Descubren un túnel interestelar que conecta el sistema solar con una estructura en Centauro
Un nuevo mapa 3D revela los puntos calientes y túneles hacia las superburbujas vecinas que parecen haber sido creados por supernovas y explosiones de estrellas en su infancia
Un equipo de astrofísicos ha utilizado datos del All-Sky Survey del telescopio espacial eROSITA —que cartografía toda la esfera celeste que rodea la Tierra una vez cada seis meses— para crear un mapa en 3D de la burbuja de gas caliente que rodea el sistema solar. Los datos también revelaron la presencia de algo sorprendente: lo que parece ser un "túnel interestelar", un canal entre estrellas que podría unir la burbuja del sistema solar con una superburbuja en la constelación del Centauro.
Nuestro sistema solar está rodeado por la llamada Burbuja Caliente Local (LHB en sus siglas en inglés), un entorno de baja densidad compuesto por un gas a millones de grados que emite rayos X. Los científicos conocen esta burbuja desde hace al menos cinco décadas y su existencia les ha ayudado a explicar la presencia de un fondo de rayos X de energía relativamente baja.
Gracias a los datos del eROSITA All-Sky Survey, el equipo de científicos del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre (Alemania) ha podido observar un amplio gradiente de temperaturas en esta burbuja que contiene puntos calientes y fríos. Estas variaciones térmicas están relacionadas con pasadas explosiones de supernovas que han hecho que la burbuja se recaliente y se haga más grande, explican los investigadores.
Sin embargo, los datos también mostraron la presencia de un túnel interestelar, un canal que conecta la burbuja del sistema solar con otra burbuja situada en la constelación de Centauro, donde se encuentra la estrella más cercana al Sol, Proxima Centauri.
Un mapa de la burbuja
El eROSITA se encuentra a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, lo que le permite observar el espacio alrededor de nuestro planeta desde fuera la geocorona terrestre, evitando la contaminación de otras señales. "Los datos que se han hecho públicos este año proporcionan la visión más limpia del cielo de rayos X hasta la fecha, lo que lo convierte en el instrumento perfecto para estudiar el LHB", afirma Michael Yeung, investigador del Max Planck y autor principal del estudio publicado recientemente en Astronomy & Astrophysics.
Este equipo de investigadores del Max Plank ya había establecido con anterioridad que la densidad del gas caliente del LHB es relativamente uniforme. En el nuevo estudio, los científicos han dividido el hemisferio de la Vía Láctea en 2.000 regiones distintas para analizar la luz de todas ellas. Al comparar la densidad ya conocida con el gas de las nubes moleculares frías y densas en el borde del LHB, el equipo pudo crear un mapa tridimensional detallado de la burbuja.
Los datos de este mapa reflejaban clara disparidad de temperaturas en la LHB donde se ve que el Norte Galáctico es más frío que el Sur Galáctico. El mapa también muestra que la LHB se estira hacia los polos del hemisferio galáctico, algo que ratifica los datos recogidos por el predecesor de eROSITA, el ROSAT, hace aproximadamente 3 décadas.
Pero el nuevo mapa 3D reveló algo hasta ahora desconocido. "Lo que no sabíamos era la existencia de un túnel interestelar hacia Centaurus, que crea un hueco en el medio interestelar más frío", explica Michael Freyberg, otro de los autores del estudio. "Esta región se destaca claramente gracias a la sensibilidad muy mejorada de eROSITA y a una estrategia de estudio muy diferente en comparación con ROSAT".
Una red de túneles
Además del mapa 3D del LHB, el equipo también creó un censo de restos de supernovas, superburbujas y polvo, que incorporaron al mapa para construir un modelo interactivo en 3D del vecindario cósmico del sistema solar.
Los investigadores sospechan que el túnel de Centaurus en el LHB puede ser en realidad parte de una red de túneles de gas caliente que se abrió paso entre el gas frío que hay entre las estrellas. Esta red, aseguran, se mantiene gracias a la influencia de las estrellas en forma de vientos estelares, las supernovas que marcan la muerte de estrellas masivas y los chorros que brotan de estrellas recién formadas.
Estos fenómenos se conocen colectivamente como retroalimentación estelar y se cree que recorren toda la Vía Láctea, dándole su forma. De hecho, ya se conocía la presencia de otro túnel, llamado Canis Majoris, que se cree que se extiende entre el LHB y la nebulosa Gum, una superburbuja más distante.
"Otro hecho interesante es que el Sol debe haber entrado en el LHB hace unos pocos millones de años, un tiempo muy corto comparado con la edad del Sol [4.600 millones de años]", dijo Gabriele Ponti, otro de los autores. "Es pura coincidencia que el Sol parezca ocupar una posición relativamente central en el LHB a medida que nos movemos continuamente a través de la Vía Láctea".
Un equipo de astrofísicos ha utilizado datos del All-Sky Survey del telescopio espacial eROSITA —que cartografía toda la esfera celeste que rodea la Tierra una vez cada seis meses— para crear un mapa en 3D de la burbuja de gas caliente que rodea el sistema solar. Los datos también revelaron la presencia de algo sorprendente: lo que parece ser un "túnel interestelar", un canal entre estrellas que podría unir la burbuja del sistema solar con una superburbuja en la constelación del Centauro.
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