aprendida de la investigación pionera de Galileo Galilei quien descubrió en enero de 1610, hace exactamente 415 años, cuatro puntos de luz orbitando Júpiter. El 20 de febrero de 2025, celebraremos el legado de Galileo en mi oficina en el Observatorio de Harvard College desvelando una escultura de bronce titulada: "Galileo mirando las cuatro lunas de Júpiter". Esta nueva escultura fue creada por el renombrado artista Greg Wyatt, quien fue descrito por Sir Profesor Stanley Wells como ‘el Rodin de América’. La escultura ha sido donada por la Newington-Cropsey Foundation en celebración del Proyecto Galileo, que también recibió millones de dólares en donaciones durante el último mes y cuyas publicaciones científicas se enumeran aquí. El evento contará con una actuación musical del compositor David Ibbett, el artista residente en el Centro de Astrofísica, Harvard & Smithsonian.
Debemos tener todos en cuenta que el verdadero centro intelectual de la astrofísica podría estar ubicado en un exoplaneta alrededor de una estrella que se formó miles de millones de años antes que el Sol. Los científicos en ese centro podrían saber lo que precedió al Big Bang, lo que hay dentro de los agujeros negros, así como la naturaleza de la materia oscura y la energía oscura. Si es así, es probable que sean humildes al reconocer lo prevalente que es la vida y la inteligencia en el cosmos. El signo de la inteligencia cósmica es el deseo de buscar un conjunto de datos de entrenamiento mayor.
La arrogancia es un signo de la ignorancia.
Al igual que con los Grandes Modelos de Lenguaje [LLM, de la intelgenica artificial — N. del T.], la calidad de nuestros pensamientos está determinada por nuestro conjunto de datos de entrenamiento. Los bebés reciben la mayor parte de su conjunto de datos de entrenamiento del entorno que rodea su cuna. Una vez que aprenden a gatear y luego a caminar, el conjunto de datos de entrenamiento se expande a un espacio mayor dentro de su hogar. A menudo, la atención constante que reciben de sus padres les lleva a creer que están situados en el centro del Universo. Su entrenamiento temprano sugiere inequívocamente que son únicos y especiales.