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Astrofísicos aseguran que la probabilidad de detectar señales de vida extraterrestre es casi nula
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Una nueva perspectiva de la Ecuación de Drake

Astrofísicos aseguran que la probabilidad de detectar señales de vida extraterrestre es casi nula

Los científicos aseguran que la probabilidad de descubrir una raza alienígena avanzada es extremadamente baja debido al ritmo al que surgen y desaparecen estas civilizaciones

Foto: Columnas de gas gris y polvo emergen en medio de la nebulosa del águila. (Telescopio espacial James Webb - NASA - ESA)
Columnas de gas gris y polvo emergen en medio de la nebulosa del águila. (Telescopio espacial James Webb - NASA - ESA)

Hay muchas probabilidades de que exista vida en el universo. Esta misma semana, la sonda InSight de la NASA ha encontrado evidencia clara de un gigantesco depósito de agua líquida oculto en las profundidades de Marte que tiene muchas posibilidades de albergar vida microscópica. Hay otros rincones en el sistema solar, como Europa, una de las lunas de Júpiter, que también muestran signos de tener microorganismos vivos en sus océanos. Pero encontrar señales de vida inteligente fuera de nuestro planeta sería algo totalmente distinto, un descubrimiento revolucionario que transformaría por completo la humanidad. Sin embargo, una nueva investigación asegura que aunque existan formas de vida inteligente en el cosmos, son casi imposibles de detectar. Los investigadores han usado modelos probabilísticos que apuntan a que las posibilidades de descubrir una raza alienígena avanzada en el universo son extremadamente bajas.

Geraint Lewis, Catedrático de astrofísica del Instituto de Astronomía de la Universidad de Sídney, y David Kipping, profesor de astronomía en la Universidad de Columbia de Nueva York (EEUU), han calculado matemáticamente la cantidad de vida extraterrestre que puede haber en el universo y la probabilidad estadística de que seamos capaces de detectarla. Los resultados no niegan que exista, pero demuestran que el ritmo de nacimiento y extinción de las posibles civilizaciones alienígenas limita enormemente la posibilidad de encontrarlas.

Foto: Vista de la base area en Palmdale, donde se escoden prototipos de naves no identificadas de los EEUU.

"En los sistemas ecológicos, ya sea un jardín o una galaxia, las poblaciones evolucionan desde un valor inicial (por ejemplo, cero) hasta un estado de equilibrio estable, en el que el número medio de nacimientos y muertes por unidad de tiempo es igual", escriben los investigadores en un artículo publicado en el repositorio arXiv al que ha tenido acceso The Debrief. "Este punto de equilibrio es función de las tasas de natalidad y mortalidad, así como de la capacidad de carga del propio sistema ecológico. Dado que las tasas de natalidad y mortalidad son a priori ilimitadas, argumentamos que esto presenta un problema de ajuste fino".

Una nueva perspectiva

Los investigadores han desarrollado una nueva perspectiva de la ecuación de Drake, una fórmula que estima el número de civilizaciones inteligentes activas y con capacidad de comunicación en la Vía Láctea. Kipping y Lewis han simplificado sus numerosas variables en dos factores principales: el ritmo al que surgen las civilizaciones (tasa de natalidad) y el ritmo al que desaparecen (tasa de mortalidad).

Foto: Ruinas de una civilización alienígena. (Inteligencia artificial/SDXL/Novaceno)

El equipo cree que las tasas de mortalidad de estas civilizaciones es alta, lo que significa que tienden a desaparecer con relativa rapidez. Esto hace que nuestras posibilidades de detectar una durante su fase comunicativa sean extremadamente bajas. "La mayor parte de la historia de la Tierra carece incluso de vida multicelular, por no hablar de una civilización tecnológica", señalan.

Para que la probabilidad de encontrar vida inteligente en el universo sea tan grande como sostienen algunos científicos, el universo tendría que tener un “ajuste fino” que permita que estas civilizaciones existan en un delicado equilibrio entre nacimiento y mortalidad. Sin embargo, los investigadores creen que ese ajuste fino parece improbable dada la inmensidad y variabilidad del cosmos.

Cuántas civilizaciones hay en la Vía Láctea

Los investigadores han calculado cuál podría ser el número total de civilizaciones que puede haber en nuestra galaxia en un momento dado. Sus resultados muestran que si la tasa de nacimiento de las civilizaciones es baja y la tasa de mortalidad es alta, la galaxia probablemente tendría muy pocas civilizaciones detectables en un momento dado, aunque cabría la posibilidad de que no existiera ninguna.

También han abordado la hipótesis del "Gran Filtro", que sugiere que la razón por la que no hemos tenido contacto con otras civilizaciones es porque todas se extinguieron antes de tener la oportunidad de entrar en contacto con nosotros. Algo que concuerda con sus resultados y que explicaría la aparente ausencia de civilizaciones extraterrestres.

Aunque también podría ser que estos extraterrestres no tengan interés en hablar con nosotros. Algo que se conoce como la hipótesis del zoológico, una teoría que postula que las civilizaciones extraterrestres pueden estar evitando intencionadamente que les detectemos o que no quieran comunicarse con nosotros. Esto se puede deber a diversas razones, como permitir la evolución natural de la raza humana y su desarrollo sociocultural o evitar la contaminación interplanetaria.

Sin embargo, el equipo cita investigaciones anteriores para negar esta posibilidad. "Mantener una cultura monolítica a escalas galácticas dada la velocidad finita de la causalidad hace que tal escenario [la hipótesis del zoológico] sea altamente artificiosa", aseguran.

Hay que seguir buscando

Aun así, le tiran un hueso a la comunidad de científicos que se dedican a la búsqueda de otras civilizaciones en el espacio, sobre todo a los que participan en el proyecto de Búsqueda de VIda Inteligente (SETI en sus siglas en inglés). Esta iniciativa se dedica a escanear el cielo en busca de señales o patrones inusuales en ondas electromagnéticas, principalmente ondas de radio, que los extraterrestres podrían estar emitiendo o que filtran involuntariamente al espacio.

"Aunque nuestra conclusión arroja dudas sobre las posibilidades de éxito de un programa SETI, sostenemos que SETI es un experimento importante y vital que merece recursos dedicados", concluye el estudio. "Aunque las probabilidades de éxito parecen pequeñas, tal éxito representaría posiblemente el descubrimiento científico de mayor impacto en la historia de la humanidad".

Otra manera distinta de probar si existe vida inteligente en nuestra galaxia es la búsqueda de reliquias tecnológicas de otras civilizaciones que pasen cerca de nuestro planeta. Un esfuerzo encabezado por el astrofísico de Harvard, Avi Loeb —cuyas columnas publicamos semanalmente en Novaceno— que también es director del Proyecto Galileo. Loeb está buscando pruebas de artefactos tecnológicos extraterrestres tanto en el espacio como en la Tierra.

El año pasado encabezó una expedición para encontrar los restos del IM1, el meteorito de origen interestelar detectado en la Tierra, que por sus características podría ser una trozo de una antigua sonda espacial alienígena. Loeb y su equipo han encontrado restos del IM1 en forma de pequeñas esférulas de material fundido, y ya han conseguido financiación para volver en 2025 e intentar recuperar una pieza más grande que formaba el núcleo del meteorito.

Hay muchas probabilidades de que exista vida en el universo. Esta misma semana, la sonda InSight de la NASA ha encontrado evidencia clara de un gigantesco depósito de agua líquida oculto en las profundidades de Marte que tiene muchas posibilidades de albergar vida microscópica. Hay otros rincones en el sistema solar, como Europa, una de las lunas de Júpiter, que también muestran signos de tener microorganismos vivos en sus océanos. Pero encontrar señales de vida inteligente fuera de nuestro planeta sería algo totalmente distinto, un descubrimiento revolucionario que transformaría por completo la humanidad. Sin embargo, una nueva investigación asegura que aunque existan formas de vida inteligente en el cosmos, son casi imposibles de detectar. Los investigadores han usado modelos probabilísticos que apuntan a que las posibilidades de descubrir una raza alienígena avanzada en el universo son extremadamente bajas.

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