La misteriosa arma ultrasecreta de la CIA con la que Trump quiso derribar el régimen de Maduro
Según un nuevo reportaje de investigación, la agencia de inteligencia central de los EEUU dispone de una sola unidad de esta arma desconocida que puede ser única en el mundo
Un reportaje de investigación ha revelado un proyecto ultrasecreto de la Agencia Central de Inteligencia: un sistema capaz de inutilizar barcos, incluidos grandes petroleros y cargueros, sin causarles daño ni hundirlos. En 2019, El gobierno de Donald Trump consideró utilizar este sistema contra buques que transportaban petróleo de Venezuela a Cuba para desestabilizar los dos regímenes dictatoriales pero la CIA rechazó el plan alegando que solo disponían de una única unidad de este arma y, en ese momento, estaba situado en otro hemisferio y no querían trasladarlo a Sudamérica.
En vez de usar este arma desconocida, el reportaje de la revista Wired —titulado "La historia no contada del intento fallido de Trump de derrocar al presidente de Venezuela", publicado el pasado 31 de octubre— detalla otros medios con los que la agencia de inteligencia intentó desestabilizar los gobiernos cubanos y venezolanos. Wired no informa sobre la naturaleza exacta de la tecnologia de la CIA pero, según la publicación sobre tecnología militar y defensa The War Zone, existen indicios sólidos de que podría tratarse de una tecnología de microondas de alta potencia (HPM en sus siglas en inglés). Este tipo de tecnología está diseñada para inutilizar sistemas electrónicos mediante pulsos de energía electromagnética dirigidos. Los sistemas HPM son capaces de afectar equipos electrónicos esenciales en los barcos, como radares, sistemas de navegación, comunicaciones y controles de los motores, todo ello sin dañar físicamente a la tripulación ni a la estructura del buque.
Pistas sobre su naturaleza
El efecto descrito en la investigación coincide con el descrito en un comunicado de prensa de 2023 del programa High-power Joint Electromagnetic Non-Kinetic Strike (HiJENKS), desarrollado conjuntamente por el Ejército del Aire y la Marina de los Estados Unidos. Éste explicaba que los sistemas HPM crean haces invisibles de energía electromagnética capaces de generar efectos temporales o permanentes en objetivos electrónicos: "Estos efectos incluyen la desactivación de sistemas informáticos, el daño a componentes electrónicos y la interrupción de sistemas de control industrial". La energía electromagnética puede penetrar en los objetivos a través de antenas, cables de alimentación, y otras conexiones internas, provocando fallos o bloqueos en los circuitos de los equipos. Obviamente, la tecnología puede ser crucial tanto en operaciones militares como en operaciones de inteligencia.
El programa HiJENKS —unas siglas que, al leerlas en inglés, equivale a 'travesuras'— es el heredero del proyecto Counter-Electronics High-Power Advanced Microwave Project (CHAMP), desarrollado por Boeing, cuyo propósito era incapacitar dispositivos electrónicos específicos mediante pulsos de microondas. El HiJENKS probó con éxito este efecto en el centro de pruebas de China Lake, California, en 2022.
‘La agencia’ siempre va por delante
De confirmarse que esa es su naturaleza, la existencia de este sistema para operaciones secretas de la CIA seguiría la misma pauta de otras tecnologías que se desarrollaron para la agencia antes de entrar en programas militares, como del avión espía supersónico A-12 Oxcart que precedió al SR-71 Blackbird. En el caso del sistema de la CIA, la unidad estaría diseñada para ser utlizada de forma encubierta, argumenta The War Zone. Este sistema podría así desplegarse en diversas situaciones sin revelar la participación de Estados Unidos en el evento. La versatilidad de un sistema como este es especialmente útil en operaciones de abordaje e inspección de buques: La CIA cortaría la energía del barco y desactivaría los sistemas electrónicos del objetivo, facilitando la intervención de equipos especiales para tomar el control de la nave sin necesidad de un ataque físico.
Este sistema podría ser empleado para inmovilizar buques sospechosos de transportar materiales peligrosos o de violar sanciones, sin la necesidad de un enfrentamiento armado. Las aplicaciones potenciales de un arma como esta son amplias: desde operaciones secretas en alta mar hasta la protección de recursos estratégicos. Una de las mayores ventajas de esta supuesta arma secreta también sería evitar la catástrofe ambiental que podría derivar de un ataque convencional a un petrolero o un buque químico.
No se sabe si la CIA ha desarrollado más unidades de este sistema o si ha ampliado sus capacidades desde entonces, pero la negativa a moverlo indica que su disponibilidad era, en ese momento, muy restringida.
Un reportaje de investigación ha revelado un proyecto ultrasecreto de la Agencia Central de Inteligencia: un sistema capaz de inutilizar barcos, incluidos grandes petroleros y cargueros, sin causarles daño ni hundirlos. En 2019, El gobierno de Donald Trump consideró utilizar este sistema contra buques que transportaban petróleo de Venezuela a Cuba para desestabilizar los dos regímenes dictatoriales pero la CIA rechazó el plan alegando que solo disponían de una única unidad de este arma y, en ese momento, estaba situado en otro hemisferio y no querían trasladarlo a Sudamérica.