MiG-41: un nuevo caza de combate supersónico ruso equipado con cañones láser
En la fantasía rusa todo vale: ahora, los deseos de Putin y sus fuerzas aéreas apuntan a un reemplazo supersónico de su viejo MiG-31 Foxhound, su caza interceptor de la era soviética
La fantasía militar de Putin continúa. Rusia ha revelado su intención de desarrollar el MiG-41, un nuevo caza supersónico que sustituirá al MiG-31 Foxhound, un interceptor introducido en la era soviética y capaz de alcanzar velocidades de hasta Mach 2.83. Según fuentes rusas, el nuevo avión alcanzará velocidades superiores a Mach 4 y volará a altitudes próximas al espacio. La promesa de sus capacidades ofensivas incluyen tecnologías futuristas como cañones láser antimisiles y armas electromagnéticas dirigidas.
Su descripción —recogida por el blog militar The National Interest— parece más la de una nave de combate de la Guerra de las Galaxias que la de un avión de próxima generación. De hecho, es muy difícil creer que Rusia pueda diseñar, y y mucho menos tener la tecnología necesaria para crear un prototipo de una máquina de esta clase, pero, por ahora, tomemos sus intenciones como sinceras e ignoremos los retos insalvables a los que se enfrentan hasta el final de este artículo.
En teoría, el MiG-41 sustituiría al MiG-31, conocido por la OTAN como 'Foxhound', como principal y más avanzado interceptor ruso, como en su día fue ese legendario avión. Desarrollado para la Fuerza Aérea Soviética por la oficina de diseño Mikoyan como reemplazo del MiG-25 'Foxbat', el MiG-31 era en la época un enemigo temible. El MiG-31, introducido en 1981, es conocido por ser uno de los interceptores más veloces, alcanzando hasta 3.000 km/h (Mach 2.83) y operando a altitudes máximas de 25.000 metros, impulsado por dos motores turbofan Soloviev D-30F6. Cuenta con una tripulación de un piloto y un oficial de sistemas de armas y, aunque fue un avión formidable en su época, está basado en tecnología de la Guerra Fría y se le considera anticuado, especialmente comparado con interceptores como el nuevo F-15EX. Su cada vez más aguda obsolescencia ha llevado a Rusia a planear su reemplazo con el MiG-41.
Casi tan difícil de construir como un X-Wing
La Mikoyan Gurevich Corporation, responsable del proyecto, sostiene que el MiG-41 introducirá avances significativos en la ingeniería aeronáutica, con capacidades que, según ellos, superarán todo lo conocido en la aviación militar. De acuerdo con los diseñadores, el MiG-41 será capaz de volar no sólo a las alturas máximas de la atmósfera, sino también llegar al espacio bajo si es necesario.
El caza, según afirman, estará equipado con tecnología avanzada como cañones láser para neutralizar misiles enemigos y armas de pulso electromagnético (EMP) diseñadas para inutilizar completamente los sistemas electrónicos de los cazas rivales.
Los cañones láser que se usarían para interceptar misiles se clasifican dentro de las Armas de Energía Dirigida (DEW). Estas armas operan mediante la concentración de energía en forma de láser para atacar y neutralizar amenazas, como los misiles entrantes. En teoría, estos láseres pueden apuntar a los misiles y calentarlos hasta que su estructura falle, haciendo que exploten o pierdan el control. Sin embargo, integrar esta tecnología en un caza presenta enormes desafíos técnicos, como la generación de suficiente energía y la interferencia atmosférica. Aunque existen sistemas láser compactos en desarrollo por empresas como Lockheed Martin y Raytheon, actualmente son todavía muy limitados. Llevar esta tecnología al campo de los cazas supersónicos todavía está lejos de ser una realidad.
Las armas EMP, por otro lado, están diseñadas para generar un pulso de radiación electromagnética capaz de inutilizar los sistemas electrónicos del enemigo. Los EMP pueden, en teoría, convertir un caza enemigo en una máquina inservible al sobrecargar sus sistemas electrónicos. Sin embargo, hay dos tipos principales de generación de EMP: los EMP nucleares (NEMP), que requieren una detonación nuclear, y los EMP no nucleares (NNEMP), que son más compactos. Las armas EMP para cazas presentan desafíos significativos, como la necesidad de una gran fuente de energía y el riesgo de afectar a los propios sistemas del avión que las porta. Actualmente, no hay ningún caza en servicio que tenga un arma EMP integrada, y la mayoría de los desarrollos están enfocados en sistemas terrestres o navales.
Según Mikoyan, el caza estaría equipado con motores de detonación por pulsos, una tecnología todavía en pruebas en países como Estados Unidos y Japón, que se sitúan a la cabeza en este tipo de motores. Sin embargo, hasta el momento, ninguna fuerza aérea ha logrado desarrollarla de manera práctica. Rusia afirma que su prototipo estará listo para pruebas el próximo año porque tienen las narices más grandes que las cúpulas del Kremlin.
Retos imposibles de resolver... por ahora
Obviamente, esto parece más una carta a los Reyes Magos que una lista de especificaciones realistas. Incluso con la tecnología militar más avanzada del mundo, Estados Unidos tendría grandes dificultades para llevar a cabo un proyecto de esta magnitud. La idea de que Rusia diseñe y construya algo así parece aún más de ciencia ficción que la propia película de Star Wars. Antes me creería la película que la idea de que algún día veamos esta máquina en acción.
Además, la Mikoyan Gurevich Corporation tiene una larga historia de promesas incumplidas, desde los fallidos intentos de producir un rival para el F-22 estadounidense con el MiG-1.44 tras la caída de la Unión Soviética, hasta sus actuales dificultades para satisfacer la demanda del MiG-35. Y eso sin contar que el MiG-35 es un modelo antiguo, infinitamente más fácil de fabricar que este MiG-41 de fantasía.
Los rusos afirman que el MiG-41 puede entrar en producción a finales de esta década pero pueden decir misa ortodoxa porque, dada la naturaleza entre experimental e inexistente de las tecnologías propuestas, el calendario no es realista en absoluto. Incluso aunque fueran capaces de obrar milagros e inventar lo que no está inventado en diez años, la posibilidad de su construcción en el contexto actual de la guerra en Ucrania, es totalmente imposible. El complejo industrial de defensa ruso sigue anclado por las sanciones y dependiendo de países paria cuasitercermundistas, como Irán y Corea del Norte, para poder mantener su ofensiva contra Kiev. Así, resulta impensable que una compañía incapaz de construir MiG-35s al ritmo que demanda las fuerzas aéreas rusas pueda siquiera soñar en construir algo como el MiG-41.
La fantasía militar de Putin continúa. Rusia ha revelado su intención de desarrollar el MiG-41, un nuevo caza supersónico que sustituirá al MiG-31 Foxhound, un interceptor introducido en la era soviética y capaz de alcanzar velocidades de hasta Mach 2.83. Según fuentes rusas, el nuevo avión alcanzará velocidades superiores a Mach 4 y volará a altitudes próximas al espacio. La promesa de sus capacidades ofensivas incluyen tecnologías futuristas como cañones láser antimisiles y armas electromagnéticas dirigidas.