Tardaremos más de tres siglos en ser una civilización avanzada... si sobrevivimos

El astrofísico ruso Nikolai Kardashev propuso en los años 60 una escala para medir el progreso de una civilización basada en su capacidad para aprovechar la energía de su entorno. Según Kardashev se puede medir el avance de una civilización por la cantidad de energía que necesita —cuanto más energía consume más avanzada será— y esto hace posible dividirlas en tres tipos. Los humanos ni siquiera hemos alcanzado el tipo 1, el nivel más bajo, porque a día de hoy no sabemos aprovechar toda la energía disponible en el planeta. Pero un grupo internacional de investigadores ha analizado las principales fuentes de energía de las que disponemos y sus limitaciones y ha concluido que no estamos tan lejos de conseguirlo. Según ellos tendremos que esperar tan solo 349 años.

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Como ya explicamos a propósito de un artículo del prestigioso astrofísico Abi Loeb —espóiler: a partir de ahora podréis leer sus opiniones traducidas al español aquí en Novaceno—, una civilización de tipo 1 (planetaria), como la humana, sólo puede usar la energía de su planeta. Una de tipo 2 (estelar), puede aprovechar la energía total de su estrella con sistemas como las esferas Dyson, una megaestructura que rodea a un sol. Y finalmente, una civilización de tipo 3 (galáctica), es la que es capaz de controlar la energía de toda su galaxia.

Carl Sagan, otro de los patrones intelectuales de esta sección, sugirió que esta escala en lugar de rígida debería ser contínua para poder incluirnos a nosotros mismos. Con todos los avances, sólo somos capaces de aprovechar una ridícula fracción de la energía disponible en la Tierra. Por ejemplo, recibimos 173.000 teravatios del sol de forma continua, una cantidad más de 10.000 veces mayor de la electricidad que producimos. Eso nos sitúa como una civilización de tipo 0.73 en la escala propuesta por Sagan, aunque todavía estamos lejos del tipo 1 de la de Kardashev. O tal vez no tanto.

"Utilizando la formula de Sagan podemos calcular fácilmente la potencia de las civilizaciones de tipo I, II y III, así como extrapolar por debajo del tipo I para cuantificar las civilizaciones que sólo dominan una fracción muy pequeña de la energía disponible en el mundo", aseguran los investigadores en su estidio. "Según datos de la AIE (Agencia Internacional de la Energía), en 2018 el suministro total de energía de todo el mundo fue de 1.4281.889 kTOE (una unidad energética llamada kilo tonelada equivalente de petróleo), o aproximadamente 1,90 × 10¹³W. A partir de esta estimación de producción de energía de la civilización humana, podemos calcular que el valor actual para la civilización humana es de 0,728".

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El equipo de científicos ha estudiado las tres principales fuentes de energía con las que contamos actualmente —los combustibles fósiles, la energía nuclear y la renovable— y ha estimado su crecimiento potencial en los próximos años teniendo en cuenta también sus limitaciones. Los investigadores también han considerado nuestra actual necesidad de limitar las emisiones de CO2 para cumplir con las sugerencias de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Con todos estos datos han podido estimar que hasta 2371 no seremos capaces de almacenar y utilizar toda la energía disponible en nuestro planeta y por tanto, llegar a ser una civilización de tipo 1.

Evidentemente, el estudio no tiene en cuenta los futuros avances tecnológicos en el campo de la energía que nos podrían hacer evolucionar más rápido de lo que calculan los investigadores. Aunque tampoco posibles eventos de extinción —como una guerra nuclear o el impacto de un asteroide contra la tierra— que acaben con nosotros antes de que lleguemos a ese nivel de desarrollo.

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De todas maneras, como apunta Universe Today, la escala de Kardashev es una herramienta poco precisa para medir el avance humano. Es posible que las civilizaciones más avanzadas requieran una gran cantidad de energía para funcionar, pero contínuamente estamos viendo nueva tecnología que es cada vez más eficiente en su uso energético y que pueden hacer que sigamos avanzando sin tener que utilizar toda la que hay disponible en el planeta.