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El telescopio espacial líquido que puede revolucionar la astronomía
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10 veces mayor que el Webb

El telescopio espacial líquido que puede revolucionar la astronomía

La NASA trabaja en un telescopio líquido de 50 metros que llevará una lente construida directamente en el espacio y que aumentará radicalmente las capacidades de observación actuales

Foto: Así será la nueva generación de grandes observatorios espaciales. (NASA)
Así será la nueva generación de grandes observatorios espaciales. (NASA)

La NASA está buscando telescopios espaciales más potentes que los actuales para ayudarnos a entender mejor la formación del cosmos y a responder a la gran pregunta: ¿hay vida inteligente en el Universo? Para conseguirlo piensan echar mano del ‘fluidic shaping’ (moldeado de fluidos), una técnica que permite formar grandes lentes directamente en el espacio y tener telescopios de decenas de metros y mayor alcance que los que podemos envíar desde la Tierra.

Foto: Este multimillonario quiere que su cuerpo vuelva atrás en el tiempo varias décadas. (Bryan Johnson)

Los telescopios espaciales, como el flamante James Webb, nos están ayudando no solo a capturar imágenes espectaculares del Universo, sino a retroceder en el tiempo y entender mejor su origen y su funcionamiento. El último éxito del Webb ha sido el descubrimiento de una ‘nueva Tierra’ —el planeta LHS 475 b—, que cumple todas las condiciones para albergar vida.

placeholder El centro de nuestra galaxia combiando datos del mosaico infrarrojo Spitzer/WISE con el estudio de ondas de radio MeerKAT. (Judy Schmidt)
El centro de nuestra galaxia combiando datos del mosaico infrarrojo Spitzer/WISE con el estudio de ondas de radio MeerKAT. (Judy Schmidt)

La gran ventaja de los telescopios espaciales es que nos permiten observar el Universo sin interferencias de nuestra propia atmósfera, de la actividad humana o de los fenómenos naturales. El problema es que estos aparatos no son lo suficientemente grandes como para ayudar a los astrofísicos cumplir sus objetivos más prioritarios, como encontrar nuevos y lejanos exoplanetas similares a la Tierra o detectar las débiles señales de las primeras generaciones de estrellas o de las galaxias más primitivas.

Cómo funciona

Según la NASA, mandar un telescopio espacial desde la Tierra de más de 10 metros de diámetro no es económicamente viable, el James Webb, por ejemplo, hace sus observaciones gracias a una lente de 6,5 metros. Aumentar el tamaño, dicen, implicaría aumentar significativamente los presupuestos y también la complejidad de las misiones.

placeholder Los Pilares de la Creación capturadas por el James Webb. (NASA)
Los Pilares de la Creación capturadas por el James Webb. (NASA)

Para sortear este obstáculo, la NASA está trabajando en el programa FLUTE (Experimento del telescopio fluídico, en sus siglas en inglés), una nueva técnica que les permitirá construirlo directamente en el espacio. En lugar de aplicar los métodos tradicionales para fabricar las lentes —basados en moldes o en tratamientos mecánicos como el esmerilado o el pulido—, la agencia espacial estadounidense quiere crearlos una vez instalados en la órbita baja terrestre mediante el modelado de fluidos en microgravedad.

placeholder Nueva imagen de la Galaxia del Abanico capturada por el James Webb y procesada por Judy Schmidt. (Judy Schmidt/NASA)
Nueva imagen de la Galaxia del Abanico capturada por el James Webb y procesada por Judy Schmidt. (Judy Schmidt/NASA)

De esta manera, la agencia espacial norteamericana planea enviar los componentes que formarán la lente del telescopio al espacio en forma de fluido que luego se modificará para conseguir la forma deseada. Este sistema, dice la NASA, ya se ha probado con éxito en el entorno controlado de un laboratorio, en vuelos parabólicos en microgravedad y a bordo de la Estación Espacial Internacional.

placeholder La formación de estrellas en las galaxias cercanas, tomada por el telescopio espacial James Webb. (NASA)
La formación de estrellas en las galaxias cercanas, tomada por el telescopio espacial James Webb. (NASA)

“Esta técnica, teóricamente invariable a escala, ha producido componentes ópticos con una excelente calidad superficial subnanométrica (RMS)”, explica Edward Balaban, investigador del Ames Research Center de la NASA que a principios de este mes recibió una subvención del programa de Conceptos Avanzados Innovadores (NIAC) para llevar a cabo la Fase I del proyecto.

“En el estudio de Fase I analizaremos las opciones adecuadas para los componentes clave del observatorio de 50 metros, desarrollaremos el concepto detallado de la misión y crearemos un plan inicial para una demostración a menor escala de una pequeña nave espacial en órbita terrestre baja”, dice el investigador.

La NASA está buscando telescopios espaciales más potentes que los actuales para ayudarnos a entender mejor la formación del cosmos y a responder a la gran pregunta: ¿hay vida inteligente en el Universo? Para conseguirlo piensan echar mano del ‘fluidic shaping’ (moldeado de fluidos), una técnica que permite formar grandes lentes directamente en el espacio y tener telescopios de decenas de metros y mayor alcance que los que podemos envíar desde la Tierra.

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