Ya hay fecha oficial para desguazar la mayor leyenda militar de los Estados Unidos
El portaaviones más antiguo de los EEUU ya tiene fecha definitiva de caducidad: será en el 2026 después de 50 años de servicio como buque insignia de la clase que lleva su nombre
El USS Nimitz —el primer portaaviones de su clase y el más antiguo en activo de la Marina de los EEUU— ya tiene fecha de caducidad oficial: 2026. Dejará de navegar un año después de su entrada en servicio en 1975 como uno de los buques de guerra más emblemáticos de la historia naval. Su desmantelamiento marcará el fin de una era.
Cuando el Nimitz zarpó por primera vez, el mundo era muy diferente. Gerald Ford —el presidente de los Estados Unidos que da nombre a la nueva clase de superportaaviones que reemplazará a los actuales—estaba en la Casa Blanca, la Guerra de Vietnam acababa de concluir y la Guerra Fría estaba en un momento clave. En las décadas siguientes, el Nimitz participó en innumerables operaciones, proyectando el poder aéreo estadounidense en todo el globo. Diseñado para una vida útil de 50 años, el Nimitz ha superado las expectativas tecnológicas de su tiempo, sirviendo de plataforma para aeronaves icónicas como el F-14 Tomcat o el F/A-18 Hornet, que también está ya en la picota. Su clase y el mismo USS Nimitz ha sido fundamental en operaciones clave desde la Guerra Fría hasta conflictos más recientes en Oriente Medio.
Crónica de una muerte anunciada
El primer paso para el desguace el Nimitz comenzó el 6 de abril, con el anuncio de su retirada y la solicitud oficial de planes para llevarla a cabo.
La planificación en sí será un proceso muy complicado y costoso, algo que refleja la dificultad de desmontar un navío así. La nave, que desplaza más de 100.000 toneladas, es extremadamente compleja, una verdadera ciudad flotante equipada con dos reactores nucleares tipo A4W, miles de toneladas de acero, millones de metros de cables y equipamiento especializado de todo tipo, desde computadoras y puestos de mando, hasta los talleres para el mantenimiento de aviones o las mismas cocinas. Sólo sus cuatro hélices de bronce pesan 120 toneladas. Ninguna nación del mundo se ha enfrentado jamás a una tarea de este calibre.
Según el Pentágono, el proceso final de desmantelamiento del Nimitz estará pendiente de un extenso informe de impacto medioambiental, enfocado no sólo en el reto de la eliminación de todos los materiales radiactivos de los reactores sino además en las decenas de miles de materiales tóxicos, como aceites y líquidos hidráulicos. El reciclaje de los metales será otra tarea de titanes.
La leyenda y el poder del Nimitz
Desde su introducción durante la Segunda Guerra Mundial, los portaaviones han sido considerados una de las herramientas más poderosas a disposición de una nación, quizás sólo superadas por los submarinos de ataque nuclear. Con la capacidad de llevar el poder militar a cualquier sitio sin necesidad de bases terrestres cercanas, son activos esenciales para cualquier armada pero, especialmente, de los Estados Unidos.
Ningún otro país opera una flota de superportaaviones de última generación de esta categoría, aparte de decenas de buques de ataque anfibios equipados con aviones de despegue vertical y helicópteros que hacen que portaaviones como el Juan Carlos I parezcan de juguete.
El USS Nimitz (CVN 68) y sus nueve hermanas son el máximo símbolo del poderío militar estadounidense y un componente clave de su estrategia de defensa nacional e influencia en el globo.
Construido en junio de 1964, el Nimitz se incorporó al servicio activo de la Armada en diciembre de 1975. Desde entonces, ha participado en numerosos conflictos internacionales, como la Tormenta del Desierto y la Libertad Duradera. Su último despliegue finalizó en marzo de este año pero le quedan todavía tres años de vida, hasta 2026. Con más de mil pies de eslora y más de 100.000 toneladas de desplazamiento, el Nimitz lleva una tripulación de seis mil marineros, aviadores e infantes de marina. Está equipado con dos reactores nucleares capaces de generar más de trescientos megavatios cada uno, lo que le permite navegar a velocidades superiores a los treinta nudos durante muchos años sin repostar. Esto le permite posicionarse rápidamente en cualquier parte del mundo en cualquier momento.
Los superportaaviones de la clase Nimitz llevan una extensa dotación de cazas de combate, helicópteros y otros aviones de apoyo, con capacidad de ataque contra objetivos en tierra y defensiva contra otras amenazas aéreas.
El USS Nimitz será el primero en retirarse pero pronto les seguirán otros, a medida que los portaaviones de la clase Ford entren en servicio en los próximos años. El nuevo superportaaviones nuclear norteamericano ya está oficialmente operativo y supuestamente entrará en servicio a principios de otoño de este año.
El primero de los superportaaviones de la clase Ford — que eventualmente sustituirá a las diez naves de la clase Nimitz — ha recibido el sello de aprobación de la marina después de numerosos retrasos y un incremento en su presupuesto de casi 30% que han llevado su coste final a 12.800 millones de dólares más 4.700 millones de investigación y desarrollo.
¿El fin del portaaviones?
La pregunta ahora es si el USS Gerald R. Ford y el resto de portaaviones de la marina norteamericana tienen futuro en un escenario en el que las nuevas armas hipersónicas chinas y rusas podrían eliminarles de un plumazo. Como ha ocurrido otras veces en el pasado, muchos analistas militares se preguntan si han quedado obsoletos tras el desarrollo de los llamados ‘carrier killers’ (asesinos de portaaviones), misiles balísticos e hipersónicos capaces de eludir sus defensas y hundirlos.
Pero según los capitanes de estos barcos, no hay nada más lejos de la verdad. Incluso pocos años después de demostrar su potencia y cambiar para siempre los enfrentamientos navales durante la Segunda Guerra Mundial, ya había gente que aseguraba que estaban obsoletos. Sin embargo, para el Capitán Paul Campagna, del USS Dwight D. Eisenhower, “el portaaviones ha demostrado ser muy duradero”. Durante la conferencia Sea Air Space en National Harbor, Maryland, el pasado 5 de abril, Campagna aseguró para “cualquiera que esté preocupado por la amenaza moderna que hay ahí fuera, solo diré que un portaaviones no está en una isla".
"Se despliega con su ala aérea [que en el caso del Eisenhower son 90 aviones y helicópteros ]. Se despliega con su grupo de ataque [tres cruceros, dos submarinos nucleares, cinco destructores y cuatro fragatas más otros buques de apoyo]. Se despliega con una defensa en capas que va desde el fondo del océano hasta el espacio, y cualquiera por ahí que piense que somos frágiles, pequeñas tazas de té o algo así, está muy equivocado", aseguró Campagna.
Por su parte, China también está invirtiendo en nuevos portaaviones y se espera que el siguiente en salir de sus astilleros tenga una configuración similar al Ford y, por primera vez, incorporará un reactor nuclear que le dará la misma capacidad de despliegue rápido por todo el globo. Sabiendo el incremento de la tensión en torno a Taiwán, quizás no nos quede mucho para saber si la era de los portaaviones ha llegado a su fin, como dicen los críticos, o si seguirán dominando el planeta como el Nimitz lo ha hecho durante casi cinco décadas.
El USS Nimitz —el primer portaaviones de su clase y el más antiguo en activo de la Marina de los EEUU— ya tiene fecha de caducidad oficial: 2026. Dejará de navegar un año después de su entrada en servicio en 1975 como uno de los buques de guerra más emblemáticos de la historia naval. Su desmantelamiento marcará el fin de una era.