Es noticia
La desconocida función del James Webb para proteger a la humanidad
  1. Tecnología
  2. Novaceno
Eventos de extinción

La desconocida función del James Webb para proteger a la humanidad

El telescopio espacial más potente del mundo es también un sistema de alerta que nos ayudará a prevenir fenómenos potencialmente letales para la vida en la Tierra

Foto: Simulación de la Nasa del impacto de un asteroide contra la Tierra. (NASA)
Simulación de la Nasa del impacto de un asteroide contra la Tierra. (NASA)

El telescopio espacial James Webb está terminando la puesta a punto de sus instrumentos científicos y pronto estará listo para empezar sus operaciones. Este telescopio es el más potente que hemos lanzado al espacio hasta la fecha y una vez operativo ayudará a los científicos a entender mejor lo que sucede en nuestro vecindario cósmico, cómo se forman las galaxias o a buscar otros planetas que puedan albergar vida. Pero también les ayudará a observar el espacio en busca de potenciales amenazas letales para nuestro planeta que no se pueden ver con los telescopios aquí en tierra.

Foto: Los sistemas de Megvii y Hikvision ya vigilan a la poblacion en China.(REUTERS)

De hecho, a pesar de estar todavía probando el funcionamiento de sus instrumentos, el James Webb ya ha probado que es capaz de detectar y seguir al Tenzing 6841, un asteroide del cinturón principal que se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter. Cuando esté operativo del todo, el James Webb ayudará a crear el sistema de alarma más fiable contra los fenómenos espaciales que nos acechan.

La cuestión es cuándo

En la historia de nuestro planeta ha habido y seguirán habiendo objetos espaciales que impactan en la Tierra y que provocan la muerte y la extinción de las formas de vida que lo habitan. El impacto más grande sucedió poco después de que se formara. Un objeto del tamaño de Marte impactó contra nuestro planeta haciéndolo inhabitable y creando una constelación de rocas y escombros que acabó formando lo que es ahora nuestra Luna. Muchos años más tarde, hace unos 66 millones de años, el impacto de un gran asteroide causó que miles de millones de toneladas de azufre subieran a la atmósfera. Esto provocó que el cielo se oscureciera y que se produjeran unas heladas que duraron cerca de una década que acabaron con los dinosaurios y otros seres vivos del planeta.

Recientemente también hemos sufrido impactos de asteroides, aunque, afortunadamente, mucho menos letales. En 1908, tuvo lugar el evento de Tunguska, una gran explosión cerca del río Podkamennaya Tunguska, en Rusia, que aplastó a unos 80 millones de árboles en un área de bosque poco poblada de unos 2.150 km2. Y recientemente, en 2013, hubo una enorme explosión sobre Chelyabinsk, en Rusia, causada por un meteorito del tamaño de un edificio de seis plantas, que provocó daños en la ciudad e hirió a unas 1.200 personas.

Por ahora nuestros sistemas han detectado 1.000 meteoritos que han pasado pelifrosamente cerca de nuestro planeta, casi 19 al año de media. Así que es cuestión de tiempo, esperemos que de miles o millones de años, que otro gran meteorito choque contra nosotros. Como se ve en la película ‘Don’t Look Up’, este impacto provocaría una gran ola expansiva que acabaría con toda la vida sobre la superficie de la Tierra. Luego arrojará un enorme número de partículas que subirían a la atmósfera y bloquearían el paso de la luz solar y convertiría nuestro planeta en inhabitable durante mucho tiempo.

Peligros más allá de los asteroides

Hace 2,6 millones de años se produjo una extinción masiva que se piensa fue causada por una supernova. Los investigadores creen que tras la explosión unas partículas llamadas rayos cósmicos bañaron el planeta destruyendo la capa de ozono y provocando cambios en el clima que pudieron causar una gran extinción entre el Plioceno y el Pleistoceno. Se cree que otra de estas supernovas que se encontraba a 65 años luz de la Tierra, explotó hace 350 millones de años y fue la causante de la extinción masiva del Devónico que acabó con la mayor parte de las especies del planeta.

placeholder Las supernovas son explosiones de estrellas.
Las supernovas son explosiones de estrellas.

"África se secó y gran parte de los bosques se convirtieron en sabanas. Alrededor de esta época y después, empezamos a tener glaciaciones - edades de hielo - una y otra vez, y no está claro por qué empezó a suceder", comentó en su momento Adrian Melott investigador de la Universidad de Kansas y coautor del estudio sobre la extinción del Devónico. "Es controvertido, pero quizá los rayos cósmicos tuvieron algo que ver". Aunque este tipo de evento de extinción es poco probable que nos afecte, como apunta Big Think, la estrella más cercana con riesgo de convertirse en supernova se llama Betelgeuse y está a 640 años luz de aquí.

Aunque hay otros fenómenos que sí nos pueden afectar desde más lejos. Si dos estrellas chocan o una de gran tamaño explota, generarían unos rayos gamma que producen una enorme cantidad de energía capaz de alcanzar la Tierra. Los científicos piensan que un fenómeno de este tipo provocó la extinción masiva del Ordovícico-Silúrico hace unos 450 millones de años que se llevó por delante a la mitad de los animales del planeta.

El James Webb no nos puede avisar de todo

Hay fenómenos espaciales peligrosos que son indetectables hasta para nuestro telescopio espacial más potente. Las estrellas Wolf-Rayet, de 20 veces el tamaño del Sol, son capaces de desatar explosiones de rayos gamma que los investigadores piensan que son “las explosiones cósmicas más potentes desde el Big Bang”. Hay una de estas estrellas en el sistema Gamma Velorum, a 800 años luz de distancia. Está lejos de la Tierra, pero su eje de rotación apunta en nuestra dirección y si llegase a estallar los rayos gamma podrían llegar a nuestro planeta a la velocidad de la luz sin dejarnos tiempo de maniobra.

También están los planetas vagabundos. Planetas que no orbitan alrededor de una estrella y que vagan por el espacio a gran velocidad. El efecto del impacto de uno de estos planetas errantes contra la Tierra sería catastrófico —como muestra la película de Lars Von Trier, Melancolía— y contra ellos no hay tiempo de aviso ni defensa posible. Lo mismo sucede con las estrella de neutrones o los agujero negros errantes, que aunque no lleguen a impactar contra nosotros acabarían desestabilizando o destruyendo todo el sistema solar.

La única solución para preservar nuestra especie ante estos fenómenos sería, como sostiene machaconamente Elon Musk, convertirnos en una especie interplanetaria que no tenga todos los huevos en la misma cesta. Aunque para poder evitar el impacto de rayos gamma o el de un aguero negro errante habría que desarrollar tecnología que nos saque del sistema solar y convertirnos en una especie interestelar. Mientras tanto, no nos queda más que confiar en la capacidad de alerta del James Webb y convencer a nuestros mandatarios de que se unan para invertir en medidas de prevención que nos protejan contra algunos de estos fenómenos. Aunque viendo lo que pasa en ‘Don’t look up’, una película que más que contar una ficción parece que nos pone un espejo realista delante de la cara, no será nada fácil.

El telescopio espacial James Webb está terminando la puesta a punto de sus instrumentos científicos y pronto estará listo para empezar sus operaciones. Este telescopio es el más potente que hemos lanzado al espacio hasta la fecha y una vez operativo ayudará a los científicos a entender mejor lo que sucede en nuestro vecindario cósmico, cómo se forman las galaxias o a buscar otros planetas que puedan albergar vida. Pero también les ayudará a observar el espacio en busca de potenciales amenazas letales para nuestro planeta que no se pueden ver con los telescopios aquí en tierra.

Elon Musk Espacio Investigación
El redactor recomienda