Los tanques inteligentes que tomarán los campos de batalla del futuro ya son realidad
La compañía BAE Systems acaba de mostrar su nuevo vehículo terrestre autónomo que cuenta con una gran potencia de fuego y servirá para acompañar y proteger a otros vehículos tripulados
La guerra de los robots sigue sumando soldados a sus filas. El último en hacerlo llega desde la fábrica de la compañía de defensa BAE Systems, que acaba de presentar un nuevo UGV (vehículo de tierra no tripulados) en la exposición Land Forces 2024 de Melbourne. Su nombre es ATLAS CCV —Variante de Combate Colaborativo (CCV) del Sistema Autónomo de Blindaje Ligero Táctico (ATLAS)— y BAE lo describe como un vehículo de guerra de bajo coste que tendrá muchas funciones autónomas y que reducirá la presencia de soldados humanos en el campo de batalla.
El ATLAS CCV podrá llevar a cabo distintas misiones de asalto en apoyo de otras plataformas tripuladas, como tanques y vehículos de combate de infantería. El sistema funciona sin necesidad de intervención humana gracias a sus instrumentos de navegación capaces de evitar obstáculos, planificar rutas y tomar "decisiones tácticas". Aunque estas decisiones no incluyen disparar sus armas sin la intervención de un humano, lo que se conoce como sistema de disparo human-in-the-loop.
"Hemos desarrollado el vehículo ATLAS para dar a los soldados ventaja en el campo de batalla moderno", explica Andrew Gresham, Director General de Defensa de BAE Systems Australia. "Esto ha dado como resultado una plataforma autónoma que realizará las tareas aburridas, sucias y peligrosas que se esperan en un entorno de combate".
Cómo funciona
Desarrollado íntegramente en Australia, el ATLAS, aseguran sus creadores, ronda las 11 toneladas y cuenta con un sistema de ruedas de 8×8 que le proporciona un buen equilibrio entre velocidad y maniobrabilidad tanto en carretera como fuera de ella.
Su diseño es modular, con lo que puede adaptarse a diferentes misiones e ir actualizándose a lo largo de su vida útil. Además, es compacto. Sus dimensiones, dice BAE, están pensadas para que quepa en un contenedor estándar de seis metros para hacer posible su transporte por avión o mediante lanchas de desembarco.
El nuevo UGV cuenta con un Sistema de Torreta Automatizada Vantage (ATS) "ligero, asequible y altamente automatizado" que incluye un cañón M242 Bushmaster de 25 mm. El cañón tiene un alcance efectivo de hasta dos kilómetros y medio que lo hacen ideal para el enfrentamiento con vehículos de combate de infantería. Aunque, según apuntan los analistas de The War Zone, estos cañones han demostrado en la guerra de Ucrania que también son eficaces contra los tanques.
El cañón de 25 mm cuenta con un sistema dual de alimentación de munición (con capacidad para usar 260 cartuchos) que le permite cargar y alternar dos tipos distintos de munición, como la perforante y la de alto explosivo. El ATLAS, dicen sus creadores, está preparado para realizar otras funciones ofensivas como el ataque a drones y el apoyo de fuego indirecto mediante un sistema automatizado de mortero de 120 mm.
La guerra de los robots
BAE cree que la incorporación de plataformas no tripuladas como el ATLAS CCV en los combates reducirá los costes generales de la guerra por su precio y por que el funcionamiento de los UGV requiere menos personal. Además, está el tema de la seguridad de las tropas.
Los UGVs ya han llevado a cabo distintas misiones de combate real, mientras sus operadores estaban a salvo en refugios subterráneos a varios kilómetros de distancia. Este mismo marzo, United24, una organización creada por el gobierno ucraniano para recaudar fondos para la guerra, anunció que había arrancado la producción en masa de estos robots de combate. De hecho, hay varios vídeos que los muestran en acción, atacando puentes y posiciones controladas por Rusia.
“A diferencia del enemigo, la clave de Ucrania es su gente. La tecnología, en particular los vehículos terrestres no tripulados, permite reducir al mínimo la participación humana en el campo de batalla, preservando la vida y la salud de los soldados ucranianos", explicó en su momento Nataliia Kushnerska, jefa de operaciones de Brave 1 (la plataforma de innovaciones de defensa del gobierno ucraniano) en declaraciones para The Telegraph.
El uso de inhibidores de frecuencia que interrumpen la señal remota entre los robots y sus controladores humanos está obligando también al desarrollo de sistemas autónomos con inteligencia artificial. Estos aparatos son totalmente independientes de los humanos y tienen la capacidad para localizar y atacar a los enemigos por su cuenta.
"Nuestro ejército ya utiliza robots en primera línea de combate. Tenemos ejemplos de éxito de su uso para demoler puentes utilizados por el enemigo, llevar suministros al frente, evacuar soldados heridos e infligir daños al adversario", explica Kushnerska. "Confiamos en que los vehículos terrestres no tripulados se conviertan en la próxima revolución en la guerra, al igual que ya lo han sido los drones. Es nuestra respuesta asimétrica a la ventaja numérica del enemigo".
La guerra de los robots sigue sumando soldados a sus filas. El último en hacerlo llega desde la fábrica de la compañía de defensa BAE Systems, que acaba de presentar un nuevo UGV (vehículo de tierra no tripulados) en la exposición Land Forces 2024 de Melbourne. Su nombre es ATLAS CCV —Variante de Combate Colaborativo (CCV) del Sistema Autónomo de Blindaje Ligero Táctico (ATLAS)— y BAE lo describe como un vehículo de guerra de bajo coste que tendrá muchas funciones autónomas y que reducirá la presencia de soldados humanos en el campo de batalla.