Así es como el nuevo caza ‘invisible’ chino ha terminado con el dominio aéreo de EEUU
La efectividad del caza chino J-20 y su capacidad de sigilo avanzada ha sorprendido a los analistas americanos que lo describen como el avión que acabó con el dominio aéreo de EEUU
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El caza furtivo de quinta generación, el Chengdu J-20, es un símbolo de la modernización que está llevando a cabo el Ejército chino. Tanto es así, que muchos analistas estadounidenses consideran que su estreno en 2017 marca el punto final al monopolio aéreo de los aviones de guerra invisibles estadounidenses.
El J-20, también conocido como el Dragón Poderoso, es el principal caza furtivo de quinta generación de la aviación china. Esta aeronave entró en servicio en marzo de 2017 y desde entonces ha demostrado que sus capacidades avanzadas le permiten plantar cara a los cazas estadounidenses más modernos, como el F-22 Raptor y el F-35 Lightning II.
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Además, el J-20 ha seguido evolucionando. Este mismo año, en la última edición del Salón Aeronáutico de Zhuhai, China presentó una nueva variante, el J-20S, un avión de guerra furtivo biplaza más moderno que es el único con estas características de todos los de quinta generación.
Cómo es el J-20
China ha fabricado ya más de 200 unidades del J-20. Estos cazas tienen un largo alcance y están equipados con modernos sistemas que lo hacen muy efectivo en operaciones de dominio aéreo en espacios disputados —como los alrededores de Taiwán o el Mar de China Meridional— y en los ataques de precisión.
Una de sus características principales es su invisibilidad a los radares enemigos. El J-20 tiene una baja sección transversal de radar optimizada para el vuelo furtivo que le permite aparecer en el radar enemigo con una huella del tamaño de un pájaro. De esta manera ha logrado penetrar con facilidad las sofisticadas redes de defensa antiaérea diseñadas por Estados Unidos en Taiwán.
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El J-20 lleva además las armas en el interior del fuselaje para mantener el sigilo. Su carga útil incluye misiles aire-aire y aire-tierra, aunque no está equipado con cañones que le permitan combates aéreos cuerpo a cuerpo.
Los primeros modelos utilizaban los motores WS-10 de fabricación china, pero las variantes más recientes están equipadas con motores WS-15. El WS-15 ofrece mayor empuje y permite el supercrucero, es decir, mantener el vuelo supersónico sostenido sin usar los postquemadores.
Recientemente, los ingenieros chinos han realizado un rediseño radical del postquemador en los motores de sus cazas de combate. Esta arquitectura totalmente nueva le aporta una eficiencia del 99% y reduce la vibración del motor en un 80% al máximo de potencia. Según los ingenieros, el uso de este nuevo tipo de postcombustión dará una ventaja radical a los pilotos de cazas chinos, que contarán con un empuje mucho mayor al de sus enemigos occidentales.
Una copia (buena) de los cazas de EEUU
China tiene fama de copiar, e incluso robar, diseños y tecnologías de sus competidores, y el caso del J-20 no es una excepción. Sin embargo, esto no tiene por qué ser un defecto, apunta Brandon J. Weichert, analista de National Interest, sino una característica que ha permitido a China un rápido desarrollo militar.
Weichert sostiene que el hecho de que China haya sido capaz de crear un caza como el J-20 —que puede hacer daño a las defensas supuestamente más avanzadas de Estados Unidos y sus aliados— no es tan fácil en tan corto espacio de tiempo.
“Los estadounidenses se pasaron un siglo cometiendo lo que hoy llamaríamos espionaje industrial dirigido contra la que entonces era la potencia dominante, el Imperio Británico. China simplemente aprendió así de los mejores”, afirma un Weichert que se pregunta: “¿Por qué reinventar la rueda, por así decirlo, si puedes simplemente tomar prestado el diseño, perfeccionarlo, producirlo en serie como propio y luego innovar a partir de ahí?”.
El caza furtivo de quinta generación, el Chengdu J-20, es un símbolo de la modernización que está llevando a cabo el Ejército chino. Tanto es así, que muchos analistas estadounidenses consideran que su estreno en 2017 marca el punto final al monopolio aéreo de los aviones de guerra invisibles estadounidenses.