Revelan la nueva arma china diseñada para vigilar y atacar a la Marina de EEUU
Nuevas imágenes y vídeos muestran la enorme escala y los cambios en el nuevo avión autónomo chino CH-7, diseñado para penetrar en espacio aéreo enemigo, vigilar y atacar sin ser detectado
China ha revelado el prototipo definitivo de su avión 'invisible' sin piloto CH-7. Es una máquina imponente y un diseño pensado para adentrarse en territorio enemigo evitando la detección, con capacidad para realizar ataques quirúrgicos a objetivos clave y misiones de reconocimiento en entornos extremadamente peligrosos durante largas horas, según el ingeniero jefe de los drones de la serie CH, Shi Wen.
El nuevo avión aparece en varias fotos y vídeos publicados en redes sociales chinas, tomados durante una prueba de rodaje en pista. Los documentos muestran diferencias notables con el prototipo presentado en 2018. Está previsto que la fase de desarrollo concluya antes de que finalice el año.
Internarse en territorio enemigo
El CH-7 —conocido también como Caihong-7, una palabra que significa arcoiris en chino— tiene un diseño de ala volante con fuselaje integrado, creado para reducir su perfil de radar y proporcionar una capacidad de vuelo de largo alcance. Su envergadura es de 26 metros, cuatro metros más que el modelo de 2018, y una longitud de 10 metros. Alcanza una velocidad máxima de 926 km/h y puede operar a una altitud de hasta 15.000 metros, superando las versiones anteriores que tenían un techo de 13.000 metros.
Su autonomía de vuelo es de 15 horas, lo que le permite realizar misiones prolongadas en un radio operativo de 2.000 km. Su motor es un turbofan con una toma de aire en la parte superior del fuselaje diseñado para reducir su firma térmica y aumentar su ‘invisibilidad’ a los sensores infrarrojos, siguiendo la misma línea de los diseños norteamericanos. Como el B-21 Raider y otros drones de ala volante estadounidenses, el CH-7 no tiene estabilizadores verticales para reducir su perfil de radar lateral, evitando superficies planas que reflejen emisiones electromagnéticas. Para su control, este bombardero autónomo utiliza un avanzado sistema de control de vuelo y un sistema informático que mejora su estabilidad. Todas estas capacidades, afirman los chinos, permiten que el CH-7 penetre el espacio aéreo hostil sin ser detectado.
Better resolution... absolutely Huge 😐#ZhuhaiAirShow2024 CH-7 pic.twitter.com/dAhh8hVr3h
— Húrin (@Hurin92) November 8, 2024
El dron tiene una bodega interna para armamento y sensores. Puede portar misiles guiados aire-tierra similares a los AGM-88 HARM de Estados Unidos, capaces de localizar estaciones de radar enemigas para neutralizarlas, y otras armas de largo alcance. Esto lo hace adecuado para atacar objetivos estratégicos de alto valor, como estaciones de mando, lanzadores de misiles, defensas antiaéreas y buques. Según Wen, "el CH-7 puede interceptar señales electrónicas de radar y, al mismo tiempo, detectar, verificar y monitorear objetivos de alto valor", para destruirlos si es necesario.
Evolución del concepto
Todavía no se sabe si este modelo es de preproducción o el primero de la línea de producción. Lo que sí sabemos es que, desde su presentación en el Airshow China de 2018, el CH-7 ha evolucionado de manera significativa. El diseño inicial era muy parecido al X-47B de Northrop Grumman, pero con puntas de ala inclinadas. En 2022, el modelo se modificó con unas alas rediseñadas, puntas de ala más agudas y un fuselaje central alargado. También se añadieron mejoras en los flaps y un escape plano del motor para reducir la detección por radar.
Según The War Zone, el CH-7 se usará en operaciones navales para desplegarse sobre el Pacífico y vigilar los movimientos de la flota norteamericana y los países hostiles que rodean a China, desde Japón y Corea del Sur hasta Australia y Nueva Zelanda o las bases norteamericanas de la zona. Según Wen, "el CH-7 está pensado para mantener la detección de objetivos hostiles durante periodos prolongados". Estas características lo hacen idóneo para operaciones prolongadas de vigilancia en zonas con altas defensas.
Estrategia dron
Este avión es una pieza más de la estrategia china de drones no tripulados. Después de ver el desarrollo de la guerra de Ucrania y observar a EEUU, Pekín ha puesto el pie en el acelerador para aumentar radicalmente su capacidad para hacer la guerra aérea no tripulada. Además del CH-7, China está desarrollando drones furtivos inteligentes como el GJ-11 'Sharp Sword', optimizado también para penetrar en espacio aéreo enemigo.
Para realizar esta visión de la guerra del futuro, China ha puesto en marcha la infraestructura industrial integrada del país. Todas las etapas de producción, desde los componentes aeronáuticos hasta los sistemas electrónicos, se llevan a cabo dentro de China, una ventaja que permite implementar nuevas tecnologías con rapidez y bajo coste, como apunta el analista militar norteamericano Tyler Rogoway.
Los drones se producen en líneas de ensamblaje especializadas que utilizan la misma tecnología avanzada de automatización con la que fabrican todo, desde los MacBook e iPhones de Apple hasta los coches eléctricos con los que están asaltando los mercados a nivel global. Según Rogoway, los fuselajes y componentes se ensamblan con alta precisión, empleando materiales compuestos para reducir la firma de radar. Los sistemas de control están optimizados mediante inteligencia artificial para mejorar la autonomía y la capacidad de respuesta frente a amenazas.
Mientras, afirma, en Estados Unidos, los esfuerzos para reindustrializar la producción y reducir la dependencia de suministros extranjeros sólo acaban de comenzar después de décadas de ralentización y externalización para abaratar costes por parte de las grandes empresas de defensa. China se encuentra en un momento de aceleración masiva de la producción industrial militar que recuerda a los EEUU desde los años 40 a los 80. Mientras, los esfuerzos estadounidenses no tienen la potencia de antaño, están en crisis y tendrán que superar grandes desafíos, desde la capacitación de la mano de obra hasta la expansión de su capacidad industrial, si sus fuerzas militares quieren permanecer por delante de las de Pekín.
China ha revelado el prototipo definitivo de su avión 'invisible' sin piloto CH-7. Es una máquina imponente y un diseño pensado para adentrarse en territorio enemigo evitando la detección, con capacidad para realizar ataques quirúrgicos a objetivos clave y misiones de reconocimiento en entornos extremadamente peligrosos durante largas horas, según el ingeniero jefe de los drones de la serie CH, Shi Wen.