El fracaso del caza de sexta generación de la Fuerza Aérea de EEUU
Mientras China asombra al mundo con sus aviones de guerra de sexta generación, el programa de cazas del futuro estadounidense sigue parado y su reactivación dependerá de la nueva administración de Trump
La aparición por sorpresa de dos aviones de sexta generación chinos ha caído como una bomba entre los expertos militares estadounidenses que reclaman a su país reactivar el programa NGAD (Next-Generation Air Dominance). Este programa iba a ser el futuro de los cazas de combate de la Fuerzas Aéreas de EEUU, pero se canceló por sorpresa el año pasado debido a una “reevaluación total para alinearse con las restricciones presupuestarias”.
El programa NGAD tenía previsto reemplazar a la flota de F-22 Raptor en la década de 2030, pero el pasado julio el secretario de la Fuerza Aérea estadounidense Frank Kendall aseguraba en una entrevista con la publicación Defense News que por ahora se cancela el proyecto, aunque "el concepto de familia de sistemas de Next Generation Air Dominance está vivo y bien".
El coste estimado de cada uno de los cazas del programa es de 300 millones de dólares, un elevado precio que está haciendo dudar el Pentágono. Además, no está claro que el diseño previsto sea adecuado para la guerra aérea moderna dominada por drones.
China coge velocidad
El pasado 7 de enero Kendall hizo referencia al vídeo viral de lo que podría ser el avión de sexta generación de China: "Llevo bastante tiempo observando cómo China moderniza su ejército. Están trabajando agresivamente para construir un ejército diseñado para mantener a Estados Unidos fuera del Pacífico Occidental, y creo que, con el tiempo, tienen ambiciones mayores".
"Estratégicamente, ya han demostrado que van a modernizar sus fuerzas estratégicas y aumentar drásticamente su inventario de armas nucleares. Y en el espacio, están haciendo cosas similares, ¿verdad? Realmente están militarizando el espacio a un ritmo elevado. Así que eso ya estaba incluido en todas las cosas en las que pensábamos, y la llegada de esos aviones, visibles para el público, no ha cambiado realmente nuestra postura", dijo Kendall.
— Justin Bronk (@Justin_Br0nk) December 26, 2024
Kendall no cree que los nuevos aviones de guerra chinos afecten a la forma en que las Fuerzas Aéreas enfocan su caza NGAD. Sin embargo, la última palabra sobre el futuro final del programa la tendrá ahora el equipo de seguridad nacional entrante de Donald Trump.
El encargado de hacerlo será el nuevo jefe de adquisiciones, Michael Duffey. Duffey es un experto en defensa que ha ocupado diversos cargos en el Pentágono y se encargará de realizar una revisión estratégica de todos los programas de adquisición del Departamento de Defensa. Según el medio especializado 1945, esa revisión podría tardar entre varios meses y un año en ver la luz.
Crónica de un fracaso
Según el medio estadounidense The National Interest, este estancamiento del programa NGAD pone de relieve un problema de larga duración en las adquisiciones de defensa de Estados Unidos. La búsqueda de la perfección, dicen, menoscaba el progreso práctico, con lo que las Fuerzas Aéreas estadounidenses siguen dependiendo de los veteranos cazas F-15 y F-16 en sus misiones y su Armada tiene que echar mano de misiles Harpoon de los años 70 y los torpedos submarinos.
La modernización del Ejército estadounidense se ha ido consiguiendo históricamente con el desarrollo de múltiples programas a la vez que serían reemplazados en cuanto quedaran obsoletos. Este desarrollo paralelo ha estado garantizando una rápida innovación.
Sin embargo, ahora la estrategia de defensa es otra: el Pentágono ha demandado la creación de plataformas modulares y duraderas que, según los analistas del medio estadounidense, han sido las responsables de ralentizar el progreso y ahogar la innovación.
El resultado, aseguran, es que EEUU ha desaprovechado la ventaja tecnológica que obtuvo tras la Guerra Fría. Programas como el NGAD se han sumido en un desarrollo especulativo que ha conducido a un ciclo de presentaciones y promesas, sin que se lleguen a ver avances tecnológicos concretos que sirvan para mantener una ventaja sobre los adversarios, sobre todo China y Rusia.
El cambio de estrategia, aseguran los analistas, ha dado como consecuencia el retraso en la construcción de portaaviones, en el desarrollo de un F-35 que ha acabado costando cerca de 1,7 billones de dólares y la continua dependencia del Ejército de Tierra de sistemas obsoletos.
Estados Unidos, dicen, no necesitaba un caza perfecto como NGAD, sino uno que fuera simplemente mejor que lo que existe ahora y lo que tiene China. Los analistas abogan por lanzar una versión del NGAD que, aunque imperfecto, podría haberse desarrollado y puesto en servicio en la próxima década, proporcionando una actualización muy necesaria de la vieja flota de las Fuerzas Aéreas. En lugar de esto, dicen, el foco se ha ido perdiendo en la búsqueda de soluciones futuras idealizadas que no han hecho más que retrasar el programa en un momento crítico.
EEUU se prepara para los cazas sin piloto
Cuando Kendall enumeró las razones principales de la cancelación del NGAD, también hizo hincapié en la incorporación de “alas de drones autónomos”, los enjambres de aviones pilotados con inteligencia artificial conocidos como aviones de combate colaborativos (CCA). Y este es sin duda el factor principal en contra de un futuro de caza de combate pilotado.
Ahora mismo hay un cambio radical en marcha en los escenarios de simulación de guerra con los que juega el Pentágono, la OTAN, China y Rusia. A medida que pasa el tiempo, parece más claro que el futuro de la guerra aérea no contará con los humanos.
Estos sistemas autónomos no solo complementarios a la flota actual de aviones, sino que, en un futuro no muy lejano, superarían a las aeronaves tripuladas en eficacia. Esto plantea una pregunta clara sobre el futuro de los cazas de combate pilotados por humanos: ¿para qué invertir tanto dinero en el desarrollo y fabricación de cazas clásicos cuando éstos podrían nacer caducados ante los enjambres con cazas IA que China también está desarrollando?
La aparición por sorpresa de dos aviones de sexta generación chinos ha caído como una bomba entre los expertos militares estadounidenses que reclaman a su país reactivar el programa NGAD (Next-Generation Air Dominance). Este programa iba a ser el futuro de los cazas de combate de la Fuerzas Aéreas de EEUU, pero se canceló por sorpresa el año pasado debido a una “reevaluación total para alinearse con las restricciones presupuestarias”.