Cómo Ucrania cometió el mayor error de su historia: su acuerdo nuclear con Rusia y EEUU
Ucrania abandonó su arsenal militar con la condición de que países como Rusia nunca les atacaran. Ahora, muchos ucranianos creen que mantenerlas hubiera evitado la guerra
Hace 30 años que Ucrania firmó en Budapest su adhesión al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. En base a este acuerdo, la antigua república soviética se desharía de su arsenal nuclear a cambio de que EEUU, el Reino Unido y Rusia garantizaran no utilizar medios económicos y militares para atacar al país.
Rusia rompió el Memorándum de Budapest hace ya una década con la invasión de Crimea y después con el lanzamiento de una ofensiva en febrero de 2022 que todavía continúa. Ahora muchos ucranianos se lamentan de haber cedido su principal herramienta de disuasión para proteger a su pueblo de una guerra que ya suma 43.000 muertos, según algunos cálculos.
"Hoy, el Memorándum de Budapest es un monumento a la miopía en la toma de decisiones estratégicas en materia de seguridad", afirma el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania con motivo del 30 aniversario de la firma del acuerdo. "Debería servir para recordar a los actuales líderes de la comunidad euroatlántica que construir una arquitectura de seguridad europea a expensas de los intereses de Ucrania, en lugar de tenerlos en cuenta, está destinado al fracaso".
Ucrania, una expotencia nuclear
Según la Nuclear Threat Initiative, Ucrania heredó de la extinta Unión Soviética,176 misiles balísticos intercontinentales, entre 1.514 y 2.156 cabezas nucleares estratégicas y entre 2.800 y 4.200 cabezas nucleares tácticas.
Sin embargo, el 16 de julio de 1990, el parlamento ucraniano consagró su estatus no nuclear en la Declaración de Soberanía Estatal de Ucrania, algo que quedó refrendado cuando finalmente obtuvo la independencia en 1991. Menos de un año después, Ucrania se convirtió, junto a Bielorusia, y Kazajistán, en uno de los firmantes del Protocolo de Lisboa, un acuerdo que complementaba el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START I) promovido por Rusia y EEUU en 1984.
El 5 de diciembre de 1994, Ucrania firmó el Memorando de Budapest. Según el documento, el Reino Unido, Rusia y Estados Unidos se comprometían a ser garantes de la independencia de Ucrania, así como de su soberanía, y se abstendrían de utilizar armas o presiones económicas contra Ucrania. Como contraprestación, Kiev renunciaba de manera efectiva a su estatus nuclear.
El mayor error de su historia
Ucrania cumplió íntegramente con el acuerdo y en 1996 transfirió todas las cabezas nucleares a Rusia para su destrucción. Anton Liagusha, director académico del máster en Estudios de la Memoria e Historia Pública de la Kyiv School of Economics, afirma en declaraciones para Kyiv Independent que Ucrania accedió a un estatus no nuclear bajo una enorme presión.
"Rusia utilizó el Memorándum de Budapest con mucha astucia. Para ser más precisos, animó y coaccionó a Occidente para que presionara a Ucrania para que firmara el memorando. Al mismo tiempo, Rusia lo situó como 'un noble acto de geopolítica global'", afirmó Liagusha, "Rusia promovió la narrativa de que Ucrania es un Estado fallido, un Estado inexistente, e inexistente significa incontrolado. Y en un Estado inexistente e incontrolado, las armas nucleares son la peor opción posible. Por desgracia, esta diplomacia y propaganda astutas y engañosas alcanzaron sus objetivos".
Este otoño, el presidente Volodímir Zelenski volvió a sacar a colación este acuerdo, avivando el debate sobre el cumplimiento de sus términos. "O Ucrania tiene armas nucleares que le servirán de protección o debe formar parte de algún tipo de alianza. Aparte de la OTAN, no conocemos una alianza tan eficaz", declaró el mandatario en octubre.
¿Un problema o una solución?
Sin embargo, otros historiadores no tienen tan claro que tener un arsenal nuclear sea buena idea para Ucrania. Según Fabian Hoffmann, experto en defensa e investigador doctoral de la Universidad de Oslo: "Es necesario mantener personal de seguridad constante en los emplazamientos, asegurarse de que las cabezas nucleares y los misiles permanecen estables y de que no hay problemas con ellos. Ucrania habría pagado cantidades considerables por algo que no puede utilizar. Así que no habría sido muy inteligente [quedarse con las armas]".
Hoffman cree que Ucrania se arriesgaba a convertirse en un paria internacional como Irán o Corea del Norte si conservaba sus cabezas nucleares. Además, Kiev recibió beneficios económicos en forma de combustible para centrales nucleares a cambio de renunciar a sus armas nucleares.
Aun así, los historiadores coinciden en que en caso de planear una invasión a gran escala, como la que se está dando actualmente, las armas nucleares podrían haber sido efectivas para mantener a raya a su vecino ruso.
"No es que adquieras una sola arma nuclear y de repente desaparezcan todas las amenazas extranjeras. Pero históricamente, las potencias nucleares han disuadido mejor a sus adversarios, afirma al medio ucraninano Liviu Horovitz, especialista en disuasión nuclear del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad. Dado el conflicto de Ucrania con la Federación Rusa, probablemente no habría sido mala idea, desde la perspectiva ucraniana, poseer un arsenal nuclear".
Hace 30 años que Ucrania firmó en Budapest su adhesión al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. En base a este acuerdo, la antigua república soviética se desharía de su arsenal nuclear a cambio de que EEUU, el Reino Unido y Rusia garantizaran no utilizar medios económicos y militares para atacar al país.
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