El primer pintor artificial que subastará sus obras en la galería Sotheby's de Nueva York
Botto es un pintor artificial que genera su arte de manera independiente y evoluciona gracias a los votos de una comunidad de 'socios' que se lleva el 50% de sus ingresos
Han pasado tres años desde que Botto se activó en internet. Este artista autónomo de inteligencia artificial crea miles de obras de arte digitales originales cada semana, basadas en sus propias ideas, sin necesidad de los humanos. Esas imágenes son votadas semanalmente por unos 15.000 miembros de una comunidad descentralizada llamada BottoDAO y la ganadora se acuña como un NFT, que subastado y sus ingresos divididos al 50% entre la máquina y sus socios. Esta curiosa mezcla de creatividad artificial e inteligencia colectiva única ha llegado Sotheby’s en la forma de una subasta que terminará mañana jueves y que presenta seis obras en la exposición titulada Exorbitant Stage: Botto, a Decentralized AI Artist.
Es un momento decisivo para el mayor vendedor de arte, joyas y todo lo que es caro en este mundo. Fundada en el siglo XVIII en Gran Bretaña, Sotheby’s ha presentado arte generado con IA en el pasado, recaudando millones con obras de artistas como Refik Anadol, Harold Cohen, Pindar Van Arman o Mario Klingemann. Pero esos artistas son humanos que utilizaron software de IA para crear arte. Botto es, básicamente, un ‘pintor sintético’ que crea sus propias instrucciones, las ejecuta y luego escucha las opiniones de sus mecenas humanos para tener en cuenta en futuros trabajos.
La creación de Botto
Esta IA no salió de una sopa digital primigenia por sí sola. De hecho, fue creada por Klingemann en colaboración con el colectivo de software ElevenYellow. El artista alemán—quien inauguró la etapa de IA en Sotheby’s con la venta de su obra Memories of Passersby en 2019 por 40.000 libras esterlinas—ahora ve cómo su "hijo binario" ha crecido y se ha convertido en una fuerza plenamente reconocida en el mundo del arte con su propia subasta. "Es emocionante ver a Botto llegar a este punto en el que es reconocido por Sotheby’s, un lugar que ha apoyado a artistas innovadores durante mucho tiempo. Este es exactamente el tipo de plataforma donde el enfoque descentralizado y comunitario de Botto puede brillar", me cuenta Klingemann en una entrevista por Zoom junto a Simon Hudson, codirector del proyecto de Botto.
Hudson considera que la subasta de Sotheby’s es un bautismo de fuego para Botto. "No se trata solo de otro artista humano [que use una herramienta] digital", dice. "Botto representa una nueva forma de crear arte a través de la inteligencia colectiva. Que Sotheby’s lo reconozca es un gran momento para la IA y el futuro de la creatividad".
La exposición y subasta presentan la obra de Botto en un espacio tradicionalmente reservado para creadores humanos, pero este evento va mucho más allá de la típica muestra de arte digital, según Michael Bouhanna, jefe de Arte Digital de Sotheby’s. El camino de Botto hacia el corazón del mercado del arte no tiene precedentes. "Esta fusión de IA con gobernanza descentralizada hace que Botto sea uno de los artistas más innovadores y emocionantes que trabajan en el ámbito del arte digital", señala Bouhanna.
Cómo Botto respira, pinta y gana dinero
Klingemann escribió el primer concepto de lo que eventualmente se convertiría en Botto alrededor de 2018. Intentó convencer a uno de sus mecenas para construirlo, pero no hubo interés hasta mucho después, cuando el ‘blockchain’ y los NFT se popularizaron. Klingemann desarrolló Botto con ElevenYellow, un grupo de desarrollo de software que ayudó a sentar las bases tecnológicas de la naturaleza descentralizada y autónoma del proyecto. "En octubre de 2021 finalmente se lanzó: se conectaron los contratos inteligentes, comenzó el servicio de IA y la página web estaba operativa", afirma.
Desde entonces, Botto ha generado más de 4 millones de dólares en ventas de aproximadamente 140 obras de arte. Las piezas de Botto son votadas y elegidas para acuñar semanalmente para su venta por BottoDAO, un colectivo de más de 15.000 miembros que poseen acciones de Botto. El proceso de votación y venta no es solo un ejercicio de creación artística—es un diálogo en evolución entre la IA y la comunidad que la apoya y se beneficia económicamente de ella en una relación simbiótica.
A diferencia de los artistas que usan IA para crear arte, Botto opera de manera autónoma. Genera miles de imágenes por semana basándose en sus propios conceptos originales, completamente por su cuenta. Funciona con un sistema autónomo que incluye un generador de prompts, modelos de texto-a-imagen de código abierto y un modelo de "gusto" impulsado por la comunidad. "Botto es capaz de generar sus propias instrucciones y miles de imágenes de forma autónoma, sin intervención humana", apunta Klingemann. Esta autonomía le permite proponer nuevos motivos temáticos y evolucionar a medida que avanza la tecnología.
La máquina, al igual que los artistas humanos, también tiene lo que Klingemann llama "periodos temáticos". Cada uno dura doce semanas y están diseñados para garantizar que el recorrido artístico de Botto sea tan estructurado como receptivo a los nuevos desarrollos tecnológicos, afirma. "Se pueden añadir nuevos modelos al comienzo de cada nuevo periodo". Los temas recientes han ido desde exploraciones abstractas del color hasta motivos figurativos más estructurados, cada uno reformulado a través del voto y la retroalimentación de la comunidad. Este proceso permite a Botto redefinir continuamente su estética, guiado por las preferencias cambiantes de sus seguidores.
Cada cambio temático abre nuevas posibilidades estéticas y desafíos, permitiendo al artista recorrer paisajes creativos muy distintos a lo largo del tiempo, me cuenta el artista alemán. "Quería algo que ya no me necesitara, que pudiera evolucionar por sí mismo", dice Klingemann. Su objetivo no era sólo crear una máquina que pudiera generar imágenes interesantes, sino una que evolucionara activamente a través de la interacción con una comunidad. Este tipo de interacción entre la autonomía de la máquina y la colaboración humana sea el corazón que hace que Botto sea único en su clase.
La experiencia de usuario de Botto
BottoDAO es la comunidad que elige el arte de Botto que sale a la venta a través de un proceso democrático. Cada semana, Botto produce miles de "fragmentos"—así llaman a cada una de las imágenes producidas por la IA—que son revisados y votados por los miembros. El fragmento más votado se acuñan semanalmente y se vende como NFT. Sus más de 15.000 usuarios—que también son accionistas—participan en la votación. "La gente vota por los fragmentos que le gustan y también puede votar en contra de las piezas que no les gustan", explica Klingemann. Si no participas en la votación, sin embargo, no cobras tu parte del beneficio de la venta.
Hudson añade que “estos miembros también pueden proponer cambios en el sistema y votarlos”, de manera que influyen tanto en el arte que sale a subasta pública cada semana como en la forma en que funciona la mente y la experiencia de Botto. Este nivel profundo de implicación comunitaria distingue a Botto de otros proyectos de arte generados por IA, haciéndola tanto una colaboración social como una expresión creativa.
La tecnología blockchain es la base para la gobernanza, sostenibilidad financiera e independencia de Botto. Al acuñar sus obras como NFT, Botto ha creado un modelo económico que paga su propia vida y recompensa a la comunidad. Para ganar dinero, los accionistas de Botto deben votar. Los ingresos de cada subasta se reparten: el 50% va a los votantes, distribuido según su nivel de participación—cuántas ‘acciones’ compraron—y el 50% restante va al tesoro de Botto para financiar futuros costes operativos, como el mantenimiento de servidores y el desarrollo de modelos. El valor de las acciones de Botto—denominadas "tokens Botto" o BOTTO—fluctúa, ya que se comercian en intercambios de criptomonedas. No tienen un precio fijo, ya que el valor depende de la oferta, la demanda y las condiciones del mercado. En el momento de escribir este artículo, el precio actual de un token Botto es de 0,743451 dólares, con un volumen de negcio de 861.669 dólares en las últimas 24 horas. El token ha experimentado un aumento del 33,78% en el último día, quizás debido a la expectación que ha despertado la subasta de Sotheby’s.
Un nuevo mercado del arte
Desde su creación, Botto ha logrado vender todas las obras que ha acuñado como NFT, con unos ingresos totales que superan los 4 millones de dólares. “Botto ha logrado vender 52 obras cada año”, señala Klingemann. Mantener una tasa de ventas del 100% para todas las piezas acuñadas es indicativa de la fuerte demanda del mercado por la producción de Botto y explica el interés de Sotheby’s en esta IA.
"Botto encaja en el mercado de arte moderno impulsado por blockchain", me dice Bouhanna, aludiendo a la creciente convergencia entre tecnología y arte. Según él, la demanda de arte NFT, particularmente piezas que empujan los límites tanto en contenido como en proceso, ha sido constante desde la primera incursión de Sotheby’s en este ámbito en 2019.
El ascenso de Botto ha coincidido con un apetito creciente por el arte digital que no sólo replica estilos tradicionales, sino que aprovecha las capacidades de la IA y la gobernanza comunitaria de nuevas maneras. La exposición Exorbitant Stage es una importante prueba para ver hasta qué punto el concepto de un artista IA descentralizado puede llegar a ser mainstream. "Sotheby’s está empezando a actuar más como una galería de artistas digitales", señala Hudson. "En lugar de limitarse a vender objetos, están presentando a los artistas en sí mismos y su contexto".
Aunque las obras de Botto son principalmente digitales, algunas se han reproducido como impresiones para los coleccionistas, me cuenta. Para Klingemann, “las obras son nativamente digitales, por lo que las pantallas son su hábitat natural”. Sin embargo, tampoco descarta la posibilidad de diversificarse hacia obras físicas. “Podría imaginarme a Botto encargando obras físicas, como esculturas, en el futuro”. Eso requerirá cambios de modelo, nueva programación y, por supuesto, la votación del BottoDAO.
Si quieres pujar por una de las obras de Botto, la subasta estará abierta hasta el 24 de octubre. Puedes ver la exposición en vivo en Sotheby’s Nueva York hasta entonces. En el momento de escribir este artículo, la puja total de las seis piezas asciende a 190.000 dólares.
Han pasado tres años desde que Botto se activó en internet. Este artista autónomo de inteligencia artificial crea miles de obras de arte digitales originales cada semana, basadas en sus propias ideas, sin necesidad de los humanos. Esas imágenes son votadas semanalmente por unos 15.000 miembros de una comunidad descentralizada llamada BottoDAO y la ganadora se acuña como un NFT, que subastado y sus ingresos divididos al 50% entre la máquina y sus socios. Esta curiosa mezcla de creatividad artificial e inteligencia colectiva única ha llegado Sotheby’s en la forma de una subasta que terminará mañana jueves y que presenta seis obras en la exposición titulada Exorbitant Stage: Botto, a Decentralized AI Artist.