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El fenómeno natural que amenaza la tierra desde 160 años luz de distancia
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Según un nuevo estudio de la NASA

El fenómeno natural que amenaza la tierra desde 160 años luz de distancia

Los datos del Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA han ayudado a identificar una nueva amenaza para la Tierra: intensos rayos X procedentes de estrellas en explosión

Foto: Una ilustración de una explosión perfectamente esférica, llamada kilonova
Una ilustración de una explosión perfectamente esférica, llamada kilonova

Las explosiones que se producen cuando muere una estrella pueden tener consecuencias más graves para los planetas como el nuestro de lo que se pensaba, apunta un nuevo estudio. Según los investigadores, la intensa radiación provocada por una explosión así puede afectar negativamente a las atmósferas de exoplanetas situados a distancias de hasta 160 años luz, pudiendo llegar a desencadenar un evento de extinción.

Foto: Una imagen reciente de un soldado ucraniano usando un teléfono de campaña. (BBC)

Los estudios realizados hasta ahora sobre este tema se habían centrado en la intensa radiación producida durante los primeros días y meses de la supernova —una explosión extremadamente violenta que se produce al final de la vida de una estrella masiva— y en la manera en la que las partículas de energía pueden alcanzar un exoplaneta cercano cientos o incluso miles de años después.

Ahora, los investigadores han analizado datos de rayos X emitidos por 31 supernovas y sus secuelas —en su mayoría procedentes del Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA, las misiones Swift y NuSTAR, y el XMM-Newton de la ESA— y han identificado un periodo de tiempo tras la muerte de estas estrellas que resulta altamente peligroso.

“Gran parte de esta investigación se ha centrado principalmente en los daños atmosféricos asociados a la pronta llegada de fotones ionizantes a los pocos días o meses del estallido inicial y a los rayos cósmicos de alta energía que llegan miles de años después de la explosión”, escriben los investigadores en un artículo publicado en la revista The Astrophysical Journal. El estudio muestra que los planetas pueden estar sometidos a dosis letales de radiación que vienen de hasta unos 160 años luz de distancia.

Cómo afectaría a un planeta como el nuestro

Cuando explota una supernova, su onda expansiva impacta contra el gas denso que rodea a la estrella que ha explotado. Este impacto, dicen los investigadores, puede producir la emisión de una gran cantidad de rayos X que llega a los planetas meses o años después de la explosión y puede seguir incidiendo en ellos durante varias décadas.

“Si un torrente de rayos X barre un planeta cercano, la radiación podría alterar gravemente la química atmosférica del planeta”, asegura la agencia espacial estadounidense. “En el caso de un planeta similar a la Tierra, este proceso podría acabar con una parte significativa del ozono, que en última instancia protege la vida de la peligrosa radiación ultravioleta de su estrella anfitriona. También puede provocar la desaparición de una amplia gama de organismos, especialmente los marinos que se encuentran en la base de la cadena alimentaria, lo que llevaría a un evento de extinción”.

placeholder Una supernova capturada por el observatorio espacial Chandra. (NASA)
Una supernova capturada por el observatorio espacial Chandra. (NASA)

Los investigadores de la NASA aseguran que tras años de exposición a estos rayos X letales y el impacto de la radiación ultravioleta de su estrella, podría producirse una gran cantidad de dióxido de nitrógeno, causando una neblina marrón en la atmósfera. Esto, como se muestra en la ilustración que abre este artículo, puede causar daños a las plantas provocando una "desverdización" del planeta.

Menos posibilidades de encontrar vida

La NASA apunta a que existen pruebas que indican que se produjeron supernovas cerca de la Tierra entre dos y ocho millones de años atrás. Los investigadores calculan que estas supernovas se encontraban a una distancia de entre 65 y 500 años luz de la Tierra.

Aunque en la actualidad no hay constancia de supernovas cerca de la Tierra, existe la posibilidad de que el planeta estuviera expuesto a su intensa radiación en el pasado.

placeholder Ilustración del exoplaneta Kepler-22 b descubierto en. 2011. (NASA)
Ilustración del exoplaneta Kepler-22 b descubierto en. 2011. (NASA)

Sin embargo, muchos otros planetas de la Vía Láctea sí se pueden haber visto afectados, lo que reduce el número de lugares donde las condiciones son propicias para la vida tal y como la conocemos, una región que se llama Zona Galáctica Habitable y que este nuevo estudio convierte en aún más pequeña.

Los investigadores advierten que estos datos todavía hay que refrendarlos con nuevas observaciones en rayos X similares que provienen de supernovas, sobre todo de la variedad que interactúa fuertemente con su entorno durante meses y años después de la explosión.

Las explosiones que se producen cuando muere una estrella pueden tener consecuencias más graves para los planetas como el nuestro de lo que se pensaba, apunta un nuevo estudio. Según los investigadores, la intensa radiación provocada por una explosión así puede afectar negativamente a las atmósferas de exoplanetas situados a distancias de hasta 160 años luz, pudiendo llegar a desencadenar un evento de extinción.

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