Un 'escuadrón suicida' ucraniano para parar la siguiente ofensiva rusa

El ministerio de defensa ucraniano aseguró el pasado viernes que están recaudando fondos para crear un ejército de 1.000 drones. Según ellos, estos aparatos servirán para atacar eficazmente a los invasores rusos y para proteger las vidas de sus propios efectivos en el frente.

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Jesús Díaz

Los drones ya son unas de las armas más poderosas con las que cuenta el ejército ucraniano en su conflicto contra Rusia. Según el reciente comunicado de su ministerio de defensa, estos aparatos se han convertido en un medio revolucionario en la guerra moderna y por eso quieren ampliar sus capacidades con la adquisición de 1.000 drones FPV (visión en primera persona, en sus siglas en inglés) para ayudar en el frente. Los FPV permiten a sus pilotos manejar el dron a distancia a través de una señal de vídeo en directo que les llega generalmente al mando de control o unas gafas.

El Ministerio de Defensa ucraniano no ha hablado sobre el modelo exacto de FPV que tiene en mente. Sí ha dicho, sin embargo, que los quiere pronto y que permitirán a sus operadores manejarlos a una distancia segura para recopilar información del enemigo y actuar como francotiradores desde una distancia de unos 10 kilómetros.

Los fondos, dice el ministerio, se están recaudando a través de la fundación benéfica "Starlife-Charity", que ha ayudado a las fuerzas ucranianas desde el mismo inicio de la invasión, hace ya casi un año.

El recurso de las donaciones para la compra de drones no es nuevo para Ucrania. El mayo pasado, el presidente Volodimir Zelenski y el viceprimer ministro Mykhailo Fedorov anunciaron el inicio de un nuevo proyecto de recaudación de fondos denominado United24, que según su web habría servido para comprar más de 1.400 drones hasta el momento.

Los drones improvisados del ejército ucraniano

Ucrania ha sorprendido al mundo con su ingenio para convertir drones de uso recreativo en eficaces instrumentos para la guerra. Ya en los primeros días del conflicto, los militares instaban a todos los aficionados del país a donar sus drones a la causa y buscaban pilotos con experiencia para poder manejarlos y ayudar a contener el avance ruso. Esto era solo el comienzo y esos drones, generalmente pequeños, han ido creciendo en tamaño y en poder destructivo.

El último de estos ingenios lo vimos aquí, se trata de un cuadricóptero comercial pesado que fue modificado para llevar seis tubos verticales cargados con proyectiles de mortero. El pasado septiembre, el 98º Batallón de Defensa Territorial "Azov-Dnipro" mostró imágenes de un gran cuadricóptero similar armado con un par de lanzacohetes de 66 mm que disparan hacia abajo.

También hemos visto un vídeo que mostraba un dron que al despegar descubría un gran proyectil de fabricación casera enterrado en el suelo que luego destruía un edificio controlado por Rusia. Aunque no está claro que todos estos drones modificados hayan entrado en combate, la aparición de estos vídeos sí demuestra que las fuerzas ucranianas no están esperando la llegada de los drones de combate comerciales de brazos cruzados.

Los drones de combate que usa Ucrania

Ucrania también cuenta, evidentemente, con drones construidos por empresas especializadas en defensa. Un dron similar a los que comentamos arriba es el Revolver 860, un inusual cuadricóptero de combate creado por la empresa taiwanesa Dronesvision. Este dron carga un tambor rotatorio que puede llevar hasta ocho proyectiles de 60 milímetros, pero la compañía asegura que también podría llevar calibres de 81 y 120 milímetros, aunque en menor cantidad. El sistema está pensado para soltar las bombas una a una encima de los objetivos enemigos con un gran nivel de precisión.

Según las especificaciones compartidas por Dronesvision, el Revolver 860 es un dron plegable que pesa 42 kilogramos cuando va totalmente cargado. Tiene 1,35 metros de diámetro y puede volar hasta 20 kilómetros o permanecer en el aire entre 20 y 40 minutos gracias a sus cuatro brazos y ocho propulsores.

También están usando el temible Bayraktar TB2 turco, un dron barato que se ha convertido en la pesadilla del ejército ruso desde que empezó la guerra. Este dron tiene 12 metros de envergadura, 6 de longitud y un peso máximo de 700 kilos, de los que 150 corresponden a las armas que carga, como los minimisiles MAM-C y MAM-L.

Baykar, su fabricante, ya prepara el siguiente modelo que tendrá capacidades de ‘invisibilidad’ y podrá alcanzar una velocidad casi supersónica. Su lanzamiento está previsto para algún momento de este año con lo que no sabemos si llegará a estrenarse en la guerra de Ucrania. Lo que sí sabemos es que si lo hace no será del lado ruso. La compañía turca ha declarado en diversas ocasiones su apoyo a Ucrania y ha asegurado que no venderá sus drones al Kremlin.

También se han usado ampliamente los Switchblade 300, un dron ‘suicida’ muy ligero y barato de fabricación estadounidense. Cuenta con una cabeza de combate pequeña, equivalente a una granada de 40 milímetros, que es letal contra los soldados o los vehículos no protegidos. Sus creadores, la compañía Aerovironment, ya ha creado una versión superior, el Switchblade 600, que es más pesado y lleva cabezas de guerra capaces destruir un carro de combate.

También se han utilizado drones de reconocimiento, como el Orlan-10 ruso, que han ayudado a la infantería ucraniana a localizar objetivos antes de lanzar un ataque. Ese mismo uso han tenido los drones recreativos como los de DJI, de fabricación china, que además han servido para grabar vídeos que se han usado para alimentar la maquinaria propagandística ucraniana.

El uso extensivo de los drones en este conflicto es solo un aperitivo de lo que podrían ser las guerras del futuro. Por lo que estamos viendo de los nuevos avances en tecnología militar de EEUU y China, todo indica que la tendencia será usar tanto armas autónomas como a control remoto que reduzcan la presencia de humanos en combate. El que consiga una ​​mejor aviónica, comunicaciones y, sobre todo, una mejor inteligencia artificial tendrá una gran ventaja sobre el resto.