El compuesto que hace que cazas y bombarderos chinos sean realmente 'invisibles' al radar
El nuevo recubrimiento para aviones tiene menos de un milímetro de grosor y es capaz de distorsionar las señales de los radares de detección actuales haciéndolos inservibles
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Científicos militares chinos aseguran haber creado un nuevo revestimiento para aviones capaz de cegar los actuales sistemas de detección de aeronaves furtivas. Esta nueva capa de invisibilidad es tan fina como dos hojas de papel y, según los científicos, las pruebas en el laboratorio han demostrado que son capaces de absorber eficazmente ondas electromagnéticas de baja frecuencia que lanzan los radares de detección. Un logro que antes se consideraba imposible, afirman.
Los radares diseñados para detectar aeronaves furtivas emiten ondas electromagnéticas con longitudes que van de los pocos centímetros a varios metros y que al rebotar en los aviones son captados por unos receptores. Algunos sistemas de radar antiinvisibilidad usan una red de transmisores y receptores para crear imágenes tridimensionales detalladas de un objetivo y calcular con precisión su velocidad y altitud.
Para evitar ser detectados, las aeronaves de guerra van recubiertas con una fina capa de material que los hace invisibles a estos detectores, pero su pequeño espesor también los hace incapaces de absorber eficazmente las señales de onda larga que acaban llegando de nuevo a los receptores del radar.
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Ahora, según apunta el diario hongkonés South China Morning Post, el nuevo material desarrollado por científicos de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa (NUDT) puede solucionar este problema.
Cómo funciona
El nuevo material es ligero, flexible y fácil de producir en grandes cantidades, por lo que resulta adecuado para cubrir aeronaves u otras plataformas de armamento que requieran pasar desapercibidos ante sus enemigos.
Los investigadores aseguran que a pesar de su delgadez, el recubrimiento es capaz de convertir en calor ondas electromagnéticas con longitudes de onda de entre 70 cm y 20 cm. Esto, dicen, cubre los anchos de banda operativos de la mayoría de los radares antiinvisibilidad actuales, es decir, la banda P y la banda L.
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La banda P usa longitudes de onda grandes (aproximadamente de 75 a 133 cm), que le permiten penetrar en materiales densos y detectar estructuras subterráneas u objetos muy oscurecidos. La onda de la banda L es un poco más pequeña (entre 15 y 30 cm) y es especialmente útil para detectar objetos a través del follaje y en condiciones meteorológicas adversas.
Ambas longitudes de onda superan las dimensiones utilizadas en los diseños de las capas de invisibilidad de los aviones furtivos tradicionales. La invisibilidad se logra con el diseño, gracias al uso de distintas formas y ángulos para desviar las ondas de radar y con materiales absorbentes que reducen la cantidad de ondas reflejadas.
La ciencia china de la invisibilidad
China tiene uno de los radares anti invisibilidad más avanzados del mundo, el Radar de Apertura e Impulso Sintético (SIAR, en sus siglas en inglés). El Ejército Popular de Liberación asegura tener desplegados un gran número de radares antiinvisibilidad a lo largo de su costa y en buques de guerra que pueden detectar cazas furtivos como los F-22 y F-35 de EEUU desde distancias considerables.
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También lleva tiempo investigando materiales para burlar a los radares. Hace dos años, científicos chinos aseguraban haber creado una nueva capa de invisibilidad al radar para cualquier vehículo militar terrestre. Otro logro que, según ellos, hasta ahora era imposible. Según sus experimentos, este recubrimiento está formado por circuitos capaces de absorber y reflejar ondas de radar alteradas para que el objeto aparezca “como un trozo de terreno con nada sobre él”. Los ingenieros aseguran que su invento puede ser utilizado en tanques, piezas de artillería y plataformas móviles de lanzamiento de misiles nucleares balísticos e hipersónicos.
También han creado una tecnología que, en lugar de hacer desaparecer sus misiles, hace que se vean tan grandes como aviones comerciales de pasajeros en las pantallas de los radares enemigos. Este descubrimiento, publicado el año pasado por sus científicos en un artículo, habla de un nuevo material de camuflaje que llamaron velo de oro y que es más eficiente y barato que otros que se usan en la actualidad.
Los autores del estudio aseguran que el nuevo material podría "cambiar la naturaleza de la guerra" tal y como la conocemos ahora. "La guerra electrónica se ha vuelto más compleja que nunca. Nuevos equipos y herramientas de contramedidas electrónicas están entrando en servicio a una velocidad sin precedentes", escribe el equipo en su artículo.
Científicos militares chinos aseguran haber creado un nuevo revestimiento para aviones capaz de cegar los actuales sistemas de detección de aeronaves furtivas. Esta nueva capa de invisibilidad es tan fina como dos hojas de papel y, según los científicos, las pruebas en el laboratorio han demostrado que son capaces de absorber eficazmente ondas electromagnéticas de baja frecuencia que lanzan los radares de detección. Un logro que antes se consideraba imposible, afirman.