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Neurotecnología

Tu jefe podrá analizar tu actividad cerebral en el trabajo para hacerte más sano y productivo

La neurotecnología podría transformar el futuro del trabajo, mejorando el rendimiento y cuidando la salud de los empleados. Sin embargo, el uso de los datos cerebrales plantea importantes desafíos éticos

Foto: El Flow Headset es un dispositivo de estimulación eléctrica transcraneal. (Flow Neuroscience)
El Flow Headset es un dispositivo de estimulación eléctrica transcraneal. (Flow Neuroscience)

A pesar de toda la atención que se presta a las tecnologías que reducen el papel práctico del ser humano en el trabajo —como vehículos autónomos, trabajadores robots o inteligencia artificial—, los investigadores del campo de la neuroergonomía utilizan la tecnología para mejorar el rendimiento de los seres humanos en sus funciones laborales.

La neuroergonomía es el estudio del comportamiento humano durante la realización de actividades del mundo real, incluido el lugar de trabajo. Implica registrar la actividad cerebral de una persona en diferentes situaciones o mientras realiza determinadas tareas para optimizar el rendimiento cognitivo. Por ejemplo, la neuroergonomía podría monitorear a los empleados mientras aprenden nuevas materias para determinar cuándo lo han dominado. También podría ayudar a controlar la fatiga en los empleados en roles que requieren una vigilancia óptima y determinar cuándo necesitan ser relevados.

Hasta ahora, la investigación en neuroergonomía solo podía llevarse a cabo en entornos de laboratorio clínico altamente controlados mediante procedimientos invasivos. Pero los avances en ingeniería ahora hacen posible este trabajo en entornos del mundo real con dispositivos portátiles no invasivos. Se prevé que mercado de la neurotecnología —definida como cualquier tecnología que interactúe con el sistema nervioso— crecerá hasta los 21,000 millones de dólares para 2026 y está llamada a configurar la vida cotidiana de los trabajadores de muchas industrias en los próximos años.

Foto: Foto de archivo de un bombardero Tu-160 en la fábrica. (Tupolev)

Pero este avance no está exento de riesgos.

En mi trabajo como ingeniero biomédico y doctor en medicina del trabajo, estudio cómo mejorar la salud, el bienestar y la productividad de los trabajadores. La neurotecnología a menudo se centra en cómo los trabajadores podrían utilizar tecnologías portátiles de monitoreo cerebral para mejorar la función cerebral y el rendimiento durante las tareas. Pero también podría usarse para comprender mejor la experiencia humana en el trabajo y adaptar tareas y procedimientos a la persona, y no al revés.

Capturando la actividad cerebral

Los dos dispositivos portátiles neuroergonómicos más utilizados capturan la actividad cerebral de diferentes maneras. Electroencefalografía o EEG, mide los cambios en la actividad eléctrica mediante electrodos colocados en el cuero cabelludo. Espectroscopia funcional de infrarrojo cercano o fNIRS, mide los cambios en la actividad metabólica. Lo hace pasando luz infrarroja a través del cráneo para controlar el flujo sanguíneo.

Ambos métodos pueden monitorear la actividad cerebral en tiempo real a medida que responde a diferentes situaciones, como un trabajo de alta presión o una tarea difícil. Por ejemplo, en un estudio que usaba fNIRS para controlar la actividad cerebral de personas que realizaban una tarea de atención sostenida durante 30 minutos se observaron diferencias significativas en el tiempo de reacción entre el comienzo y el final de la tarea. Esto puede ser fundamental en funciones relacionadas con la seguridad y la protección que requieren una atención sostenida, como los controladores de tránsito aéreo y los agentes de policía.

La neuroergonomía también estudia cómo se podría utilizar la estimulación cerebral para mejorar la actividad cerebral. Esto se hace usando tecnologías de neuromodulación como la estimulación eléctrica transcraneal o tES; la estimulación magnética transcraneal o TMS; o la estimulación por ultrasonido enfocado, o FUS. Por ejemplo, los estudios han demostrado que aplicando TES mientras se aprende una tarea de entrenamiento cognitivo puede conducir a mejoras inmediatas en el rendimiento que persisten incluso al día siguiente. Otro estudio encontró que tES también puede ayudar a mejorar el desempeño en tareas que involucran habilidades motoras, con aplicaciones potenciales en el entrenamiento de habilidades quirúrgicas, tareas militares y rendimiento deportivo.

Cuestiones éticas de alto riesgo

El uso de la neurotecnología en el lugar de trabajo tiene implicaciones globales y mucho en juego. Los defensores dicen que la neurotecnología puede fomentar el crecimiento económico y la mejora de la sociedad. Quienes están en contra de la neurotecnología alertan de que podría alimentar la desigualdad y socavar la democracia, entre otras posibles consecuencias desconocidas.

El inicio de una nueva era de monitorización y mejora cerebral individualizada plantea muchas cuestiones éticas. Para responder a esas preguntas es necesario que todas las partes interesadas (trabajadores, profesionales de la salud ocupacional, abogados, funcionarios gubernamentales, científicos, especialistas en ética y otros) las aborden.

Por ejemplo, ¿cómo deberían protegerse los datos de la actividad cerebral de un individuo? Hay motivos para sospechar que los datos de la actividad cerebral no estarían cubiertos por las actuales leyes de protección de datos del paciente porque no se considera información médica o de salud. Es posible que se necesiten regulaciones de privacidad adicionales.

Además, ¿tienen los empleadores derecho a exigir a los trabajadores que cumplan con el uso de dispositivos neuroergonómicos? La Ley de no discriminación de información genética de 2008 de EEUU, por ejemplo, previene la discriminación contra los trabajadores basada en sus datos genéticos. Una legislación similar podría ayudar a proteger a los trabajadores que se niegan a permitir la recopilación de información sobre su cerebro de ser despedidos o de que se les deniegue el seguro médico.

Protegiendo a los trabajadores

Los datos recogidos por la neurotecnología podrían usarse de manera para ayudar o perjudicar al trabajador, y el potencial de abuso es significativo.

Los empleadores pueden utilizar la neurotecnología para diagnosticar enfermedades relacionadas con el cerebro que podrían conducir a un tratamiento médico, pero también a la discriminación. También pueden monitorear cómo los trabajadores individuales responden a diferentes situaciones, recopilando información sobre su comportamiento que podría afectar negativamente su situación laboral o de su seguro.

Así como las computadoras e Internet han transformado la vida, las neurotecnologías en el puesto de trabajo podrían traer cambios aún más profundos en las próximas décadas. Estas tecnologías pueden permitir una integración más fluida entre el cerebro de los trabajadores y sus entornos laborales, mejorando la productividad y al mismo tiempo planteando muchas cuestiones neuroéticas.

Involucrar a todas las partes interesadas en la conversación puede ayudar a garantizar que todos estén protegidos y crear entornos de trabajo más seguros destinados a resolver los desafíos del mañana.

A pesar de toda la atención que se presta a las tecnologías que reducen el papel práctico del ser humano en el trabajo —como vehículos autónomos, trabajadores robots o inteligencia artificial—, los investigadores del campo de la neuroergonomía utilizan la tecnología para mejorar el rendimiento de los seres humanos en sus funciones laborales.

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