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La posibilidad del teletransporte humano gracias a los nuevos descubrimientos cuánticos
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El teletransporte de electrones

La posibilidad del teletransporte humano gracias a los nuevos descubrimientos cuánticos

Aunque actualmente no es posible teletransportar a seres humanos, los avances en computación cuántica podrían llegar a permitir escaneos precisos de nuestras partículas que podrían hacerlo más factible

Foto: Fotograma de 'Star Trek: La nueva generación'. (Paramount Domestic Television)
Fotograma de 'Star Trek: La nueva generación'. (Paramount Domestic Television)

Los humanos llevamos décadas fascinados con la idea de tener una máquina que nos lleve a cualquier sitio en un instante con solo pulsar un botón. Los escritores de ciencia ficción pusieron este concepto encima de la mesa y recientemente los científicos han conseguido hacerlo realidad, aunque solo en el mundo cuántico, el que estudia a las partículas atómicas y subatómicas. Ahora, la velocidad de la próxima generación de ordenadores cuánticos ha abierto la puerta a lograrlo también en organismos más complejos.

Uno de los recursos fundamentales de los ordenadores cuánticos es el entrelazamiento. Esta asombrosa propiedad de la mecánica cuántica permite que dos o más partículas se vinculen de tal manera que la alteración del estado de una de ellas se reproduce instantáneamente en el de la otra, independientemente de la distancia que las separe.

Foto: Ilustración de inteligencia artificial de UAPs sobre una zona rural. (Inteligencia artificial/Novaceno)

El entrelazamiento es lo que permite el llamado teletransporte cuántico de partículas y en el caso de los ordenadores cuánticos, es lo que les permite una capacidad computacional sin precedentes que está mucho más allá del alcance de los ordenadores clásicos. Según un estudio de Google publicado en 2019 un circuito cuántico podría resolver un problema de cálculo que le llevaría 10.000 años al superordenador más potente en solo unos 200 segundos.

De la ciencia ficción a la ciencia a secas

El término teletransporte se atribuye al escritor estadounidense Charles Fort, que lo usó en su libro Lo!, publicado en 1931. Fort lo usa para describir misteriosas apariciones y desapariciones, sobre todo de personas y objetos que parecían desplazarse instantáneamente de un lugar a otro.

Desde entonces, el concepto de teletransporte se ha convertido en un tema recurrente en la ciencia ficción. Uno de los ejemplos más conocidos es el teletransportador de Star Trek, con el que la tripulación podía moverse entre la nave y los distintos planetas inmediatamente.

La popularidad de este concepto ha rebasado la barrera de la ciencia ficción y ha despertado también debates científicos sobre la posibilidad de hacerlo realidad. Esos debates se han intensificado con las recientes demostraciones de la existencia del teletransporte cuántico, que permite la transferencia de información a través de largas distancias sin necesidad de cables u otros soportes físicos.

Del teletransporte cuántico al transporte humano

Propuesto por primera vez en 1993, el teletransporte cuántico consiste en transferir el estado de una partícula, aunque no la partícula en sí, mediante el entrelazamiento. Este concepto se demostró inicialmente en los laboratorios de IBM y se confirmó en 1998, cuando los científicos del Instituto Tecnológico de California (EEUU) y de la Universidad de Gales (Reino Unido) consiguieron teletransportar un fotón (la partícula elemental de la luz) a través de un cable coaxial.

Desde entonces se ha avanzado mucho en la teletransportación cuántica. En 2012, investigadores de la Universidad de Viena (Austria) y de la Academia Austriaca de las Ciencias teletransportaron fotones por el aire entre dos masas de tierra de las Islas Canarias. Y, en 2017, físicos chinos lograron teletransportar un fotón a un satélite que orbitaba la tierra a 300 kilómetros de altura.

Sin embargo, el descubrimiento clave llegó en 2020 cuando un grupo de científicos estadounidenses logró teletransportar electrones en lugar de fotones. Los electrones son más estables y pueden mantener sus estados cuánticos durante períodos más largos, lo que podría conducir a avances en el teletransporte de partículas más complejas e incluso de información cuántica a mayores distancias con mayor fiabilidad.

Lo importante de este hallazgo es que la vida se define por la información, no por la materia, como afirma en declaraciones para Popular Science, el cosmólogo y físico teórico de la Universidad Estatal de Arizona, Paul Davies. Los átomos de nuestro interior son los mismos que los de una roca o una pelota de goma, asegura. La única diferencia es el número y la disposición de las partículas, que determinan su interacción química.

¿Es posible la teleportación con humanos?

Que exista el teletransporte en electrones permite pensar que algún día seremos capaces de replicarlo con átomos enteros, moléculas, o, tal vez, células vivas y organismos más complejos. Aunque esto hoy en día no es posible debido al gran número de estados cuánticos implicados en un organismo tan complejo como el humano.

Para conseguir teletransportarnos a nosotros habría que inventar una tecnología capaz de escanear el cuerpo humano y volverlo a ensamblar en otro lado. Pero esto requeriría una potencia de cálculo extraordinaria, que ni siquiera los superordenadores más potentes pueden alcanzar. Aunque la próxima generación de ordenadores cuánticos podría tener la capacidad de resolver esto.

Aun consiguiendo estas capacidades computacionales, el teletransporte de seres humanos plantea problemas éticos. El teletransporte cuántico transmite información sobre partículas, no sobre las propias partículas, lo que lleva a los científicos a preguntarse si la persona teletransportada sería la misma. De esta incertidumbre se hacen eco físicos como John Clauser —uno de los ganadores del Premio Nobel de Física de 2022 por sus trabajos sobre el entrelazamiento cuántico— que advierte de la posible muerte de la persona original durante el proceso de teletransporte.

"Imagina que te dicen que si entras en esta caja, cada átomo de tu cuerpo será desmontado, dejando tu cuerpo totalmente destruido y matándote", explica Clauser para el medio estadounidense. "Además, también te dicen que después, un replicante tuyo empieza a andar por ahí haciéndose cargo de tu vida tal y como la conocías, ¿te meterías en esa caja? Yo desde luego que no".

Los humanos llevamos décadas fascinados con la idea de tener una máquina que nos lleve a cualquier sitio en un instante con solo pulsar un botón. Los escritores de ciencia ficción pusieron este concepto encima de la mesa y recientemente los científicos han conseguido hacerlo realidad, aunque solo en el mundo cuántico, el que estudia a las partículas atómicas y subatómicas. Ahora, la velocidad de la próxima generación de ordenadores cuánticos ha abierto la puerta a lograrlo también en organismos más complejos.

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