El plan chino para dominar la fusión nuclear y lanzarse a la conquista del sistema solar
China está desarrollando un lanzador magnético lunar que aproveche los recursos y baja gravedad de nuestro satélite para resolver la crisis energética terrestre y controlar todo el sistema solar
China quiere utilizar la Luna y no la Tierra como el centro neurálgico de su estrategia para su expansión en la Tierra y la exploración y colonización del sistema solar aprovechando la baja gravedad y los abundantes recursos presentes en nuestro satélite. La luna cuenta con helio-3, que es clave para los reactores de fusión con los que Pekín quiere obtener energía ilimitada en nuestro planeta y para los futuros sistemas de propulsión de alta velocidad que llevarán a las tripulaciones de taikonautas a Marte y más allá en tiempo récord.
El primer paso de este ambicioso plan puede ser la construcción de un lanzador magnético en la Luna, una infraestructura diseñada para enviar recursos lunares de vuelta a la Tierra de manera más eficiente y económica. El sistema funcionaría con un brazo rotatorio de 50 metros impulsado por un motor magnético basado en un sistema de superconductividad. La baja gravedad lunar permitiría alcanzar fácilmente la velocidad de escape necesaria—2,4 kilómetros por segundo—sin usar ningún tipo de propulsión química y colocar las cápsulas en la trayectoria correcta hacia la Tierra.
Coste elevado, gran beneficio
Los investigadores del Instituto de Ingeniería de Satélites de Shanghái afirman que este sistema podría reducir los costes de transporte a una décima parte de los métodos actuales, según explican en un artículo publicado en la revista Aerospace Shanghai. El sistema, alimentado por energía solar y nuclear, podría realizar lanzamientos dos veces al día, recuperando más del 70% de la energía utilizada en cada lanzamiento.
Uno de los principales objetivos de esta iniciativa es la extracción y envío a la Tierra de helio-3, un isótopo ligero y estable que abunda en el suelo lunar. El helio-3, afirman, es vital para solucionar la creciente crisis energética de la Tierra, ya que es uno de los combustibles necesarios para la fusión nuclear controlada en la que trabajan los científicos chinos. Según los cálculos de los investigadores, China sólo necesitaría 20 toneladas de helio-3 para satisfacer las necesidades energéticas anuales del país.
Construir este sistema en la Luna presenta numerosos retos. Según Chu Yingzhi—coautor de la investigación—y sus colegas, los principales desafíos son instalar el sistema en la superficie lunar, asegurar la estabilidad del brazo rotatorio a altas velocidades y garantizar su funcionamiento en un entorno lunar sujeto a variaciones extremas de temperatura, radiación cósmica y polvo lunar.
El sistema debería poder durar al menos dos décadas y, con un peso de 80 toneladas, necesitará de los cohetes superpesados como los Long March 9 y 10 que China está desarrollando ahora para transportar los componentes necesarios a la Luna. El precio estimado es de 18.200 millones de dólares pero, según sus cálculos, recuperarán esa cantidad en poco más de un año.
El sistema de SpinLaunch
El proyecto chino se parece al de SpinLaunch, que ya ha sido construido y probado con éxito en la Tierra a pequeña escala. Comparte una filosofía similar en la reducción de costes y aumento de la eficiencia. SpinLaunch utiliza un sistema de empuje cinético que actúa como una honda, acelerando una nave hasta velocidades hipersónicas de más de 8.000 kilómetros por hora antes de lanzarla hacia el espacio.
Al igual que la propuesta lunar de China, SpinLaunch prescinde de motores químicos tradicionales, utilizando únicamente electricidad para imprimir la energía necesaria para poner el vehículo en órbita.
La compañía norteamericana está trabajando con la NASA para lanzar una nave a órbita y también baraja la idea de utilizar su tecnología en la Luna.
China quiere utilizar la Luna y no la Tierra como el centro neurálgico de su estrategia para su expansión en la Tierra y la exploración y colonización del sistema solar aprovechando la baja gravedad y los abundantes recursos presentes en nuestro satélite. La luna cuenta con helio-3, que es clave para los reactores de fusión con los que Pekín quiere obtener energía ilimitada en nuestro planeta y para los futuros sistemas de propulsión de alta velocidad que llevarán a las tripulaciones de taikonautas a Marte y más allá en tiempo récord.