Cómo EEUU espía al ejército ruso en Ucrania

El ejército de tierra de los EEUU ha desplegado en Europa del este un prototipo experimental único para monitorizar todos los movimientos de unidades blindadas y de infantería rusas. Aunque parece un avión privado totalmente normal, en realidad es una nueva plataforma de espionaje equipada con sensores capaces de seguir tanques y otros vehículos enemigos en tiempo real, así como capturar sus señales de radio.

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Jesús Díaz

El avión es un simple Bombardier Challenger 650 pero la sofisticada plataforma de espionaje que lleva a bordo se llama ARTEMIS (“sistema multi-misión en vuelo para el reconocimiento y la explotación de blancos” en sus siglas en inglés). Cuenta con sensores electrónicos y visuales de todo tipo, como apunta la publicación militar especializada Breaking Defense.

Plataforma experimental

Tom Spoehr, director del centro para la defensa nacional de la Heritage Foundation, apunta que los sensores de la plataforma Artemis “pueden llegar a cientos de millas, por lo que con la ruta que está volando puede ver bien en Bielorrusia, Kaliningrado y tal vez incluso en la región de Donbas". El avión puede mantenerse en el aire a 41.000 pies durante 10 horas para poder recoger toda la información que necesita.

Spoehr apunta que esta plataforma puede en teoría seguir el movimiento de tanques y otras unidades de tierra en tiempo real. El avión todavía está en modo de demostración y está diseñado para reemplazar a los aviones de seguimiento de enemigos de la US Army, los RC-12X Guardrail. Eso significa que no se sabe exactamente qué capacidad tiene, pero sí conocemos que puede configurarse con múltiples sensores dependiendo de su misión, usando unidades de espionaje electrónico, espionaje de señales, imagen y radar.

ARTEMIS también es capaz de adoptar otras plataformas de sensores, como HADES (la tierra de los muertos griega o, por sus siglas en inglés, Sistema de detección y explotación de alta precisión). Este módulo incluye detección de señales e intercepción de comunicaciones así como sistemas para la guerra cibernética, unido a una serie de sensores diseñados para dirigir el fuego de la artillería de largo alcance del ejército americano o la OTAN.

Es posible que los Estados Unidos hayan enviado el prototipo a esta zona de conflicto debido a la situación crítica y la necesidad de obtener la mayor cantidad de información posible sobre las operaciones de los ejércitos rusos. De hecho, participó en unas pruebas en el verano del año pasado y tenía que volver a EEUU pero, según la publicación National Defense Magazine, el Pentágono lo decidió mantener en guardia, probablemente siguiendo informes de las agencias de inteligencia sobre una posible invasión que los americanos estarían ya recibiendo en aquella época.

¿Qué está haciendo ARTEMIS ahora?

Los americanos no ocultan la presencia de este avión espía que siempre vuela sobre territorio de la OTAN. Los datos de vuelo son públicos y existen cuentas de Twitter que muestran cómo ARTEMIS ha volado casi constantemente desde antes de la invasión de Putin a lo largo de la frontera rusa, bielorrusa y ucraniana, despegando desde Rumanía y pasando por Eslovaquia, Hungría y, a la vuelta, sobre Polonia.

Lógicamente, este avión experimental no es la única plataforma de espionaje. Según Amelia Smith — una cuenta dedicada a seguimiento de aviones militares — el cielo del este europeo está ahora mismo plagado de aeronaves espías de la OTAN y Suecia, incluyendo los drones RQ-4 Global Hawks. Un ejemplo: el 11 de febrero había 22 de estos aviones en el aire. Más de diez días antes de que Putin diera la orden de invasión. Claramente, estos aviones de los EEUU o Reino Unido fueron piezas fundamentales para advertir al mundo que Putin iba a invadir y cuándo. Ahora, siguen siendo una de las claves para conocer con precisión qué es lo que está ocurriendo en Ucrania.