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EEUU paraliza indefinidamente el Starship por el desastre de la plataforma de lanzamiento

Elon Musk se enfrentará a graves consecuencias por el reguero de destrucción provocado por la chapuza del lanzamiento de la nave espacial más grande de la historia

Foto: La ridícula plataforma del Starship dañada por un mal diseño y planificación de Elon Musk. (Reuters/Steve Nesius)
La ridícula plataforma del Starship dañada por un mal diseño y planificación de Elon Musk. (Reuters/Steve Nesius)

EEUU ha parado indefinidamente los lanzamientos del Starship, la nave más grande y potente jamás construida. La agencia federal aeronáutica estadounidense (FAA) evaluará la destrucción generada y el enorme impacto generado por el lanzamiento en una investigación que podría durar meses. Pero, además, Musk podría enfrentarse a demadas millonarias por daños y perjuicios, además de acusaciones de prevaricación contra la FAA por aprobar un lanzamiento ignorando los datos e informes de otras agencias.

Foto: Nadie estará a salvo. (Andrea Piacquadio/Pexels)

La alarma generalizada ante la negligencia e irresponsabilidad intencional de Elon Musk respecto a este lanzamiento ha seguido creciendo a medida que se han descubierto nuevos detalles sobre las acciones de SpaceX, que solo pueden ser calificadas de incompetencia, ignorancia voluntaria o actitud temeraria que podría haber acabado en un desastre tan grande como el lanzamiento del N-1 soviético, que resultó en la mayor explosión no nuclear de la historia de la humanidad.

Además, la compañía de Musk podría enfrentarse a una demanda millonaria en las próximas semanas, como cuenta el analista ESG Hound, un experto de la industria dedicado a analizar la responsabilidad de corporaciones tecnológicas como SpaceX. “El hecho de que en el primer lanzamiento de SpaceX se produjeran consecuencias ambientales bastante grandes y obvias que no se predijeron ni se describieron es un gran punto de partida para una demanda”, afirma. Me sorprendería si no vemos una demanda grande y bien financiada presentada en las próximas semanas”, que podría llegar de organizaciones no gubernamentales como The Sierra Club, las ciudades afectadas por la lluvia de escombros y polvo, y los ciudadanos cuyas casas han sido afectadas, especialmente en los cimientos por las vibraciones causadas por la falta de instalaciones apropiadas diseñadas para limitar el impacto de este masivo cohete.

Negligencia e irresponsabilidad

En el fondo del asunto está el hecho de que todo esto ha sido un fallo de diseño intencionado (admitido por el propio Musk, como expliqué hace tres días). Además, ha habido un fallo regulatorio por parte de la FAA, que debería haber detectado el problema claramente. La combinación ha resultado en una catástrofe medioambiental, una catástrofe civil que se irá desvelando en las próximas semanas y meses, y potencialmente una catástrofe de reputación: ¿cuántas veces hemos leído ya la opinión de los grandes accionistas de SpaceX y Tesla demandando que Musk se centre en estas compañías?

placeholder Una vista de la destrucción de la plataforma del Starship. (SpaceX)
Una vista de la destrucción de la plataforma del Starship. (SpaceX)

La imagen de la plataforma destruida es solo una parte de la destrucción provocada por el lanzamiento de la nave espacial más poderosa jamás creada. Los más de 7,7 millones de kilopondios —alrededor del doble del empuje de la primera etapa del Saturno V— generados por la primera etapa del Starship destruyeron parcialmente su plataforma de lanzamiento, destruyendo el cemento armado de la base y creando un cráter en la tierra, enviando escombros a más de medio kilómetro de distancia, arrasando coches, rompiendo ventanas y tejados, y moviendo los frágiles cimientos de las casas de la zona, que están construidas sobre pilotes en zonas arenosas y son susceptibles a vibraciones como las generadas por el Starship. Solo la nube de polvo generada, afirman los expertos, afectará negativamente a la población humana y animal de la zona.

El mayor problema es que Elon Musk admite que estaba completamente al tanto de lo que iba a ocurrir por la chapuza de la plataforma y, en lugar de arreglarlo antes de lanzar, decidió seguir adelante sin importarle ni la posible destrucción de su propia infraestructura ni el efecto que tendría en decenas de kilómetros a la redonda.

Después de que se descubriese el desastre, Musk añadió que “los motores podrían haber destrozado el hormigón, en lugar de simplemente erosionarlo”. Es el eufemismo del siglo: bloques de cemento grandes y pequeños volaron a cientos de metros de distancia, destruyendo todo a su paso. Para más inri, Musk dijo que, en la prueba previa al lanzamiento, “los motores solo estaban a la mitad de empuje para la prueba de fuego estático”, algo inaudito en la historia exploración espacial.

El hecho de que la FAA ignorase esta falta de datos y, aun así, diera el visto bueno, sobre todo sabiendo el lamentable nivel de las instalaciones del Starship, también podría ser objeto de demanda e investigaciones en el Congreso norteamericano en las próximas semanas.

Estaban sobre aviso

Precisamente, ESG Hound estuvo entre los que puso el grito en el cielo cuando la FAA dio el visto bueno al lanzamiento, denunciando esa falta de datos para emitir la licencia y la ceguera ante lo obvio: “En mayo del año pasado, demostré que SpaceX utilizó datos de modelado de principios de 2019 para buscar la aprobación para los lanzamientos”, afirma el analista. “En ese momento, en el desarrollo de Starship, el empuje total del megacohete se estimó en 61,8 meganewtons (MN). Hoy en día, el cohete que se encuentra en una plataforma en Boca Chica, Texas, tiene una calificación de 74 MN, un aumento del 20 % en su tamaño”.

El analista detalla cómo otras agencias federales habían denunciado ya que el lanzamiento tendría graves consecuencias. Solo el nivel de ruido y vibración, dice, eran órdenes de magnitud por encima de los permitidos, y afectaría a la vida humana y natural, además de las infraestructuras civiles como ya he explicado arriba. “Los datos [sobre la bomba de ruido] significan que el daño resultante a la comunidad y al medio ambiente predicho es ciertamente subestimado, inadecuado e inexacto”, apuntó días antes del lanzamiento. “Las ciudades cercanas de Port Isabel y la Isla del Padre Sur están a menos de ocho kilómetros del sitio de lanzamiento; en comparación, las ciudades más cercanas al complejo de lanzamientos de Cabo Cañaveral 39-A de la NASA, uno de los únicos otros sitios permitidos para lanzar cohetes de gran tamaño, están a 24 kilómetros de distancia”.

Negligencia temeraria y posible prevaricación

Es precisamente esta comparación con el complejo 39-A de Cabo Cañaveral —que, como Starbase, está en una zona natural extremadamente protegida— lo que hace que la negligencia y/o incompetencia de Musk y la FAA haga daño instantáneo al intelecto. Ignorar datos tan claros e informes de otras agencias gubernamentales es algo tan obvio que es muy probable que las demandas que vendrán en semanas incluyan acusaciones de prevaricación contra las autoridades de la FAA. Solo hay que ver las dos instalaciones para darse cuenta de que alguien en la FAA no ha hecho su trabajo, por las razones que sean.

placeholder Starbase a la izquierda, complejo 39-A de la NASA a la derecha.
Starbase a la izquierda, complejo 39-A de la NASA a la derecha.

A la izquierda está todo Starbase. El punto naranja es la plataforma de lanzamiento, un pequeño círculo de nueve metros de altura. Está situada a solo 140 metros de los tanques de combustible, cargados de miles de toneladas de combustible. La instalación de la derecha es el complejo 39-A, exclusivamente dedicado al lanzamiento. No hay ni edificios, ni dejan que nadie se acerque a kilómetros de distancia. En el último lanzamiento del Atlantis, recuerdo la extrema seguridad a la que nos sometieron a los periodistas desplazados, que no podrían pasar de la tribuna en ningún caso. En Starbase todo, la zona de fabricación, las oficinas, los depósitos de combustible altamente inflamable, está en un área que es una fracción ridícula del complejo 39-A.

placeholder La distancia entre la plataforma y los depósitos de combustible. (Google Maps)
La distancia entre la plataforma y los depósitos de combustible. (Google Maps)

En el caso del Saturno V, el Space Shuttle o cualquier otro cohete que despegó de 39-A, las llamas de los motores pasan a un foso de hormigón de cientos de metros de distancia mientras toneladas de agua enfrían todas las superficies expuestas al fuego. Del foso, las llamas son redirigidas por superficies metálicas curvas —de nuevo refrigeradas por agua— generando vapor y evitando los problemas que han sucedido con el Starship. En todos los vídeos del Saturno V o el transbordador espacial, la gran nube que se puede ver es generalmente blanca como una nube. Es, en su mayor parte, vapor de agua. No levanta polvo, no desprende escombros, atenúa el ruido y la vibración, y la estructura se mantiene intacta porque está correctamente diseñada.

Acciones inexplicables

¿Cómo se explica que dieran el visto bueno a este despropósito, sabiendo que esta máquina tenía el doble del empuje del Saturno V? ¿Cómo dar el visto bueno a unas instalaciones sin desviadores de llamas, sin estructura de refrigeración? Ni siquiera el programa espacial soviético —que tenía un desprecio total a la vida humana y las condiciones ambientales— se atrevió a tanto.

placeholder Hasta los soviéticos construían plataformas de lanzamiento como debe ser.
Hasta los soviéticos construían plataformas de lanzamiento como debe ser.

¿Y cómo Musk se ha permitido seguir adelante cuando ya dijo el día 7 de octubre de 2020 que esto podría acabar en desastre? “Espero no construir un desviador de llamas en Boca, pero esto podría resultar ser un error”, afirmó. Efectivamente, ha sido un error y a la vez una suerte tremenda que el Starship tuviera un éxito relativo en su misión. Sí, el test fue un paso adelante en la exploración espacial, pero, si la FAA no da un golpe en la mesa y Musk limita sus desmanes y temeridad, la deseada y excitante odisea a Marte se puede quedar en viaje a ninguna parte.

EEUU ha parado indefinidamente los lanzamientos del Starship, la nave más grande y potente jamás construida. La agencia federal aeronáutica estadounidense (FAA) evaluará la destrucción generada y el enorme impacto generado por el lanzamiento en una investigación que podría durar meses. Pero, además, Musk podría enfrentarse a demadas millonarias por daños y perjuicios, además de acusaciones de prevaricación contra la FAA por aprobar un lanzamiento ignorando los datos e informes de otras agencias.

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