China planea construir una central solar en el espacio de 1 kilómetro de largo
China sigue invirtiendo en hacer realidad una de las formas de energía renovable más futuristas que existen: la energía solar espacial transmitida a la Tierra mediante microondas
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fb80%2Fd33%2Fe29%2Fb80d33e2988cada8326900cdaca0f93d.jpg)
Científicos chinos han presentado un plan para construir una central fotovoltaica de un kilómetro de largo en el espacio. Sus creadores quieren enviar a la Tierra la energía del Sol recogida a 36.000 km de altura mediante un flujo continuo de microondas. Su producción, aseguran, puede ser equivalente a la de la mayor central hidroeléctrica del mundo.
"Se trata de un proyecto increíble", explicó el reputadísimo ingeniero chino, Long Lehao, el diseñador de los cohetes chinos Long March, durante una conferencia en octubre organizada por la Academia China de Ciencias (CAS). "La energía recogida en un año equivaldría a la cantidad total de petróleo que puede extraerse de la Tierra".
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F402%2Fb88%2F13f%2F402b8813f6504303cdd7f66e4fa5a252.jpg)
Cómo es el plan de Lehao
Los investigadores proponen enviar los componentes de la central a una órbita geoestacionaria sobre la Tierra mediante cohetes superpesados como el próximo Long March 9 chino. Se estima que este tipo de cohetes reutilizables tendrán una capacidad de carga de 150.000 kg hasta la órbita baja terrestre.
El científico asegura que esta enorme central eólica puede tener un impacto similar a trasladar la presa de las Tres Gargantas a una órbita geoestacionaria. Esta presa, situada en el tramo medio del río Yangtsé, en el centro de China, es el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo y genera 100.000 millones de kilovatios-hora de electricidad al año. Según la NASA, la presa es tan grande que, si se llenara completamente, la masa de agua contenida en su interior provocaría un alargamiento de los días de la Tierra de 0,06 microsegundos.
"Imagínese la instalación de un conjunto solar de un kilómetro de ancho a lo largo de la órbita geoestacionaria de 36.000 km", dijo Long en la conferencia organizada por la CAS.
Una manera más eficiente de obtener energía
La idea de recoger la energía del Sol desde el espacio para mandarla a la Tierra fue recogida por primera vez en Reason, un relato corto que Isaac Asimov escribió en los años cuarenta y que lleva rondando las cabezas de los científicos desde entonces. Pero no ha sido hasta hace unos pocos años cuando se ha considerado seriamente por ser económica y tecnológicamente inviable.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe9b%2F259%2F554%2Fe9b2595541b1de2ffb1274c8eb4a5efc.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe9b%2F259%2F554%2Fe9b2595541b1de2ffb1274c8eb4a5efc.jpg)
Al contrario de lo que sucede en la superficie de nuestro planeta, la energía solar está disponible todas las horas y todos los días del año si se captura en el espacio. En la órbita terrestre no hay oscuridad ni condiciones meteorológicas que eviten la incidencia de los rayos de Sol en las placas solares, además la luz del Sol en el espacio es 10 veces más intensa que en la superficie terrestre
La tecnología necesaria para enviarla de forma inalámbrica a la Tierra ya existe desde hace tiempo y ya se ha conseguido demostrar su eficacia en distintos tests. Sin embargo, el ambicioso proyecto de Long puede tardar años en hacerse realidad. Algunas previsiones apuntan a tener en órbita un prototipo de la nueva tecnología para 2030 y una estación comercial para 2050.
La carrera por la energía espacial
China no es el único país que planea construir este tipo de megasatélites solares. La Agencia Espacial Europea (ESA) está desarrollando el proyecto SOLARIS, cuyo objetivo es producir energía limpia en el espacio para su uso en la Tierra. La agencia tiene previsto tomar decisiones fundamentadas sobre la viabilidad de la tecnología de energía solar basada en el espacio para este año.
JAXA, la Agencia Espacial de Japón, tiene previsto lanzar en 2025 el satélite OHISAMA, un satélite de 180 kg que transmitirá aproximadamente 1 kilovatio de potencia desde una altitud de 400 km. OHISHAMA se usará para demostrar la eficacia de su sistema de transmisión inalámbrica de energía desde el espacio a nuestro planeta.
La ‘UK Space Energy Initiative’ del Reino Unido es un programa en el que participan más de 50 organizaciones, entre las que están Airbus o la Universidad de Cambridge. El objetivo es encontrar propuestas para desarrollar una planta solar en el espacio en los próximos 12 años que sea capaz de envíar gigavatios de potencia a la Tierra.
También Estados Unidos está invirtiendo en lo que algunos llaman el futuro de la energía. Los ingenieros de Caltech lograron transportar energía solar desde el espacio por primera vez como parte de la misión Space Solar Power Demonstrator, que concluyó en enero de 2024.
Problemas con esta tecnología
Hay gente duda de las consecuencias para la salud de un flujo de microondas de ese tamaño. El presidente de la ‘UK Space Energy Initiative’, Martin Soltau, sin embargo, aseguró en su momento que no hay que preocuparse. "Es más probable que recibas más radiación del teléfono que llevas en el bolsillo que si estuvieras de pie bajo uno de los haces", aseguró. También tener estructuras tan grandes orbitando nuestro planeta puede plantear un problema cuando ya no tengan uso y haya que buscar una manera de traerlas a tierra para reciclarlas.
Otro punto negativo es la saturación de nuestro entorno espacial. Con la cantidad de satélites que hay ya orbitando nuestro planeta y los que están por llegar —solo los Starlink podrían llegar a 42.000— los científicos han asegurado estar teniendo problemas para llevar a cabo sus observaciones astronómicas. Esas observaciones incluyen la detección de asteroides potencialmente peligrosos que se dirijan hacia nosotros. Si las distintas naciones deciden instalar sistemas de gran tamaño como estos, nuestro poder de reacción ante este tipo de amenazas disminuiría todavía más.
Científicos chinos han presentado un plan para construir una central fotovoltaica de un kilómetro de largo en el espacio. Sus creadores quieren enviar a la Tierra la energía del Sol recogida a 36.000 km de altura mediante un flujo continuo de microondas. Su producción, aseguran, puede ser equivalente a la de la mayor central hidroeléctrica del mundo.