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El miedo ha convertido al SUV en un coche para el 'apocalipsis'
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Más grandes, más agresivos

El miedo ha convertido al SUV en un coche para el 'apocalipsis'

Los coches más populares del mercado llevan años creciendo en tamaño y su diseño es cada vez más agresivo, una tendencia que comenzó con los ataques del 11 de septiembre

Foto: El Rezvani Vengeance parece diseñado para sobrevivir el apocalipsis zombie.
El Rezvani Vengeance parece diseñado para sobrevivir el apocalipsis zombie.

Pandemias. Guerras. Colapso económico. Inteligencia artificial. Los titulares no paran. El futuro de la humanidad parece más oscuro que nunca, así que no es de extrañar que el miedo se haya convertido en una poderosa fuerza de diseño en estos días. Incluso Apple — antes optimista hasta decir hippievende sus últimos productos gracias al miedo, pero hoy en día nada parece más agresivo y distópico que la industria del automóvil. Los fabricantes de automóviles parecen haber tomado la carretera de la furia para convertirnos a todos en guerreros postapocalípticos antes de que caigan las bombas de Putin, especialmente con los SUV. Si tienes la impresión de que en los últimos años se han convertido en bestias gigantes, ridículamente agresivas y amenazadoras, los datos te dan la razón. Los últimos modelos hacen que los Humvees militares parezcan cochecitos de Guisval.

Foto: Un 36% de los investigadores consultados creen que las decisiones de las IAs pueden llevarnos a una catástrofe. (Midjourney)

Los SUV (Sport Utility Vehicles) combinan las características de los turismos normales con las de los vehículos todoterreno. Fabricados prácticamente por todos las marcas de automóviles del planeta—hasta Porsche, que tiene delito—los hay de todos los estilos y tamaños, desde pequeños crossovers hasta grandes modelos basados en camionetas pesadas. Ofrecen más espacio, una posición de conducción más elevada y, casi siempre, un diseño mucho más agresivo que los turismos tradicionales. Son características diseñadas para hacer que los posibles compradores se sientan más cómodos y seguros que los ha convertido en el modelo de automóvil más popular en la actualidad.

La evolución del miedo

Es cierto que la obsesión mundial por los SUV viene de lejos. Los datos globales muestran que la categoría creció un 133% en la última década, pasando de 15 millones de unidades en 2010 a más de 35 millones en 2020. Es la categoría más vendida y de mayor crecimiento del sector con diferencia, alcanzando una cuota del 53,5% de todos los tipos vendidos en 2022 en Estados Unidos. En Europa y el resto del mundo la cifras son similares. Los analistas creen que seguirá superando a la media de la industria, pasando de 885.800 millones de dólares en 2022 a 1.221.700 millones en 2027.

placeholder El Honda CR-V.
El Honda CR-V.

Este crecimiento del mercado ha ido a la par de su crecimiento físico. Según la 38ª edición del Transportation Energy Data Book publicado en 2021 por el Departamento de Energía estadounidense, el peso medio de los SUV ha aumentado un 28% de 1990 a 2017. Las dimensiones totales también se han vuelto locas. Tomemos como ejemplo el humilde SUV crossover compacto Honda CR-V (modelo de 2023 fotografiado arriba con su parrilla mata-zombis). En 1997, medía 448 cm de largo y 174,5 cm de ancho. En 2019, creció a 459 cm de largo y 185 pulgadas de ancho. Los modelos más grandes también han crecido. El BMW X7 de 2023 — el SUV con motor de combustión más grande de la compañía bávara y uno de los SUV más grandes, punto — es 25 cm más largo, 4 cm más ancho y 5 cm más alto que su predecesor, el X5.

placeholder BMW iX.
BMW iX.

El nuevo BMW iX eléctrico (arriba) es ligeramente más pequeño que el X7, pero tiene un aspecto igual de agresivo, con las duras líneas frontales y las tomas de aire. Y la parrilla con bigote de Hitler no ayuda a suavizar su aspecto. El concept BMW XM (abajo) — que servirá de guía para los futuros SUV de la marca — parece aún más amenazador, como una versión futurista de un tanque Panzer.

placeholder BMW XM.
BMW XM.

La influencia de los extremos

Pero incluso ese BMW parece el Beach Cruiser de Ken y Barbie comparado con algunos de los SUV que han estado dando vueltas últimamente. Por ejemplo, el Rezvani Vengeance, un automóvil que parece sacado directamente de una película de Robocop. Con sus líneas rectas y volúmenes, paneles de puertas gigantes y ventanas diminutas, parece realmente el coche que se necesita para sobrevivir a una guerra termonuclear global. Si yo fuera un oligarca ruso, viviría las 24 horas del día dentro de esta bestia.

placeholder Rezvani Vengeance.
Rezvani Vengeance.

El Vengeance no sólo tiene ese aspecto, sino que es una auténtica máquina postapocalíptica gracias a su "paquete militar opcional", que incluye cristales a prueba de balas y más de 20 elementos de seguridad, como protección contra explosivos en sus bajos, blindaje contra pulsos electromagnéticos, sistema de cortina de humo, sistema térmico de visión nocturna e incluso tiradores de puerta electrificados y disparadores de spray de pimienta.

Con un precio a partir de 250.000 dólares, no es para todo el mundo. Como Jordan Golson, un periodista norteamericano del mundo del transporte, me dice en una entrevista, "es un coche para los muy ricos. Tíos muy ricos que coleccionan coches".

placeholder Karlmann King.
Karlmann King.

El Karlmann King y el Munro MK-1 son otros dos buenos ejemplos de este mismo tipo de diseño. El Karlmann parece un avión de combate, "un SUV de gama alta hecho a medida, un caza furtivo terrestre creado por un equipo de diseño automovilístico de primera línea de Europa, combinado con una artesanía de altísimo nivel". El Munro MK-1, totalmente eléctrico, parece un tanque de la Unión Soviética para ecoguerreros. Como el Vengeance, todos parecen vehículos de atrezo para la próxima entrega de Mad Max.

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Munro MK1

Aunque esos tres coches se dirigen a los ricos survivalistas, no son más que la sublimación del diseño agresivo que se ha apoderado de la industria de los SUV. A los ya mencionados BMW X7 e iX, se les unen el Genesis GV80, el Chevy Tahoe y el Suburban, el Toyota Sequoia (en la foto de abajo) y el 4runner, el GMC Yukon AT4, el Rivian R1S o el Hummer EV — que irónicamente pasó de un diseño pseudo-militar en 2007 al más suave de todos estos diseños para señoras y señores de la guerra de los suburbios — parecen todos coches para liquidar zombies, asustar a coches que no se aparten en la autopista, o atropellar a los limpiaparabrisas de los semáforos.

Y no nos olvidemos del Cybertruck, que también está influenciando el diseño de los nuevos SUVs. Puede que sea una camioneta, pero el vehículo de Musk es el epítome del apocalipsis automovilístico ciberpunk. Todos ellos comparten frontales gigantescos, rejillas sobredimensionadas y enormes paneles de puerta que parecen muros de fortaleza coronados por diminutas ventanas desde las que disparar un fusil de asalto AR-15.

placeholder Tesla Cybertruck.
Tesla Cybertruck.

Más seguridad pero más accidentes

El Hummer original — una versión homologada para uso en carretera del Humvee militar — siempre ha tenido un diseño agresivo, pero no ha sido hasta hace poco que otros fabricantes de automóviles han empezado a adoptar este lenguaje de diseño. Hace una década, los SUV parecían versiones más altas y sobredimensionadas de coches normales, vehículos amables y familiares como el Kia Borrego de 2009 (incluso el nombre es simpático). Incluso vehículos como el Range Rover — que evolucionó a partir del gran todoterreno Land Rover que se llevaba para ver leones y elefantes en un safari africano — tenían un diseño más o menos normal hasta hace unos años, cuando comenzó a convertirse en otro monstrenco como el resto.

placeholder Kia Borrego de 2009.
Kia Borrego de 2009.

Obviamente, hay un aspecto práctico en este crecimiento. Pueden parecer enormes e intimidantes para alguien que viva en el centro de una ciudad, señala Golson, pero al lado de los camiones norteamericanos de dieciocho ruedas, parecen bastante normales. La estadística les da la razón. Los SUV ofrecen un 50% más de posibilidades de sobrevivir un accidente que un turismo convencional. La gente que los compra piensa "¡ahora estoy totalmente a salvo! Estoy aislado del mundo", dice Golson. Sin embargo, esta sensación tiene un efecto curioso: un estudio de la aseguradora Axa sobre 560.000 accidentes muestra que los conductores de SUVs son responsables de más accidentes que el de cualquier otra categoría de automóvil por más de cinco puntos porcentuales. Sólo les superan las furgonetas.

Pero aparte de sus ventajas objetivas, existe evidencia de que el miedo subconsciente a la inseguridad general del mundo y a un futuro distópico ha sido un motor fundamental en el incremento de la agresividad de estos diseños. "Creo que esto ocurre porque a la gente le gusta sentirse segura", me dice por correo electrónico Adrian Clarke, diseñador profesional de coches que ahora escribe críticas de diseño para la publicación automovilística The Autopian. "Hoy en día hay mucho que de lo que preocuparse y a la gente le gusta sentirse segura [desde lo alto de su coche]".

placeholder Chrysler 300 de 2003, un éxito de ventas en el clima de guerra y terror post-11 de septiembre.
Chrysler 300 de 2003, un éxito de ventas en el clima de guerra y terror post-11 de septiembre.

La inflexión del 11 de septiembre

Golson cree que, aunque puede parecer una simplificación, "es justo sacar conclusiones sobre sentirse más seguro en un post-Covid". De hecho, se puede ir hacia atrás y ver que la tendencia empezó después del 11-S, cuando Chrysler sacó una versión del sedán Chrysler 300 que utilizaba ventanillas más pequeñas y volúmenes mucho más grandes que le daba la sensación de ser una fortaleza. Ese coche, que salió dos años después del ataque terrorista que conmocionó los EEUU y al mundo, fue un éxito total de ventas, recuerda.

Como decía al principio, no son sólo los coches. Desde productos de limpieza para matar a los gérmenes malignos a las insoportables campañas de las agencias de seguridad que te quieren salvar de una invasión de ladrones inexistente, pasando por los Apple Watch e iPhones que te quieren salvar el pellejo… Está claro que, en esta atmósfera opresiva de histeria colectiva alimentada por redes sociales y medios de comunicación, hoy el miedo funciona cada vez mejor, tanto para vender como, lógicamente, influencia en el diseño de los productos.

Es normal que todo esto se note claramente en la industria del automóvil. Al final, los coches son quizás el mayor símbolo de expresión individual y, por tanto, un reflejo de la cultura y la sociedad en general. Basta pensar en el utilitarismo del Ford Modelo T a principios del siglo XX o en el optimismo futurista del diseño de la era espacial en los años cincuenta. Ahora, el diseño distópico está de moda. Se trata de una mentalidad en la que los SUVs se han convertido en habitaciones del pánico sobre ruedas para salvarnos de la próxima catástrofe, real o percibida. En la próxima pandemia o en el armagedón nuclear, los SUVs salvarán a todos los que tengan uno. Hasta que lleguen las setas asesinas.

Pandemias. Guerras. Colapso económico. Inteligencia artificial. Los titulares no paran. El futuro de la humanidad parece más oscuro que nunca, así que no es de extrañar que el miedo se haya convertido en una poderosa fuerza de diseño en estos días. Incluso Apple — antes optimista hasta decir hippievende sus últimos productos gracias al miedo, pero hoy en día nada parece más agresivo y distópico que la industria del automóvil. Los fabricantes de automóviles parecen haber tomado la carretera de la furia para convertirnos a todos en guerreros postapocalípticos antes de que caigan las bombas de Putin, especialmente con los SUV. Si tienes la impresión de que en los últimos años se han convertido en bestias gigantes, ridículamente agresivas y amenazadoras, los datos te dan la razón. Los últimos modelos hacen que los Humvees militares parezcan cochecitos de Guisval.

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