¿Un avión hipersónico de hidrógeno que puede volar a Mach 15?
Según la compañía será capaz de alcanzar 60 km de altura a Mach 15. Su motor, aseguran, usará hidrógeno y no emitirá dióxido de carbono
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La empresa suiza Destinus acaba de anunciar una inyección de capital de más de 25 millones de euros para terminar el desarrollo de Jungfrau: un nuevo modelo de avión hipersónico autónomo con capacidad de alcanzar velocidades mach 15 y que gracias a su motor de hidrógeno no generará emisiones durante sus vuelos.
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Según la compañía, Jungfrau será un híbrido entre un avión y un cohete. Despegará y aterrizará horizontalmente desde aeropuertos convencionales y utilizará un novedoso motor a reacción alimentado por hidrógeno líquido que sólo emitirá agua.
Nada más despegar, este ‘hiperavión’, como lo llama Destinus, realizará operaciones similares a las de un avión normal, pero podrá ascender y acelerar rápidamente hasta alcanzar velocidades supersónicas. Cuando llegue a cierta altitud y velocidad cambiará a un motor de hidrógeno criogénico que acelerará el avión aún más hasta alcanzar la velocidad hipersónica.
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El objetivo de sus creadores es que el avión pueda llegar hasta mach 15 a 60 kilómetros de altura. Esto le permitiría trasladar carga entre continentes en menos de dos horas. Una vez alcanzado su destino el avión bajará y planeará hasta aterrizar en el aeropuerto como hacen los aviones normales.
"Este año tenemos previsto iniciar las pruebas en tierra y en vuelo de los motores ATR [turborreactores de aire] con hidrógeno como combustible, que estamos desarrollando nosotros mismos", asegura Mikhail Kokorich, consejero delegado de la compañía. "Al igual que un turborreactor, el motor ATR es un motor a reacción de respiración aérea. Por sus parámetros, es un motor adecuado tanto para las fases de vuelo subsónico como supersónico de nuestro ‘hiperavión’. A finales del año que viene, tenemos previsto volar la siguiente iteración del prototipo tanto con el motor ATR como con un segundo motor de cohete de hidrógeno: será la configuración para nuestros vehículos comerciales".
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Kokorich es considerado por algunos como el Elon Musk ruso por haber fundado varias empresas en el sector tecnológico y aeroespacial. Destinus es su nueva aventura tras dejar Momentus, una compañía aerospacial que salió a bolsa el verano pasado. En la actualidad Destinus cuenta con 50 empleados —entre los que hay ingenieros que han trabajado para Arianespace, Boeing, Airbus, Dassault o Rolls-Royce— y su plan aumentar su plantilla a 100 trabajadores este año para acelerar el desarrollo de su nuevo avión.
Según ha contado Kokorich a TechCrunch, el año pasado ya consiguieron hacer volar un prototipo a pequeña escala y esperan poder hacer lo mismo con uno a tamaño real a finales de 2022. En este momento, asegura, su equipo está ultimando los sistemas de guía, navegación y control que permiten que la nave funcione de forma autónoma.
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Si consiguen que el prototipo funcione, algo que parece extremadamente complicado tanto a nivel técnico como presupuestario, el primer uso que tendrá el Jungfrau será llevar mercancías de emergencia en cualquier lugar del planeta gracias a su capacidad de carga útil de alrededor de una tonelada. "En primer lugar, la carga de emergencia, como piezas para ciclos de producción delicados, o productos perecederos valiosos, como isótopos con una vida media corta para el tratamiento del cáncer, u órganos humanos", sostiene Kokorich.
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Una vez establecido como avión de transporte de mercancías, el siguiente paso para Destinus será utilizar esta tecnología para construir ‘hiperaviones’ de pasajeros que puedan transportar de decenas a cientos de personas de Europa a Australia en una hora y media. Kokorich asegura que ya tienen permiso de los reguladores para volar a velocidad subsónica y que la certificación para las pruebas supersónicas llegará el año que viene.
"Hemos empezado a trabajar con los reguladores europeos y nacionales para preparar nuevos requisitos de certificación y reglamentación para el hiperplano", dijo. "Actualmente hay un esfuerzo activo entre los reguladores nacionales y europeos para definir los requisitos de certificación y la normativa para los aviones autónomos y los sistemas de alta velocidad, como los aviones suborbitales, hipersónicos y supersónicos".
La empresa suiza Destinus acaba de anunciar una inyección de capital de más de 25 millones de euros para terminar el desarrollo de Jungfrau: un nuevo modelo de avión hipersónico autónomo con capacidad de alcanzar velocidades mach 15 y que gracias a su motor de hidrógeno no generará emisiones durante sus vuelos.